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Los amigos poderosos de Clinton pueden hacer la diferencia en California

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Bernie Sanders gana en cuanto a ‘efectos visuales’ la lucha por la votación presidencial en California; cada uno de sus eventos atrae a entusiastas multitudes de miles de admiradores, que demuestran ese apoyo que el senador espera se traduzca en una victoria real. En cambio, los eventos de la campaña de Hillary Clinton son más íntimos, con algunos cientos de seguidores, en lugares seleccionados para mostrar especialmente su lado personal.

Este contraste visual es sólo una -e históricamente no determinante- medida de apoyo. Otra es la guerra casa por casa y comunidad por comunidad, que se libra de una manera menos visible en todo el estado.

En ese aspecto, Clinton tiene la ventaja, con su ejército de funcionarios y otros elementos de la clase dirigente demócrata dispuestos a persuadir a sus partidarios en favor de la Clinton. La suya es una campaña que depende de una antigua virtud política bajo fuego en este año: la confianza. Y, claro está, algo de forcejeo.

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Hasta el momento, en esta contienda electoral el representante Xavier Becerra ha hecho campaña por Clinton en ocho estados y realizado entrevistas con medios de TV y radio en otros siete. En California, ha concentrado esfuerzos de campaña en su base de operaciones de Los Ángeles, y en Santa Bárbara, y muy pronto lo hará en el Valle Central y Sacramento. Todo ello tiene por objeto extender la credibilidad hacia la precandidata.

“El hecho es que rara vez la gente llega a conocer a los candidatos que se postulan, especialmente para la presidencia, y en última instancia deben confiar en la información disponible”, afirmó Becerra ante los votantes. “Demasiado a menudo sólo hay avisos de televisión, y la mayoría de las veces uno se asquea porque son negativos. Así que las decisiones, a menudo, se toman en base a cosas con las que no estamos muy contentos”.

La alternativa a todo ello es un líder local, que pueda responder por quien aparece en la parte superior de la boleta electoral.

Cuando se trata de una elección presidencial, “cuanto más cerca se pueda llegar de esa persona, más confianza uno tiene”, afirmó Becerra. “Si no se puede conocer al candidato en persona, acceder a alguien que sí lo conozca es la segunda mejor opción, en comparación con un anuncio publicitario o una campaña comercial”.

La longevidad de Clinton en la política ha funcionado en su contra, en cierto sentido, en este raro año de elecciones; aunque en ciertos lugares, sus décadas en las trincheras pueden ayudar. Becerra recordó un viaje de Clinton por su distrito hace más de dos décadas, cuando trabajó con líderes de la comunidad para salvar una sinagoga histórica: “La gente del Este de L.A. recordará esa acción”, aseguró.

Pero en un estado de 17 millones de votantes, conocer a todo el mundo no es un sueño posible. De ahí la figura de la persona que llega a tocar puertas, que organiza pequeñas reuniones, visita un barrio para tocar puertas y bombardea a sus propios partidarios con peticiones de ayuda.

El suplente más utilizado a menudo por Clinton es su esposo, el expresidente. Además de él, tal vez la sustituta más obvia en California en estas primarias ha sido Dolores Huerta, cofundadora de United Farm Workers y símbolo del activismo político latino. Huerta ha aparecido en anuncios de la candidata al Senado Kamala Harris, y este domingo y lunes planea unirse a Bill Clinton en eventos vinculados con la campaña de su esposa.

Sanders tiene pocos sustitutos entre las filas de funcionarios o veteranos políticos -como Huerta- en California. El concejal de Los Ángeles y exlegislador estatal Gil Cedillo ayudó a presentar a Sanders en su mitin en Carson, el martes último. Pero los suplentes centrales de la campaña del senador de Vermont durante este fin de semana, el último antes del fin del registro de votantes -que vence este lunes- no son de este estado: el representante Tulsi Gabbard, de Hawái, y la exsenadora Nina Turner, de Ohio. Ambos han recorrido el país como altos presentantes de peso de Sanders.

