Anuncio

Los votantes de Trump, entre los mayores perdedores del plan para reemplazar Obamacare

Share

Los estadounidenses que llevaron al presidente Trump a la victoria -votantes de más bajos ingresos y de edad avanzada, en las zonas rurales conservadoras del país- serían los más perjudicados en cuanto a asistencia federal de salud con el plan republicano para revocar y reemplazar la Ley de Cuidados de Salud Asequibles, según un análisis del Times acerca de la votación del condado y los datos de crédito fiscal.

Entre los más afectados por el actual proyecto de ley de la Cámara de Representantes figuran los sexagenarios con ingresos anuales de $30,000, particularmente en áreas rurales, donde los costos de salud son altos y los subsidios de Obamacare son mayores.

En casi 1,500 condados de todo el país, una persona de esas características puede perder más de $6,000 al año en subsidios federales para el seguro. El 90 por ciento de esos condados apoyaron a Trump, muestra el análisis, y en 68 de los 70 condados donde estos consumidores sufrirán las peores pérdidas votaron al republicano en noviembre pasado.

Anuncio

La mayoría de los afectados por el plan de salud propuesto se encuentran en zonas de Alaska, Arizona, Nebraska, Tennessee y Oklahoma, donde los subsidios al seguro de Obamacare han sido cruciales para acceder a coberturas asequibles. También residen en partes de estados indecisos clave que finalmente apoyaron a Trump, entre ellos Pennsylvania, Carolina del Norte y Michigan.

Los residentes de edad avanzada y bajos ingresos de algunas regiones de California, entre ellas los condados rurales en la parte norte del estado, también podrían sufrir pérdidas sustanciales, muestran los datos.

En tanto, los estadounidenses más jóvenes y de ingresos más altos -muchos de los cuales viven en zonas urbanas, que respaldaron a la demócrata Hillary Clinton- podrían obtener más asistencia con la legislación republicana. Los más acomodados serían los residentes más ricos del país, que verían un recorte de impuestos sustancial con la eliminación de dos tasas a los contribuyentes de altos ingresos. Estas contribuciones -para los individuos que ganan más de $200,000 y para parejas con ingresos superiores a $250,000- se instauraron con Obamacare para ayudar a compensar el costo de cuidar de los estadounidenses más pobres.

El desproporcionado impacto del plan republicano amenaza con socavar una de las promesas básicas de Trump, de reemplazar Obamacare con un plan que cuide de todos los estadounidenses.

También podría convertirse en una grave responsabilidad política para los legisladores republicanos, algunos de los cuales no pueden permitirse alienar la base electoral del partido en un momento en que Trump permanece profundamente impopular entre los demócratas y los independientes. “Los republicanos parecen estar muy felices de abofetear a sus votantes en la cara mientras les meten la mano en los bolsillos”, afirmó Mark Mellan, un veterano consultor político demócrata que trabajó extensamente en estados rojos. “Pero creo que se arrepentirán del día en que hicieron esto”.

Sólo una pequeña parte del electorado recibe subsidios de Obamacare, pero la pérdida de la ayuda podría privar a decenas de millones de una ayuda crítica. “La gente no se da cuenta de que, sólo con perder un empleo, están liquidados”, expresó John Thompson, de 59 años. Este cristiano evangélico de Carolina del Norte votó por los republicanos durante tres décadas; en 2013 fue despedido de su trabajo y entonces comprendió que la única manera de obtener cobertura de salud era a través de Obamacare, cuyos mercados se abrieron en 2014. “Literalmente, me salvó la vida”, aseguró Thompson, quien poco después fue diagnosticado con un cáncer.

Ahora Thompson ha vuelto a trabajar, pero la ayuda de Obamacare le hizo replantear su apoyo a un partido político dedicado a quitar la asistencia sanitaria. “La gente como yo se va a perjudicar”, manifestó, respecto del plan republicano. “Ésa es la realidad”.

El análisis del Times se basó en los resultados electorales del condado compilados por la agencia Associated Press, y por un reporte de la organización sin fines de lucro Kaiser Family Foundation acerca del valor proyectado de los subsidios de seguro en 2020, tanto bajo la ley actual como con la alternativa propuesta por los republicanos.

El plan de los legisladores del oficialismo ya se enfrenta a fuertes críticas de muchos defensores de los pacientes, entre ellas las de la AARP, cuya membresía incluye no sólo a las personas mayores en Medicare sino a muchos estadounidenses de entre 5o y 65 años.

“Los ciudadanos mayores de edad necesitan servicios asistenciales y prescripciones asequibles”, afirmó la vicepresidenta ejecutiva de la organización, Nancy LeaMond. “Nos preocupa mucho porque este plan va en la dirección contraria; aumenta las primas de seguro para los pacientes de edad avanzada y no hace nada para bajar los costos de los medicamentos”.

El impacto potencial de la legislación de la Cámara de Representantes hace que muchos republicanos se sientan incómodos con ésta, entre ellos varios senadores de estados como Ohio, Virginia Occidental, Alaska y Arkansas, que tienen un gran número de electores blancos de bajos ingresos que se han beneficiado con Obamacare.

