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Los seguidores de Trump en California esperan que su triunfo haga renacer el partido republicano en el Estado Dorado

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Cientos de simpatizantes de Donald Trump en California se reunieron el sábado último para celebrar su inminente toma de posesión y canalizar la energía que lo impulsó a la Casa Blanca, con la intención de convertir a su estado -tradicionalmente azul- en rojo.

“Si pudimos lograr que Donald J. Trump sea presidente de los Estados Unidos, ciertamente podemos conseguir que los californianos se registren como republicanos”, afirmó el activista conservador Johnnie Morgan. “Con la energía que tenemos ahora, con el impulso e inspiración, con las personas que tenemos ahora, podemos hacerlo. Esto se extenderá como un reguero de pólvora”.

“Necesitamos un cambio en Sacramento para derribar la patética clase dirigente liberal que ha destruido este estado”.-

— Néstor Moto, de 22 años, activista latino y gay del partido republicano.

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Pero el tema es una tarea difícil. El registro de votantes del partido republicano está en su punto más bajo a nivel histórico en el estado; ningún republicano ha sido elegido en todo el estado en más de una década y los demócratas dominan la delegación del Congreso del estado y la Legislatura. Los partidarios de Trump esperan que la coalición que lograron para las elecciones presidenciales pueda revertir esto, aunque la mayoría reconoce los obstáculos que enfrentan.

“No somos escuchados en la actualidad porque los números están en nuestra contra. Está bien, sabemos cómo es la realidad”, admitió Rachel Gunther, líder de la recién formada organización sin fines de lucro Make California Great Again, que tuvo su reunión inaugural en un centro comunitario camboyano de Long Beach el pasado sábado. “No vamos a cambiar el paisaje en uno o dos años, ni siquiera en cuatro. Sólo queremos que nuestra voz se escuche. Queremos mostrar a la elite política que existimos y que no estamos contentos con algunas de sus leyes, y que no pueden simplemente forzar las cosas sin considerarnos”.

Gunther fue líder voluntaria para la campaña de Trump y asegura que decidió formar el grupo luego de hablar con sus compañeros, que no querían detener sus esfuerzos el día después de las elecciones. El grupo también planea lanzar una filial política pronto.

A pesar de la abrumadora inclinación demócrata de California, el presidente electo tiene un apoyo significativo en el estado. La nominada demócrata Hillary Clinton ganó por casi 2 a 1, pero debido a la enorme población del estado Trump obtuvo cerca de 4,5 millones de votos, una cantidad mayor de la que recibió en cualquier otro estado a excepción de Texas y Florida. Cientos de miles de esos simpatizantes se ofrecieron voluntariamente para ayudar a Trump a ganar campos de batalla críticos, hacer llamadas telefónicas y organizar viajes para golpear puertas.

Gunther y otros organizadores esperan transformar esta energía en algo que pueda apoyar a Trump, similar a Citizens for America, que apoyó el gobierno del expresidente Reagan, u Organizing for America, que respaldó las iniciativas del presidente Obama. Su iniciativa no está aprobada por Trump, pero sus seguidores a nivel nacional están buscando un esfuerzo externo para apoyar los planes del presidente electo.

Los objetivos del grupo de California serían dos: apoyar las iniciativas políticas de Trump e intentar cambiar el liderazgo político en California o en enclaves liberales como Long Beach o Los Ángeles. “Necesitamos cambios. Tenemos eso en Washington, pero necesitamos cambios en Sacramento para derribar la patética clase dirigente liberal que ha destruido este estado”, afirmó Néstor Moto, de 22 años, activista latino y gay del partido republicano en Long Beach. “Este país pertenece a gente como tú y yo… es momento de que lo recuperemos”.

La energía en la reunión era palpable, aunque por momentos polémica. Una banda llamada Tracy Barnes and The Deplorables (Tracy Barnes y los deplorables) cantaba “Make America Great Again” mientras un hombre travestido como Clinton sacudía una pandereta. Los partidarios posaron con una imagen de tamaño real de Trump bajo un arco de globos rojos, azules y blancos; un orador contó una burda broma acerca de Monica Lewinsky, expasante de la Casa Blanca.

Hubo pocos detalles acerca de las iniciativas reales que tienen para apoyar los planes del presidente electo, o cualquier proyecto específico para California. Aunque la sesión vespertina que se enfocaría en dichas cuestiones fue cancelada, muchos de los asistentes -acostumbrados a largos períodos de derrotas- estaban simplemente felices de celebrar una victoria.

“El partido republicano en California siente que es una causa perdida”, afirmó la actriz Reatha Grey Simon, de 67 años. La residente de Los Ángeles, que fue demócrata en su juventud y colaboró en las campañas de Tom Bradley, se convirtió en republicana durante la presidencia de Reagan. “Pero ahora estamos motivados; tenemos a Donald Trump al frente de esta cruzada”, aseguró. “Tenemos muchas victorias; es el momento perfecto para que los republicanos cambien el color de California”.

Mike Simpfenderfer, delegado de la Convención Nacional Republicana, instruyó a la audiencia para entonar “Presidente Trump” tres veces, lo cual hicieron con creciente entusiasmo. “¡Lo logramos! ¡Lo logramos!”, exclamó. “¡Hoy es el día en que empezamos a ayudar a nuestro presidente a gobernar!”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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