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Agentes de la Patrulla Fronteriza afirman que la contaminación del Río Tijuana los está enfermando

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Con las quejas de salud de los agentes de la Patrulla Fronteriza que trabajan en las áreas contaminadas del Valle del Río Tijuana, la agencia federal de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) está tratando, por su cuenta y silenciosamente, de resolver algunos de los problemas que presentan los flujos tóxicos de aguas residuales de México.

La agencia publicó un aviso en un sitio web de contratación federal la semana pasada en el que buscaba ideas de la industria privada sobre cómo manejar las aguas residuales y los materiales peligrosos transfronterizos, a los que los agentes de la Patrulla Fronteriza se exponen rutinariamente.

La agencia publicó un aviso en un sitio web de contratación federal, la semana pasada, en el que buscaba ideas de la industria privada sobre cómo manejar las aguas residuales y los materiales peligrosos transfronterizos, a los que sus agentes se exponen rutinariamente.

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La publicación, formalmente conocida como Solicitud de Información, es el primer paso en lo que podría convertirse en una adjudicación de contrato por parte de la agencia. El aviso, titulado “CBP Wastewater Initiative”, marca un movimiento en un área -soluciones de ingeniería y medioambientales- en la cual la importante agencia normalmente no profundiza.

También marca una nueva apertura en la creciente batalla para abordar el problema, extendido por décadas, de las aguas residuales en el valle. El viernes, un grupo de gobiernos locales, incluyendo los de Imperial Beach y el Distrito Portuario Unificado de San Diego, anunciaron una demanda contra el gobierno federal por no detener las descargas repetidas de agua contaminada en el valle.

Ese litigio podría tardar años en resolverse. Mientras tanto, CBP está tomando medidas para al menos aliviar, aunque no necesariamente resolver, los inconvenientes que enfrentan sus agentes.

La acción probablemente sea una respuesta a la creciente alarma que emitieron los sindicatos para los agentes de la Patrulla Fronteriza sobre los problemas de salud presentados por los asignados a la zona de Imperial Beach. Según Chris Harris, un representante gremial, 83 agentes informaron dolores de cabeza, erupciones cutáneas, infecciones y otros problemas al tomar contacto con el agua contaminada y la inhalación del polvo en el valle.

Harris elogió a la agencia por tomar la iniciativa; también precisó que el sindicato se reunió con el comisionado interino, Kevin McAleenan, para tratar la cuestión y está trabajando en soluciones. “Los ingenieros y científicos

no aparecen de la nada”, afirmó Harris sobre la CBP. “Ellos dicen que no podemos esperar más... La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) no ha sido útil, y tampoco ha ayudado el estado. ¿Si las aguas residuales corrieran por las calles de una ciudad, alguien imagina que sea el Departamento de Policía el que diga ‘vamos a resolverlo’? ¿Dónde está el departamento de agua o el de alcantarillado? Esa es la situación en la que nos encontramos”.

CBP afirmó en un comunicado que la agencia no va a actuar por sí misma y que trabajará con otras entidades para buscar una solución. “Este esfuerzo solo aborda una parte de este complicado tema. CBP continúa trabajando estrechamente con sus socios interinstitucionales en la EPA, el Departamento de Estado (DoS), el Departamento del Tesoro y la Comisión Internacional de Límites y Aguas de los Estados Unidos, para desarrollar un enfoque general de gobierno en pos de resolver este problema de infraestructura a gran escala, que incluya también un fuerte compromiso con el Gobierno de México”.

La agencia destacó que el costo de sus tareas no puede proyectarse hasta que surjan soluciones mediante el proceso de Solicitud de Información.

Si bien las preocupaciones de salud de los agentes fueron un factor, la declaración también remarcó que CBP fue “estimulada por los riesgos continuos que las aguas residuales transfronterizas y los flujos peligrosos representan para su acción general, que incluye no solo los riesgos de salud y de vida de los agentes de la Patrulla Fronteriza de los EE.UU., sino también su personal de apoyo y las personas a las que detienen en el desempeño de su misión”.

El aviso destacaba que los agentes deben inspeccionar rutinariamente una red de alcantarillas que se encuentran bajo la valla fronteriza y las barreras que llevan agua, en busca de inmigrantes y contrabandistas no autorizados.

Si bien las alcantarillas deberían estar mojadas solo durante y después de una tormenta, a menudo transportan agua durante los períodos secos, como resultado de la falta de infraestructura de alcantarillado en Tijuana y el vertido ilegal, según las autoridades. Varios de los cañones que cruzan la frontera se vacían en colectores que capturan los flujos de clima seco para el eventual bombeo a una planta de tratamiento de aguas residuales en el lado estadounidense de la frontera.

“Los contaminantes conocidos y desconocidos presentan riesgos operativos y de salud para los agentes de la Patrulla Fronteriza que operan en el área”, se lee en el aviso.

La agencia solicita una gama de soluciones, entre ellas equipos automáticos para cesar el patrullaje del área a pie, y “arreglos de ingeniería en la infraestructura del colector del cañón, para neutralizar el riesgo del material peligroso contenido en el agua o eliminar el agua que se acumula en los colectores”.

La agencia también quiere ideas para un “paquete de tecnología” que permita a los agentes monitorear de forma remota las rejillas de las alcantarillas y los aliviaderos, y que alerte “al personal acerca de los riesgos inminentes, para que puedan tomar medidas de precaución y limitar la exposición”.

El plazo para presentar las ideas vence a mediados de marzo. Como señal de que la agencia está considerando seriamente la adquisición de soluciones, se programó un “día de la industria” en San Diego, en abril. En esos eventos, los funcionarios gubernamentales y los contratistas interesados discuten los objetivos de los proyectos, su posible cronograma, y obtienen retroalimentación de las industrias sobre las propuestas.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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