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¿Quién cuenta noticias falsas? Sigue la guerra de Trump contra la prensa

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Cada presidente, desde 1981, ha asistido a la cena anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca.

Ese año, el presidente Regan, no asistió. ¿La razón? Necesitaba recuperarse luego de que le dispararan en el pecho, en un intento de asesinato que había tenido lugar semanas antes.

El sábado pasado, el presidente Trump anunció que no asistirá en abril próximo a la cena anual, considerada durante mucho tiempo como el principal evento social de la prensa de Washington y, típicamente, una velada de bromas y buen humor entre el presidente de turno y el llamado ‘cuarto poder’.

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El anuncio de Trump se sumó a las tensiones entre su administración y los medios de comunicación. Prácticamente a diario, en discursos o vía Twitter, el mandatario tilda a ciertos medios de falsos, repugnantes o deshonestos, y las organizaciones noticiosas han respondido mediante más investigación, una fuerte unión y la inversión de más recursos para cubrir a un presidente que considera la prensa como su enemiga.

El viernes, la Casa Blanca le negó a los reporteros de varias organizaciones, entre ellas Los Angeles Times, el New York Times, CNN y Politico, participar de una conferencia de prensa fuera de cámara. Los periodistas prohibidos permanecieron en la sala de prensa de la Casa Blanca y la imagen fue sorprendente: unos cuantos reporteros reunidos, mirando a sus teléfonos inteligentes, en una habitación casi vacía. “Nada de esto ha ocurrido jamás en la Casa Blanca, durante nuestra larga trayectoria cubriendo múltiples gobiernos de diferentes partidos”, escribió Dean Baquet, editor ejecutivo del New York Times, en un comunicado.

Davan Maharaj, editor en jefe y director de Los Ángeles Times, señaló por su parte: “El público tiene derecho a saber, y eso significa estar informado mediante una variedad de fuentes, no sólo de aquellas filtradas por la oficina de prensa de la Casa Blanca con la esperanza de obtener una cobertura amistosa. Más allá del acceso, The Times seguirá informando sobre el gobierno de Trump, sin temor ni favores”, agregó Maharaj.

Sean Spicer, secretario de prensa de la Casa Blanca y quien organizó la conferencia fuera de cámara, aseguró que quiere ser transparente y tener una buena relación con los medios. En diciembre pasado, mientras se dirigía a un panel en Washington, el funcionario señaló que el acceso abierto para la prensa “es lo que convierte a una democracia en democracia, versus una dictadura”.

La acción de la Casa Blanca durante el viernes pasado se produjo horas después de que Trump, una vez más, criticara a los medios y los considerara “enemigos del pueblo”, esta vez mientras hablaba ante partidarios en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), en Maryland. “Quiero que todos sepan que estamos peleando contra las noticias falsas. Son falsas, plagios, mentiras”, agregó.

Las quejas públicas del mandatario sobre los medios de comunicación también fueron reforzadas por sus funcionarios. En CPAC, Stephen K. Bannon, principal asesor de Trump, quien alguna vez supervisó el conservador Breitbart News -medio que sí fue invitado a la sesión del viernes- enmarcó la batalla del gobierno con la prensa como una guerra ideológica. Se refirió con insistencia a los medios como “el partido de la oposición” durante un panel llevado a cabo en el marco de la conferencia. “Son medios corporativos y globalistas, que se oponen firmemente a una agenda económica nacionalista como la de Donald Trump”, afirmó. “Cada día será una lucha”.

Pero, el mensaje de Trump, ¿está llegando a destino? En cierta forma, sí. Una encuesta de Emerson College publicada este mes reveló que el 49% de los votantes cree que el gobierno actual es veraz, en comparación con el 48% que opina lo contrario. Por contraste, el 53% de votantes piensan que los medios de comunicación son mentirosos, comparados con el 39% que cree en la veracidad de las noticias.

El sondeo se dividía según los partidos -especialmente en cuanto a temas de medios-. El 91% de los republicanos cree que los medios son mentirosos, y el 69% de los demócratas cree que la prensa es honesta.

Mientras el presidente se enfrenta, entre otras cosas, a preguntas acerca del repetido contacto que sus funcionarios y asistentes mantuvieron con Rusia durante la campaña de 2016, el hashtag #NotTheEnemy se volvió viral en Twitter. Habitualmente se lo utiliza para destacar a aquellos periodistas que han perdido la vida por su trabajo y para recordar al gobierno que no debe entenderse a la prensa como un adversario.

Para Trump, percibir organizaciones de noticias como injustas no es algo nuevo. El año pasado, su campaña se negó a entregar credenciales de prensa en sus eventos para algunos medios.

Como testigos de estas idas y vueltas entre el presidente y la prensa se encuentra el pueblo estadounidense.

En las últimas semanas, “Saturday Night Live”, se ha burlado de Spicer con la interpretación de Melissa McCarthy, quien lo parodió durante sus conferencias de prensa.

Una encuesta de Gallup publicada este mes mostró que el 36% de los estadounidenses piensa que los medios han sido demasiado duros con Trump, mientras que el 31% sostiene que el tratamiento ha sido normal y el 28% cree que no ha sido lo suficientemente críticos. En ese sondeo, la división partidista es rígida. El 74% de republicanos cree que los medios han sido muy duros, comparados con el 49% de los demócratas que sienten que la prensa debería ser más firme.

Este sábado, Trump también empleó Twitter para atacar a los medios nuevamente y quejarse porque no destacaron una caída en la deuda nacional. “La prensa no reportó que la deuda nacional en mi primer mes se redujo en $12,000 millones, versus el incremento de $200,000 millones de Obama durante su primer mes”, escribió. (Aunque los números son precisos, el tuit sugirió que el mandatario merece crédito por algo que está ampliamente fuera de su control, especialmente porque aún no le ha dado al Congreso ninguna propuesta para cambiar las leyes fiscales o la industria financiera).

Pese a que Trump, quien ha sido un invitado frecuente de la cena de corresponsales de la Casa Blanca en el pasado, dijo que no asistirá, la asociación seguirá con su tradición. En la comida anual, el presidente a menudo hace algunas bromas en su contra y a menudo es homenajeado por un comediante de alto perfil. El presidente también saluda a los estudiantes que ganan becas y premios de periodismo, una gran parte de la noche.

Jeff Mason, presidente de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, afirmó que la cena “siempre ha sido, y seguirá siendo, una celebración de la Primera Enmienda y del importante rol que juegan las noticias y medios independientes en una república sana”.

Con respecto a Reagan, en 1981, aunque no estuvo presente en la velada, el por entonces presidente se comunicó por teléfono para ofrecer algunas observaciones. Conforme la tradición de la noche, hasta se rió al recordar el momento en que le dispararon. “Si pudiera darles un pequeño consejo”, dijo, “cuando alguien les diga que entren a un coche rápido, háganlo”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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