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Después de una cirugía para perder peso, los solteros tienen más probabilidades de iniciar una relación o divorciarse

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La reducción quirúrgica del estómago podría hacer algo más que modificar las señales de hambre y apetito, mejorar la función metabólica e inducir una sustancial pérdida de peso. Una nueva investigación sugiere que también podría renovar los sentimientos de algunos corazones.

Un amplio estudio sueco descubrió que las personas obesas que tenían un cónyuge o concubino y se sometieron a una cirugía de pérdida de peso, tuvieron un 28% más de probabilidades de separarse o divorciarse, en relación con las de un grupo comparativo que no se sometió a la operación.

Los pacientes que estaban solteros antes de la cirugía, sin embargo, mostraron aproximadamente el doble de probabilidades de comenzar una nueva relación después, al igual que las personas obesas que acababan de recibir indicaciones para perder peso.

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Esos hallazgos, medidos cuatro años después de que los sujetos se sometieran a una cirugía bariátrica, se magnificaban en quienes habían perdido más peso. Ello es una nueva evidencia de que, si bien la pérdida sustancial de peso puede alentar la autoconfianza de alguien obeso y reavivar su deseo de un romance, también puede alterar los cimientos de las relaciones existentes.

Se trata de una dinámica familiar para David Sarwer, quien dirige el Center for Obesity Research and Education, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Temple.

Mucha gente cree, intuitivamente, que una gran pérdida de peso mejorará una relación romántica, expuso Sarwer, quien ha estudiado el impacto psicológico y social de la cirugía bariátrica durante dos décadas. Por supuesto, piensan: “La persona que perdió peso estará encantada y su pareja también estará complacida con el cambio en la apariencia”, agregó Sarwer, quien no participó en el estudio.

“Desafortunadamente, la pérdida de peso también puede tener efectos negativos en las relaciones”, dijo. “La persona que adelgaza puede sentirse mejor con sí misma y poner fin a una relación infeliz. A veces, los compañeros se sienten amenazados por la pérdida de peso y eso puede causar problemas también”.

Los autores del nuevo estudio reconocieron que, si bien la cirugía bariátrica “puede afectar la dinámica de la relación”, echarle la culpa por las rupturas sería una tarea más difícil. Su investigación no captó qué cónyuge puso fin a la relación o por qué.

Dichas preguntas podrían ser más importantes a medida que los procedimientos de ese estilo se vuelven más comunes como un medio para tratar la obesidad y los trastornos metabólicos -y de otro tipo- que esta conlleva. En 2013, se realizaron casi 470,000 procedimientos bariátricos en todo el mundo. En 2016, hubo 216,000 en los Estados Unidos, según la Sociedad Estadounidense de Cirugía Metabólica y Bariátrica.

La mayoría de los pacientes de cirugía de pérdida de peso y sus parejas informan que la calidad de sus relaciones serias se mantiene estable o mejora, anotaron los autores. Pero además de reportar sentimientos de celos, algunos cónyuges de pacientes operados les dicen a los investigadores que sienten “que ya no son necesitados” después de que su compañero atravesó un cambio tan drástico.

Para tener “más oportunidades de manejar las posibles tensiones en su relación”, los potenciales candidatos al procedimiento bariátrico deben ser informados sobre esta cuestión, indicaron los autores.

Los divorcios y separaciones fueron más altos entre los pacientes que juzgaron la calidad de sus relaciones familiares como pobres al momento de la cirugía. También fueron más comunes entre los más jóvenes, quienes se habían divorciado antes o habían estado casados o conviviendo con su pareja durante un período más corto.

No obstante, no todas las relaciones terminadas deben considerarse evidencia de un “evento adverso” de la cirugía bariátrica, advirtieron los autores. El aumento de la confianza en sí mismo y la autoestima que conlleva decidir someterse al procedimiento, además de la pérdida sustancial de peso resultante, podría haber empoderado a algunos pacientes “para abandonar una relación insalubre”, escribieron.

El estudio realizado en Suecia, recopiló estas ideas de un par de grandes bases de datos nacionales. Una de ellas comparaba a los pacientes sometidos a la cirugía con un grupo de personas obesas que acababan de recibir consejos sobre la pérdida de peso. Otra comparaba los cambios en el estado civil de los pacientes con cirugía bariátrica con el de la población general.

Después de cuatro años, el 9.4% de los sujetos sometidos al procedimiento informaron que se habían separado o divorciado. Entre los pacientes obesos que solo recibieron asesoramiento para adelgazar, el 5.5% se divorció o se separó cuatro años después. Después de tomar en cuenta otros factores que influyen en la probabilidad de rupturas de relaciones, los autores calcularon que el aumento del riesgo de divorcio o separación entre quienes se someten a cirugías bariátricas es del 28% al final de los cuatro años.

En la comparación con la población general (en lugar de una población comparativa de personas obesas que buscan atención médica para esa condición), las tasas de divorcio entre los operados para perder peso fue un 76% mayor.

El estudio sueco también documentó uno de los efectos más felices de la cirugía bariátrica: el amor y el matrimonio.

Después de cuatro años, el 21% de los hombres y mujeres solteros que se sometieron al procedimiento quirúrgico se habían casado o iniciado una nueva relación sentimental. En el caso de los miembros obesos del grupo comparativo -quienes solo recibieron consejos sobre dieta y ejercicio-, la tasa después de cuatro años era del 11%.

Una década más tarde, el 35% del grupo de cirugía se había casado o comenzado un nuevo romance, en relación con el 19% de los del grupo de comparación.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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