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¿Será que el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles vuelve a prometer lo que no puede cumplir?

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Cuando John Deasy renunció en 2014 a su puesto como superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), la Junta Escolar amenazó con sustituirlo y tomó una decisión consciente para deshacerse de su desfachatado planteamiento, su gran visión a favor de la misión y el estilo de mejoramientos de la actual superintendente, Michelle King.

Pero dos años más tarde, el grupo no está seguro si el enfoque en las pequeñas mejoras a plazos es el correcto. Después de que King desarrollara un plan estratégico de tres años con metas potencialmente realistas -pero tediosas- para el distrito, el presidente de la junta directiva del LAUSD, Steve Zimmer, se quejó de que éstas no eran lo suficientemente ambiciosas. “No creo que tengamos un sentido de misión, y creo que debemos crearlo”, señaló. “[Nuestra misión] Tiene que ser grande”.

Y lo que acordó la Junta, sin dudas, encaja perfectamente con la petición de Zimmer: una tasa de graduación de 100%.

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La sensación era como si Deasy estuviera todavía presente en el edificio. Él había incitado políticas audaces, como la de proveer de un iPad a cada estudiante del distrito e instalar el requisito de que todos alumnos aprobaran toda una serie completa de cursos de preparación para la universidad con por lo menos una calificación ‘C’ para poder graduarse. Ambas propuestas fueron aprobadas por la Junta Escolar.

Pero ninguna de las dos se concretó. El problema era que Deasy había creado metas que eran irreales, que ponían a todos en fila para fracasar, incluidos los estudiantes. Él había anunciado metas sin averiguar cómo se llevarían a cabo en el duro mundo diario de la enseñanza, o cómo encajaban con la instrucción y el currículo.

Incluso la política de graduación anterior a Deasy, que entró en vigor a principios de este año, requiere que todos los estudiantes aprueben los cursos de preparación para la universidad con una calificación mínima de ‘D’, habría llevado el distrito a tasas de graduación excesivamente bajas si King no hubiera permitido que los alumnos con bajo rendimiento tomaran cursos de recuperación en línea. Pero ese atajo resultó ser un problema. Los cursos eran lo suficientemente rigurosos, pero un editorial del Times halló que a los estudiantes se les permitía pasar por lo menos algunos de ellos con mucha facilidad, sin el material de lectura o sin escuchar las conferencias, si obtenían una calificación mínima en una prueba preliminar bastante fácil por cada unidad.

La Junta Escolar ha trabajado para reducir el uso de estos cursos en los años venideros, pero las nuevas reglas son todavía insuficientes para asegurar que los educandos hayan realmente dominado el material. Incluso la NCAA requiere más de aquellos estudiantes que quieren ser deportistas universitarios.

El punto es el siguiente: todos estamos a favor de objetivos ambiciosos y audaces movimientos para transformar las escuelas del LAUSD, de modo que brinden una educación significativa y de alta calidad a los niños de Los Ángeles, muchos de los cuales son de bajos ingresos o aprendices del idioma inglés. Sin duda, será un día feliz aquel en el cual el LAUSD obtenga un índice de graduación cercano al 100%, y la Junta tiene razón al exigir un fuerte enfoque en los movimientos que lleven a esa dirección.

Pero las metas deben ser específicas, bien planificadas y realizables, o pueden terminar causando más problemas que soluciones. En este caso, el objetivo del 100% de graduación suena bien, ¿quién no quiere una tasa de graduación del 100%?. Pero, ¿qué significa realmente? ¿Se logrará dentro de los tres años del plan estratégico? Parece imposible. ¿Tendrá una fecha límite de realización? Los funcionarios del distrito dicen no estar seguros.

La realidad es que incluso en los distritos con más dinero, las escuelas de mayor rendimiento raramente logran que todos sus estudiantes se gradúen. ¿Cómo puede esperar uno de los distritos escolares urbanos más grandes de la nación, con sus problemas de presupuesto y una demografía estudiantil que enfrenta todo tipo de retos, llegar ahí en unos pocos años?

Más importante que plantear un ideal del 100% de graduación como “misión” es hacer el duro trabajo de averiguar cómo el distrito llegará hasta allí.

Aumentar las tasas de graduación no es difícil, francamente, si las escuelas están dispuestas a rebajar sus estándares, si se presiona a los maestros para repartir grados aprobatorios y se deshacen de los estudiantes que reprueban.

En lugar de tomar ese enfoque, la Junta debe entender perfectamente los estándares que se necesitan para entregar un diploma que signifique algo, y luego establecer un plan concreto para llevar a los estudiantes a ese nivel; un plan que rechace los métodos abreviados y haga énfasis en producir alumnos con mejor educación.

El LAUSD ha seguido el mismo patrón muchas veces. Establece una gran meta, la ve fallar, cambia las reglas, define su salida del problema. Lo que necesitan los estudiantes es un objetivo ambicioso que les dé a todos un logro por alcanzar sin sentirse condenados al fracaso desde el principio.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Diana Cervantes

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