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En medio de sus conflictos raciales, el miedo persiste en Austin después de la muerte del hombre que colocaba bombas

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El hombre que aterrorizó a la capital de Texas durante tres semanas está muerto, pero muchos en el lado este de la ciudad, predominantemente minoritario y de clase trabajadora, se encuentran intranquilos y con miedo, ya que ahí comenzaron las explosiones.

“Desearía disculparme, pero no lo voy a hacer”, dijo Mark Conditt en la grabación que hizo horas antes de hacerse estallar en su auto mientras era perseguido por la policía, publico el periódico Austin American-Statesman.

Conditt se describió a sí mismo en el video como un “psicópata” que había tenido una mala infancia y aseguró que en caso de que la policía lo cercara, iría hasta un McDonald’s y se haría estallar en medio de toda la gente.

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Conditt, de 23 años, era blanco, educado en casa por una familia de clase media en el lado norte de la ciudad. Cristiano evangélico, Conddit escribió sobre su oposición al aborto y la homosexualidad. No está claro porqué sus primeras bombas tuvieron como víctimas a afroamericanos y latinos en el este de la Interestatal 35, que atraviesa la ciudad y que divide racialmente a la ciudad.

Los primeros ataques, el 2 de marzo y el 12 de marzo, mataron a dos hombres afroamericanos e hirieron a dos mujeres, una afroamericana y una latina. Debido a que el terrorista arrojó paquetes en direcciones específicas en las calles, los investigadores creen que sus acciones podrían tener una motivación racial. Pero el domingo, el terrorista dejó un paquete en un sitio distinto y entonces los investigadores cambiaron las teorías y dijeron que el motivo podría ser más complicado.

El jefe de policía de Austin, Brian Manley, descartó que los motivos hayan sido raciales o terrorismo y los calificó como “desafíos personales”. Manley no hizo comentarios del video ni especificó a qué se refería con “desafíos”. Los investigadores tampoco han dado una explicación más completa. Uno de esos paquetes explotó en una cinta transportadora en un centro de procesamiento de FedEx en las afueras de San Antonio; el otro fue recuperado en un FedEx cerca del aeropuerto de Austin.

Después de la muerte de Conddit, los policías estatales notificaron a varios residentes de un peligro potencial en Cedar Park, al oeste de donde vivía. El paquete recuperado estaba destinado al suroeste de Austin, de acuerdo a una información proporcionada por KABB-TV de San Antonio.

Familiares, amigos y vecinos de las víctimas de las explosiones iniciales, quieren saber más sobre los motivos del atacante y sus posibles cómplices.

El jueves, el padre de la primera víctima de las bombas, agradeció en una carta a los investigadores por el esfuerzo realizado, pero también demando información a la ciudad acerca de la muerte de su hijo Anthony, de 39 años de edad.

“Esperamos que con la muerte de Conddit termine el círculo de miedo y terror en el área de Austin”, escribió Elliot House en su carta. “Sin embargo todo esto deja varias preguntas que su familia comparte con la otra víctima Draylen Mason, de 17 años -”El hecho de que ambos sean negros y que sean las únicas víctimas de esta serie de bombas. Queremos saber cómo fueron elegidos para morir y por qué?”

La familia de Draylen también emitió una declaración a través del pastor de su iglesia agradeciendo a la policía y agregando que “la cadena de eventos más reciente ha traído una sensación de cierre porque nuestra amada hija ha recibido justicia”.

El reverendo Gary Renfro, quien ejerce en el lado Este de la ciudad, reconoció que las preguntas persisten. “ ¿Todo esto fue al azar o tenía una razón para hacerlo? cuestionó.

Los líderes comunitarios criticaron a la policía por su lentitud de respuesta. En una reunión de vecinos en el lado este de Austin, los residentes cuestionaron si la policía habría respondido con la misma lentitud si los atentados hubieran ocurrido en otra parte de la ciudad.

Una vez considerado como el corazón del “distrito negro” de la ciudad, el área donde ocurrió el primer bombardeo fue diseñado hace décadas por el Concejo Municipal para segregar la población negra de Austin, dijo Eric Tang, profesor asociado de estudios negros y asiáticoamericanos en la Universidad de Texas.

Mientras tanto, los mexicoestadounidenses fueron relegados al área del sur, y para fines del siglo XX, ela gentrificación los empujó más hacia el este, al área donde estalló la tercera bomba.

“Hay la sensación general de que ha habido alguna motivación racial”, dijo Tang, quien recientemente publicó una encuesta de gentrificación en el lado este. “Todavía hay miedo. .... Es una comunidad que se siente invisible, una comunidad que siente que está siendo borrada y que a nadie realmente le importa lo que les está sucediendo a ellos, y, en el peor de los casos, que a la gente le gustaría ver que se fueran”.

Nelson Linder, presidente del capítulo de la ciudad de la Asociación Nacional. para el Avance de la Gente de Color, dijo que era demasiado pronto para descartar la motivación racial de los ataques.

“Todavía hay demasiadas preguntas sin respuesta como para llegar a esa conclusión.” Vamos a investigar más sobre quién era Mark Conditt “, dijo Linder. “Las autoridades no creen que este hombre tuviera una motivación racial”. Hasta ahora no hemos llegar a esa conclusión, lo haremos hasta que descubramos quién era ese hombre”.

Los vecinos del lado este coinciden en que la muerte de Conditt solo generó más preguntas.

“Cuando descubrí que era él, me asusté aún más”, dijo Rickye Henderson, que vive en la calle donde ocurrió la segunda explosión y conocía a House. “Es una injusticia de la policía no cinformarnos ... Austin sabe que tienen un problema racial”.

Conditt tenía dos compañeros de cuarto, que fueron detenidos, interrogados y liberados por los investigadores, pero no identificados. Las autoridades dijeron que los hombres no parecían haber estado involucrados en los bombazos y que estaban cooperando.

“Sé que mi hijo no está involucrado en esto”, dijo Jennifer Withers, que es afroamericana.

En la calle Galindo, donde Esperanza “Hope” Herrera, de 75 años, fue herida en una explosión el 12 de marzo, los vecinos siguen preocupados por el motivo del atacante.

Estella Chávez vive en la calle y recuerda haber escuchado el estallido de la explosión, luego se apresuró a salir para ver a su amiga en el suelo, llorando. Un vecino la cubrió con una manta y siguió repitiendo su nombre. Ella nunca respondió. Ella permanece en estado crítico y puede perder un brazo y una pierna, dijo Chávez.

Chávez se pregunta si fue Conduit logró sus propósitos.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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