Cómo el movimiento #MeToo está cambiando la forma en que madres e hijas hablan sobre la agresión sexual
Durante el año pasado, una creciente conversación sobre el acoso sexual ha estallado.
Para explorar cómo esta conversación ha cambiado, generación tras generación, les preguntamos a las madres y a las hijas sobre cómo fueron criados para hablar, reaccionar y tomar medidas cuando se trata de acoso y agresión sexual.
Liz y Terrie
La hija de Liz Cotone solo tiene 6 años, pero ya está aprendiendo sobre el consentimiento. Liz, de 42 años, y su madre, Terrie Rosengren, de 70, hablan sobre cómo enseñar a los niños a pedir permiso, sentando las bases para comprender la autonomía del cuerpo.
No se trata de sexo. Está usando las diferencias de nuestro género para desarrollar el poder".
— Liz
Ahleea and Denise
Denise Zama, de 57 años, fue acosada sexualmente a una edad muy temprana y nunca le contó a sus padres lo que le sucedió. Pero cuando su hija, Ahleea Zama, de 31 años, fue agredida sexualmente en la escuela secundaria, las dos procesaron sus experiencias juntas.
Una quisiera saber qué podría haber hecho diferente... Una intenta proteger a sus hijos lo mejor que puede. Pero al mismo tiempo, debes darles libertad para crecer".
— Denise
Samantha y Ellen
Cuando Samantha Gordon, de 21 años, habló por primera vez con su madre sobre haber sido agredida sexualmente, Ellen Gordon, de 53 años, le preguntó si había bebido. Años más tarde, discuten sobre esa conversación, y Ellen explica cómo ella ajustó su comportamiento para parecer menos "mandona" como una mujer en un entorno profesional.
Creo que crecimos con interpretaciones y expectativas diferentes de los asaltos sexuales".
— Samantha
Tessa y Jayne
Desde que alguien colocó algo en el vaso de su bebida, Tessa Petrich, de 32 años, se ha vuelto más consciente de las amenazas comunes que debe enfrentar como mujer, incluso al caminar por callejones oscuros o no atender su bebida en una fiesta. Ella y su madre, Jayne Petrich, de 59 años, discuten el papel que juegan las mujeres para mantenerse a salvo.
Creo que es muy bueno pasar mucho tiempo pensando en cómo puedo protegerme. Aunque muchas veces pienso que eso es perder el tiempo".
— Tessa
Ariana y Maggie
Al crecer, era costumbre que Ariana "Diosa" Zertuche, de 24 años, besara y abrazara a sus familiares, pero nunca había discutido la idea del consentimiento. Ella y su madre, Maggie Zertuche, de 62 años, exploran cómo las relaciones complejas y los tabúes de la discusión sobre el sexo dificultan el avance de las mujeres de su familia.
No debemos hablar de sexo sólo cuando hay violencia. También tenemos que hablar de sexo cuando hay algo positivo.”
— Ariana
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