Durante años, Trump y otros republicanos han atacado implacablemente la ley de cuidados médicos, alegando que le endilga a algunos consumidores el costo de la atención médica de otros.

Pero muchas de las áreas donde Trump ganó por mayor porcentaje han sido ampliamente ayudadas por el sistema de subsidios de Obamacare, creados para ayudar a los estadounidenses que ganan demasiado para calificar para la asistencia gubernamental de Medicaid, pero que no pueden afrontar un seguro de salud por su cuenta.

El sistema ayuda a los consumidores que ganan hasta cuatro veces más que el nivel federal de pobreza -o cerca de $48,000 al año-. Cerca de ocho millones de estadounidenses que compran coberturas en mercados como HealthCare.gov reciben subsidios actualmente. Las subvenciones más importantes están disponibles para quienes ganan menos y para aquellos que residen en zonas del país donde el seguro de salud es más caro.

En Alaska, que tiene los mayores costos de seguro del país, un residente de 60 años de edad con un ingreso de $30,000 calificó este año para una ayuda federal de $21,048 para su seguro médico, conforme HealthCare.gov. Esa clase de ayuda hace una gran diferencia; por ejemplo, un plan de la aseguradora Premera Blue Cross Blue Shield que normalmente le costaría unos $1,867 mensuales a un cliente sexagenario de Anchorage, cuesta sólo $113 con los subsidios de Obamacare.

Los consumidores mayores de edad y de bajos ingresos pueden ahorrar montos similares en muchas zonas rurales del país, en gran medida porque el seguro de salud tiende a ser mucho más caro en esas regiones, con menos competencia entre proveedores médicos y aseguradoras. “Es lo contrario de lo que la gente podría pensar”, explicó Cynthia Cox, analista de Kaiser que trabajó en el informe del crédito tributario.

En áreas urbanas, los subsidios de Obamacare tienden a ser menores. En Boston, por ejemplo, el mismo sexagenario con un ingreso de $30,000 anual califica este año para un subsidio anual federal de $2,520 para la compra de seguro médico, según Massachusetts Health Connector, el mercado de ese estado.

El plan republicano cambiaría totalmente este sistema. No habría ayuda adicional para los consumidores de bajos ingresos o para los residentes de regiones con altos costos de seguro. En cambio, el proyecto ofrece un subsidio fijo a las personas basadas en su edad. Los menores de 30 años recibirían $2,000 dólares. La suma se incrementaría hasta $4,000 para los mayores de 60.

El nuevo sistema daría lugar a grandes pérdidas para los residentes de ingresos más bajos de muchas regiones rurales, según el análisis de Kaiser.

En 27 condados de Nebraska -todos los cuales respaldaron a Trump- un comprador sexagenario con un ingreso de $30,000 sufriría una caída de $12,950 dólares en ayuda financiera anual bajo la legislación republicana.

El subsidio anual en 22 condados de Oklahoma, otro bastión republicano, se desplomaría unos $11,970. Trump ganó en todos menos uno de esos condados, con más de 28 puntos porcentuales.

Los condados rurales en estados indecisos, como Carolina del Norte y Pensilvania, que proporcionaron un alza crítica en los votos de Trump en noviembre, también serían duramente castigados.

En los condados de Berks y Lancaster, al oeste de Filadelfia, los subsidios bajarían en $9,500 dólares. El primer mandatario ganó por poco en ambos sitios. En tanto, en el oeste de Carolina del Norte, que ayudó a impulsar la victoria del presidente en ese estado, la asistencia caería en más de $10,000 dólares.

Trump y otros republicanos dicen que estos votantes, sin embargo, cosecharán los beneficios de la alternativa republicana. La semana pasada, el presidente prometió que el reemplazo de Obamacare “bajaría los costos, expandiría las opciones, incrementaría la competencia y aseguraría el acceso a la atención médica para todos los estadounidenses”.

El plan de la Cámara republicana beneficiaría a los consumidores de la tercera edad y con bajos ingresos que actualmente reciben subsidios relativamente pequeños y viven en ciertas partes del país, por ejemplo en áreas de Boston y sus alrededores, y en la ciudad de Nueva York, según datos de Kaiser.

Ese comprador sexagenario de Boston que calificaría para un subsidio de $3,450 en 2020 con Obamacare, obtendría uno de $4,000 bajo el nuevo plan, explica Kaiser.

La legislación republicana también ayudaría a los estadounidenses de ingresos medios que ganan más de $48,000 al año. Actualmente, estas personas no califican para la asistencia de Obamacare. Sin embargo, con el nuevo proyecto los consumidores con ingresos de hasta $114,000 podrían recibir subsidios (que serían menores para aquellos con ingresos entre los $75,000 y $114,000).

John McDonough, exfuncionario del Senado demócrata, que ayudó a redactar la ley actual de salud, afirmó que el sistema propuesto no comprende el eje fundamental de dirigir la asistencia a los más necesitados. “El problema al cual se enfrentan los estadounidenses que tienen recursos financieros limitados es que simplemente no pueden pagar por un seguro de salud”, remarcó.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

Anuncio