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El ataque de Venezuela muestra que los drones pueden convertirse en armas de gran potencial

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Los drones cargados con explosivos que volaban hacia el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en un evento a inicios de agosto, perdieron el control gracias a un equipo diseñado específicamente para interferir las señales de radio.

Esa tecnología fue acreditada a funcionarios venezolanos al frustrar en parte un intento de asesinato contra Maduro. Uno de los drones perdió el control, golpeó un edificio y detonó, dejando una marca en el costado de la estructura; el otro estalló sobre guardias uniformados, hiriendo a siete.

El ataque, aparentemente el primero de su tipo, confirma los temores de algunos funcionarios de seguridad de que los drones baratos y comercialmente disponibles, podrían usarse para actos violentos. Y destaca los esfuerzos para desarrollar tecnología contra los drones, un sector de la industria de defensa que los analistas creen que empezará a crecer.

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El Departamento de Defensa ha hablado durante años sobre las nuevas tecnologías que darían a los “actores no estatales” la capacidad de atacar a las fuerzas, bases y aliados de EE.UU., dijo Mark Gunzinger, investigador principal del centro de estudios de evaluaciones estratégicas y presupuestarias. Dijo que el ataque contra Maduro es el primero del que tiene conocimiento, en el que se utilizan los drones para atentar contra una figura pública.

El espacio aéreo alrededor de Washington, DC, es el más restringido de la nación. El vuelo en dron está prohibido dentro de un radio de 15 millas del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington, a menos que un operador tenga una autorización específica de la Administración Federal de Aviación. No obstante, un dron de cuatro hélices se estrelló en el césped de la Casa Blanca en 2015.

Dos años antes, un avión no tripulado se estrelló frente a la canciller alemana Angela Merkel, en un evento de campaña en Alemania.

“Este es solo otro caso en el que vemos que la tecnología de sistemas no tripulados se usa para ese propósito”, dijo Gunzinger. “Creo que deberíamos sorprendernos de que no hayan sido utilizados antes para ese propósito”.

Interrumpir las frecuencias de radio que vinculan un dron específico con su controlador es la medida más común contra los drones, dijo James Lewis, vicepresidente senior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Esa tecnología, que se usó en Venezuela, puede causar confusión y podría usarse para forzar el aterrizaje de una nave no tripulada. Actualmente es ilegal que las entidades no gubernamentales usen dichos bloqueadores de señal.

Investigadores de Aerospace Corp. en El Segundo han estado trabajando para perfeccionar un tipo diferente de control sobre las frecuencias de radio que usan los drones para comunicarse. Un equipo investigó la posibilidad de aislar la frecuencia exacta utilizada por un dron en un momento específico. En varias pruebas, los investigadores pudieron tomar con éxito los controles del vehículo aéreo no tripulado y aterrizarlo de manera segura.

Las redes son otra técnica común utilizada para atrapar un avión no tripulado en las proximidades de un área sensible o de alto riesgo, dijo Lewis. Y compañías como Raytheon Co. han desarrollado sistemas de energía dirigida para disparar aviones no tripulados desde el cielo.

El Phaser de Raytheon usa microondas de alta potencia para derretir los circuitos de los drones. Las microondas de energía “inducen muy, muy pequeñas oleadas de corriente en los circuitos eléctricos, lo interrumpen y lo queman”, lo que hace que el dron pierda la dirección, dijo Gunzinger. Raytheon ha calificado su sistema como una forma de contrarrestar potencialmente enjambres de docenas o cientos de pequeños drones.

Boeing Co. ha desarrollado un sistema compacto de armas láser que, durante una demostración hace varios años, deshabilitaron un dron en aproximadamente 15 segundos con un láser de 2 kilovatios .

También hay opciones menos agresivas.

El fabricante del dron DJI M600 utilizado en el ataque de Venezuela, ha desarrollado un software de geofencing que coloca un límite virtual alrededor de áreas sensibles, como incendios forestales, para que los drones no puedan entrar y se vean obligados a mantenerse en un mismo sitio.

La compañía china también ha desarrollado un sistema de identificación remota para sus drones conocido como AeroScope. Usando una caja con dos antenas y una pantalla adjunta, los aeropuertos, los departamentos de bomberos y policías u otras agencias de seguridad pueden escuchar el enlace de radio que usa el dron para comunicarse con su controlador.

Ese enlace de radio tiene información codificada sobre el número de serie del dron, de dónde partió, hacia dónde se dirige y dónde está el piloto, dijo Adam Lisberg, portavoz de DJI.

Dijo que la compañía ha demostrado esa tecnología a varias agencias gubernamentales y ha tenido “discusiones productivas” sobre su plataforma de identificación remota con autoridades en los Estados Unidos y Europa.

“Las fuerzas de seguridad están buscando una herramienta que los ayude a reducir el tamaño de un pajar para que puedan encontrar esa aguja”, dijo Lisberg.

La FAA también está considerando la implementación de un sistema de identificación y seguimiento remoto de drones, que enviaría información del propietario del dron, un identificador único para la nave y detalles de seguimiento a una base de datos de Internet aprobada por la agencia.

Pero Gunzinger dijo que EE.UU. necesitará continuar pensando en términos generales sobre cómo podrían usarse drones pequeños y baratos y qué podrían hacer en el futuro.

“Esta tecnología va a aumentar en sofisticación. Va a proliferar más ampliamente. Y realmente tenemos que pensar mucho sobre cómo podemos proteger no solo a nuestros políticos y soldados, sino también al público de Estados Unidos contra los terroristas y otros que podrían usar estos aparatos de manera perjudicial”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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