Debido a la falta de apoyo de la clase dirigente del partido -algo que a menudo él critica durante sus eventos- la campaña de Sanders se ha apoyado en figuras del entretenimiento. Tres actores -entre ellos Danny Glover, un activista político liberal de toda la vida- hablaron a la multitud en Carson. Las actrices Rosario Dawson, Frances Fisher y Susan Sarandon también han sido importantes en su campaña. Jóvenes actores y músicos también han salido en apoyo de Sanders, y aparecieron en eventos de registro de votantes este fin de semana.

Más allá del revuelo temporario que causan en los eventos, los artistas suelen jugar un papel más prominente en la recaudación de dinero. Hollywood y la élite de San Francisco han sido poderosas fuerzas en nombre de ambos Clinton y del presidente Obama. Aumentar el número de votantes es un papel que generalmente depende de los colegas políticos, quienes confían en sus propias redes locales de votantes.

El equipo de sustitutos de Clinton es un quién es quién de funcionarios elegidos a nivel nacional y estatal. El representante John Lewis, de Georgia, inauguró su oficina en Sacramento. El secretario de trabajo, Tom Perez, participó en múltiples eventos, entre ellos algunos de este fin de semana junto con Bill Clinton. La exrepresentante Gabrielle Giffords, de Arizona -quien sufrió un intento de asesinato en 2011-, y su esposo, Mark Kelly, aparecieron juntos en una reunión acerca de la violencia armada. Las autoridades de California se han unido a ellos a medida que la elección del 7 de junio se aproxima.

A excepción de cuatro, el resto de los 39 miembros demócratas del Congreso han respaldado a Clinton, y muchos han venido hasta aquí para persuadir a sus partidarios de votar. Líderes afroamericanos como las representantes Maxine Waters y Karen Bass; y latinos, como Hilda Solís, supervisora del condado de Los Ángeles, y el exalcalde Antonio Villaraigosa, también se han sumado. Adicionalmente, Eric Garcetti, Libby Schaaf, Sam Liccardo y Ed Lee -alcaldes de Los Ángeles, Oakland, San José y San Francisco, respectivamente, todas grandes bases demócratas- han hecho campaña por ella.

En total, sus iniciativas de este año tienen el propósito de replicar la victoria de Clinton por sobre Barack Obama en las primarias del estado en 2008, por más de ocho puntos de diferencia. Ese año, el respaldo de los funcionarios latinos en Los Ángeles fue particularmente importante para persuadir a los votantes.

En California, donde los votantes latinos conformarán quizás una cuarta parte del electorado demócrata, hablar inglés y español hace que los sustitutos como Becerra sean especialmente útiles. Aunque también hay límites. Clinton contaba con los votantes latinos como un baluarte en California pero las encuestas muestran que Sanders ha captado el apoyo de los más jóvenes. Becerra reconoció a dificultad de persuadir a los ‘milenios’ para que voten a Clinton; a diferencia de sus padres, no tienen una conexión personal con la exprimera dama y abrazan las propuestas de Sanders de asistencia sanitaria universal y matrícula gratuita en los colegios y universidades estatales.

Para ellos, los planes de Clinton -mejorar Obamacare y asistencia para la matrícula universitaria según las necesidades financieras de cada alumno- resultan un tanto deslucidos. “Intento dejar muy en claro que es genial soñar, pero que en última instancia, habrá que pagar la factura si el sueño no se hace realidad”, aseguró Becerra. “Así que, mejor vayamos donde sabemos que podemos lograrlo; con alguien que ha probado y tiene la experiencia para hacerlo”.

Tanto Clinton como Sanders estarán en California durante gran parte de las próximas dos semanas, hablando con el mayor número de votantes posible y, potencialmente, ampliando su llegada mediante anuncios. Con mucha menos publicidad, sus sustitutos y funcionarios de peso que le han ayudado también estarán allí.

Si desea leer la nota en inglés haga clic aquí.

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