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Esta es la tecnología que encierra el nuevo balón del Mundial 2018

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Para diseñar la pelota de la Copa del Mundo tecnológicamente más sofisticada de la historia, Adidas tuvo que remontarse a un tiempo en el que las transmisiones de TV eran en su mayoría en blanco y negro, los balones de fútbol eran de cuero pesado e implacable, y los chips se agregaban a las galletas, no al equipamiento deportivo.

La primera vez que se jugó un partido del Mundial con una pelota Adidas fue en 1970. Los paneles pentagonales en blanco y negro de ese producto, el Telstar Elust, se convirtieron desde entonces en un sinónimo de ese deporte.

Como director de categoría para equipamiento global de fútbol de Adidas, el trabajo de Roland Rommler fue ayudar a recrear ese balón para esta próxima copa en Rusia, añadiendo a la vez avances tecnológicos que habrían sido considerado como ciencia ficción medio siglo atrás.

“Todos nuestros artículos para todas las áreas -cada camiseta y cada bota- tienen una inspiración auténtica”, señaló Rommler. “Desde una perspectiva de marca, quisimos recuperar el producto más auténtico e icónico en el campo de juego, pero con un toque moderno”.

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El Telstar 18 es un primo de alta tecnología y similar al balón que cambió para siempre el fútbol. Pero la mayor innovación del nuevo modelo no se observa a simple vista: cada bola está integrada con comunicación de campo cercano (NFC, por sus siglas en inglés), un chip que permite la interacción con la pelota a través de un teléfono inteligente.

La tecnología no mide la velocidad, la altura o la curva del balón, pero ello podría ocurrir en una próxima versión. “Este es el primer paso [hacia] el mundo digital”, auguró Rommler.

Un modelo anterior de Adidas, el miCoach Smart Ball, usaba un sensor integrado para registrar el punto de golpe, el giro y la trayectoria, pero ese producto -ya discontinuado- nunca fue lo suficientemente resistente como para ser usado en ligas competitivas.

El Telstar 18 permite a los usuarios algo más que interactuar con el balón dándole un nombre o accediendo a contenido e información exclusivos de esa pelota; es realmente un artículo de equipo deportivo de alto rendimiento.

Rommler aseveró que, al diseñar el Telstar 18, los técnicos experimentaron instalando de 10 a 12 microcámaras. Sin embargo, las imágenes capturadas generaban más mareos que admiración.

“Trajimos a algunas estrellas, simplemente por diversión, para que jugaran con él”, relató el ejecutivo. “Como espectador, uno se mareaba porque la pelota se movía demasiado rápido. A veces no se podía ver nada; aunque hubo algunas secuencias muy interesantes”.

La nueva pelota de la Copa del Mundo desciende de una estirpe histórica: la Telstar original fue la primera bola en usar el ya clásico icosaedro truncado: 12 paneles pentagonales negros y 20 blancos. Hasta entonces, los balones de fútbol eran de cuero y tenían un solo color, a menudo oscuro, lo cual dificultaba su visualización en TV.

Cinco décadas más tarde, cuando la gente piensa en un balón de fútbol, el Telstar es el que viene a la mente, y Rommler hizo una investigación para probarlo.

“Le pedimos a estudiantes de diseño, a niños, incluso a quienes trabajan aquí en Adidas: ‘Por favor, dibujen una pelota para nosotros’”, relató. “Y, en el 99% de los casos, fueron [todas] bolas blancas con pentágonos. Lo llamamos el modelo a seguir de todos los balones; el padrino de todos ellos”.

La nueva bola es resultado de cuatro años de diseño y pruebas, y su apariencia es lo único que comparte con su pariente mayor. El modelo original estaba compuesto por 32 paneles individuales que debían coserse a mano. El nuevo, fabricado en China y Pakistán, tiene solo seis paneles que están cosidos a máquina alrededor de una cámara de látex con nuevo diseño, que asegura un rendimiento más estable de un balón a otro.

Sin embargo, la apariencia conocida se ha modernizado y el nuevo modelo luce las esquinas de los pentágonos estiradas en gradientes pixelados. Se han usado diseños similares para la pelota oficial de la liga MLS.

El Telstar 18 fue sometido a una serie de pruebas rigurosas en tres continentes, en altitud y al nivel del mar, y en temperaturas que van desde bajo cero hasta más de 100 grados. Incluso fue disparado desde una pistola de aire contra una pared de metal miles de veces, a más de 30 millas por hora. “Los comentarios que recibimos fueron fenomenales sobre todo eso”, aseguró Rommler.

Sin embargo, Adidas no piensa descansar en esos laureles. Después de que la última pelota sea pateada en Rusia, este julio, la firma comenzará a trabajar en serio en el balón para la Copa del Mundo de 2022, que se jugará en el reino desierto de Qatar.

Rommler no quiso discutir qué límites tecnológicos podría cruzar esa bola, pero estará diseñada para un desempeño a temperaturas superiores a los 100 grados. “Incluso si alguien dice ‘OK, esta es la pelota perfecta ahora’, puedo prometer que en cuatro años verá una completamente diferente para Qatar”, expuso, “porque quedarse quieto significa moverse hacia atrás”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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