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Trump y la libertad de expresión fue lo que menos importó durante el enfrentamiento en Berkeley

Conservative activists billed it as a “free speech” rally, but the demonstration in Berkeley quickly turned violent. (April 18, 2017) (Sign up for our free video newsletter here http://bit.ly/2n6VKPR)

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Cuando cientos de activistas de la izquierda y la derecha se enfrentaron en Berkeley el sábado, las cosas se pusieron de ‘a peso’ muy rápidamente.

El evento fue calificado como una manifestación de la “libertad de expresión” por activistas conservadores, encabezados en una de las ciudades más liberales de Estados Unidos. Pero incluso antes de comenzar el evento, los golpes surgieron y la gente quedó ensangrentada. Al final de la trifulca, 21 personas fueron arrestadas y la policía confiscó una serie de palos, cuchillos y latas de Pepsi usadas como proyectiles.

Pero lo que parecía ser un acontecimiento político que se convirtió en violencia era en realidad algo más complejo. Los combatientes de ambos bandos eran extremistas que viajaban desde muy lejos para hacer de Berkeley su escenario. Muchos admitieron abiertamente que estaban allí para causar problemas y que la protesta pacífica sobre el Presidente Trump y otras cuestiones realmente no era su objetivo.

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Gran parte de la violencia quedó en las cámaras de teléfonos móviles y se publicó en las redes sociales, donde cada lado ofrecía a los seguidores su narración de lo ocurrido.

“La gente tiene que empezar a tirar cosas para protegerse a sí misma”, dijo una manifestante feminista llamada Emily Rose, mientras ella y su compañero ensangrentado trataban de recuperar el aliento durante la protesta del sábado.

Su rostro estaba cubierto con un pañuelo de color negro y rojo, sus pequeñas manos envueltas en guantes negros sostenían un rociador de spray pimienta. Momentos después, Rose fue golpeada en la cara durante una pelea con Nathan Damigo, un estudiante de Cal State Stanislaus, partidario de Trump y fundador de la organización nacional Identity Evropa.

Los organizadores de Alt-right y los grupos antifascistas que se oponen a ellos han luchado en las redes sociales y en persona durante todo un año, impulsados por la llegada al poder de Trump. Ambas partes están siendo cada vez más a agresivas en las manifestaciones en todo el país, especialmente el año pasado en Sacramento y hace unas semanas en Huntington Beach.

Por razones políticas y geográficas, Berkeley se ha convertido en un campo de batalla para ambos bandos.

La incertidumbre y la desilusión en el clima político actual ha causado “un cambio más profundo dentro de los extremos políticos”, dijo el sociólogo criminal Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo en Cal State San Bernardino.

Ellos se encolerizan en un mitin sobre los impuestos de Trump, dijo Levin, quien subrayó que hay subgrupos de extremistas en ambos lados de los manifestantes que están en busca de una batalla callejera. Además todo esto se reproduce a su público en las redes sociales, y “se vuelve viral”.

La manifestación del sábado fue anunciada como un movimiento en honor al “Día del patriota” por la Liberty Revival Alliance, promovida en Facebook, pero para la cual no había permiso.

El evento se llevó a cabo en el parque del Centro Cívico Martin Luther King, casi adyacente a la estación de policía de la ciudad. Para no arriesgar, los cajeros automáticos del banco fueron protegidos y los restaurantes del centro Starbucks, atacados durante batallas previas, fueron evacuados.

La confrontación comenzó dos horas antes del evento y consistía en gran parte en presionar y gritar a favor de sus partidos y agendas con breves enfrentamientos de violencia, asaltos con spray pimienta y explosivos.

Los asistentes representaron un espectro de grupos neoconservadores y de alt-right, incluyendo miembros del grupo paramilitar Oath Keepers, que venían de lugares tan lejanos como Missouri; además, seguidores de los Proud Boys y otros grupos de personas que gritaban consignas abiertamente antisemitas y neonazis.

