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El sindicato de la Patrulla Fronteriza califica el despliegue de la Guardia Nacional como un ‘colosal desperdicio’

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Un mes después de que el presidente Trump pidiera el envío de tropas de la Guardia Nacional a la frontera entre Estados Unidos y México, el jefe del sindicato nacional de la Patrulla Fronteriza calificó el despliegue como “un desperdicio colosal de recursos”.

“No hemos visto ningún beneficio”, dijo Brandon Judd, presidente del sindicato que representa a 15,000 agentes en el Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza.

La crítica es un cambio dramático para el grupo que apoyó la candidatura de Trump para presidente y elogió sus esfuerzos de seguridad fronteriza, incluidos los despliegues de la Guardia Nacional.

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“Cuando supe que la Guardia Nacional iba a estar en la frontera, estaba muy emocionado”, dijo Judd, porque los despliegues previos en la frontera ayudaron a aliviar la carga de trabajo de la Patrulla Fronteriza.

Pero esta vez, dijo, “eso no ha sucedido en absoluto”.

Alrededor de 1,600 elementos de la Guardia Nacional fueron desplegados en la frontera. Pronto se agregarán unos 750 soldados más en puestos de apoyo, y el total podría alcanzar los 4,000, “según las solicitudes de asistencia”, dijo el teniente coronel del Ejército Jamie Davis, portavoz del Pentágono.

“Queremos unir el número correcto de tropas para hacer los trabajos que se necesitan, no solo proporcionar una cierta cantidad de tropas”, dijo Davis.

Davis se negó a hablar sobre los comentarios del sindicato de la Patrulla Fronteriza.

Una portavoz de la Patrulla Fronteriza dijo que las tropas de la Guardia Nacional habían ayudado con 3,100 deportaciones, y la incautación de 3,500 libras de marihuana, todo mediante la operación de tecnología y equipos de apoyo.

Patrulleros fronterizos y funcionarios de la Guardia Nacional de Arizona y Texas sostuvieron una sesión informativa varias semanas después del despliegue para elogiarlo como un “multiplicador de fuerza”, aunque no dijeron cuántos agentes habían liberado para patrullar la frontera. Señalaron que las tropas estacionadas en los puestos de observación en la frontera en Texas eran parte de una operación separada, y que los soldados de la Guardia Nacional no podían observar nada dentro de México, incluso remotamente a través del equipo de vigilancia porque eso se considera espionaje.

La Jefa interina de la Patrulla Fronteriza, Carla Provost, respondió a los reclamos del sindicato reconociendo que el papel de la Guardia Nacional ha cambiado en comparación con los despliegues anteriores. Aunque han sido desplegados en la frontera, tienen que estar emparejados con un agente que tenga poderes de aplicación de la ley, y la Patrulla Fronteriza y los oficiales de defensa decidieron que era mejor usarlos detrás de escena para vigilancia y apoyo aéreo.

“Quiero que mis agentes estén en primera línea haciendo cumplir las leyes”, dijo Provost durante una visita a la sede de la agencia en el Valle del Río Grande, el 24 de mayo.

Provost describió que las parejas de agentes usan globos aerostáticos para monitorear la frontera de forma remota, y cuando las tropas han reemplazado a un agente, liberan a otro para patrullar. “A medida que aprenden y obtienen cierta experiencia, más agentes podrán ir a la línea”, dijo Provost.

Un funcionario del Pentágono, que pidió no ser identificado debido a la sensibilidad del tema, señaló que los gobernadores de los cuatro estados fronterizos donde se desplegaron las tropas de la Guardia Nacional, Arizona, California, Nuevo México y Texas, establecieron los términos del compromiso.

“El apoyo general es para la misión, pero van a ser distribuidos de manera diferente por estado”. Este “no ha sido un cambio significativo con relación a George Bush, Obama y ahora Trump”, dijo el funcionario.

Agregó: “La Guardia Nacional siempre es bienvenida”.

Los miembros del sindicato de la Patrulla Fronteriza no estuvieron de acuerdo.

La última vez que la Guardia Nacional fue desplegada en la frontera, en Texas, en 2014, y en toda la frontera en 2010, las tropas asumieron puestos de la Patrulla Fronteriza en el frente de batalla, lo que alivió la carga de trabajo, afirmó Judd. Aunque los miembros de la Guardia Nacional estaban restringidos a un rol de “observar e informar” y no podían detener a los inmigrantes, aun así ayudaron a la Patrulla Fronteriza.

“Se les permitió hacer mucho más de lo que se les ha permitido bajo la administración Trump. Se les permitió estar en puestos de observación y vigilancia. Se les permitió salir a nivelar las carreteras y reparar vallas. Se les permitió ser nuestros ojos y oídos, liberándonos de algunas actividades”, dijo Judd.

Este despliegue, añadió, ha demostrado ser mucho más limitado, a pesar de las afirmaciones de la administración Trump.

Judd indicó que “no se les permite estar a la vista del público. No se les permite estar en nuestros puestos de vigilancia y observación, ni siquiera en Texas”, el área más transitada de la frontera para los inmigrantes y el contrabando de drogas.

Judd dijo que los agentes se habían quejado de las restricciones a los comandantes de la Guardia Nacional, pero “simplemente ignoran las preocupaciones”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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