Varios cientos de contra manifestantes aparecieron, incluyendo feministas, y aquellos que se identificaron con By Any Means Necessary y varias organizaciones antifascistas que tienen un bastión en la Bahía. Un gran número de manifestantes con máscaras negras se reunieron bajo las banderas rojas y negras asociadas con la ideología socialista.

Algunos enfrentamientos similares ocurrieron en Berkeley en el mes de marzo y en febrero, fecha en que los manifestantes lograron que no se realizara un discurso planeado por el comentarista de extrema derecha Milo Yiannopoulos.

Los grupos extremistas han existido por años. “Pero ahora se han extendido a lugares múltiples”, dijo Heidi Beirich, directora del Proyecto de Inteligencia del Southern Poverty Law Center, un grupo de promoción que supervisa y se opone los crímenes de odio. “Esto es totalmente nuevo y ha habido una tonelada de esto [agresiones] últimamente, que parece estar fuera de control”.

El ambiente en las comunidades universitarias está especialmente caldeado, agregó Beirich, quien expresó que el centro está asesorando a las afiliadas estudiantiles sobre cómo evitar enfrentamientos que ella dijo están en gran medida orientadas a generar publicidad.

“Ni siquiera se acerquen a ellos”, dijo. “Celebra tu propio evento positivo, tal vez en otro día.”

La escalada en Berkeley causa preocupación entre algunos grupos universitarios de la ciudad.

“En la medida en que se supone que Berkeley es representativo (de los movimientos liberales), estamos siendo utilizados”, dijo David Gottfried, parte de un pequeño grupo de residentes locales que instalaron una “tienda de empatía” a unos pasos de la manifestación y animaron, gritando, a las masas para que escucharan y dialogaran.

Terminó siendo golpeado por spray de pimienta.

“No había casi nadie de Berkeley, salvo por supuesto la policía”, dijo Gottfried, un artista independiente que, a los 58 años, tiene aproximadamente el doble de edad que la mayoría de los combatientes, mismos que ignoraban la bandeja de chocolates que les ofrecía.

Gottfried temía que el producto del día fuera una escalada del extremismo.

Tim Mueller, de 50 años, era el único comerciante del mercado de agricultores que mantuvo sus mesas de verduras orgánicas y carne abiertas al público, durante las manifestaciones del sábado, como un acto de desafío y declaración política.

“No estoy dispuesto a ceder el espacio para... esto”, dijo, masticando una zanahoria mientras explosivos se escuchaban en la calle. “Es la reacción a la testosterona en ambos lados. Vienen aquí para comenzar una pelea.

A unos pasos del puesto, AJ Alegría, de 31 años de edad, de Sacramento, salió de la muchedumbre con sangre que fluía de su cara, cegada por el aerosol pimienta.

“En última instancia, el objetivo es detener esto y volver al diálogo”, dijo. “Pensé que podíamos apaciguarlos, detenerlos, pero “admitió haber usado sus puños, “después de que lo golpearon primero”.

Damigo, el líder de alt-right que fue visto en videos y fotos que golpeaba a Emily Rose, no estaba entre los arrestados por la policía de Berkeley. Tanto su organización y sus actividades de reclutamiento para Identity Evropa en Cal State Stanislaus ha planteado preocupaciones anteriores. Los administradores del campus publicaron una declaración esta semana diciendo que estaban investigando su papel en la pelea de Berkeley.

“La universidad tiene cero tolerancia para el uso de la violencia”, expresó la universidad en una declaración. “Tomaremos todas las medidas legales y disciplinarias necesarias para asegurar que todos los estudiantes y todos en el campus tengan un ambiente seguro”.

El lunes, Damigo no pudo ser contactado para comentar en la historia.

La mayoría de los arrestados el sábado eran de la Área de la Bahía, pero algunos de los acusados llegaron de Palmdale y Huntington Beach, de acuerdo a la lista dada a conocer por la policía.

Si desea leer la nota en su versión original y en inglés, haga clic aquí.

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