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Los asegurados temen lo peor: si ‘Obamacare’ es derogado, California tiene mucho que perder

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California lideró el camino de ‘Obamacare’, donde más personas se anotaron para recibir cuidados de salud que en ningún otro estado. Ahora, ante la posibilidad de que el presidente electo Donald Trump derogue la ley, tal como ha prometido, las apuestas son más altas también aquí que en otros sitios del país.

“Básicamente hemos reducido el número de personas sin seguro en un poco más de la mitad, lo cual es un progreso enorme”, señaló el Dr. Gerald Kominski, director del Centro de Investigación de Políticas Sanitarias de UCLA. Pero las enormes ganancias de California también significan que, si la Ley de Cuidados de Salud Asequibles queda sin efecto, “tendremos más que perder”.

Los líderes del partido republicano han dicho que rápidamente derogarán la norma y la reemplazarán cuando Trump asuma el cargo, en enero. Pero los expertos sostienen que es improbable que toda la ley se anule de inmediato, en parte porque eso dejaría a más de 20 millones de estadounidenses sin cobertura.

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En cambio, los legisladores probablemente opten por desmantelarla pieza por pieza, mientras idean su reemplazo. No queda claro todavía qué disposiciones serán recortadas de inmediato y cuáles serían las propuestas alternativas de los republicanos. “Hasta que comiencen esas conversaciones es realmente difícil decir qué sucederá”, argumentó el senador estatal Ed Hernández, quien preside el comité de salud de esa cámara. “Hay tantas, tantas preguntas pendientes”.

Esa incertidumbre tiene a muchos californianos con el alma en vilo. Lisa Moore, de Glendale, se preocupa de no poder pagar la cobertura de salud de su hijo, Joe, si el programa Obamacare es derogado. La mujer paga $350 por mes por un plan de salud a través de Covered California, el intercambio de seguros establecido bajo la Ley de Cuidados de Salud Asequibles (ACA, por sus siglas en inglés).

Joe, de 26 años, visita a varios médicos por semana para tratar su esquizofrenia y severa depresión. Moore asegura que, sin atención médica constante, el joven no puede tener una vida normal, y sin cobertura ella no podría pagar por sus cuidados. Las facturas médicas, por lo general, suman $1000 por semana. “No quiero perderlo”, afirmó Moore, de 63 años. “Es una situación horrible, estoy aterrorizada”.

Actualmente, la cobertura de salud de 4,6 millones de californianos está cubierta por Obamacare. Todos ellos han comprado planes de seguro a través de Covered California, o pudieron unirse a Medi-Cal, el programa de salud para personas de bajos ingresos, cuando la ley proporcionó dinero al estado para expandirlo, en 2014. Esos californianos podrían enfrentar “consecuencias de vida o muerte” si esa financiación deja de existir, aseguró Anthony Wright, jefe del grupo de defensa del consumidor Health Access California.

El estado perdería $20,000 millones en fondos federales si el Congreso vota para deshacer los intercambios y las ampliaciones de Medicaid. Los funcionarios de este estado, fuertemente demócrata, señalan que deberán luchar para mantener los programas vivos, pero concuerdan en que el déficit es demasiado grande para que el estado lo aborde por sí mismo. “California tiene una larga tradición de sostenerse por su cuenta, pero hay un límite en lo que puede hacerse sin el marco y la financiación federal”, aseguró Wright.

La Ley de Cuidado de Salud Asequible se aprobó en 2010 y, desde entonces, ha sido muy controvertida. Trump prometió repetidas veces en su campaña que la revocará. Muchos han señalado que los planes de salud que la gente está obligada a comprar bajo esta norma no son asequibles y que representan un gasto insostenible para los gobiernos estatales y federal.

Sin embargo, California abrazó incondicionalmente la norma. “La ACA no ha sido perfecta, ha habido desafío”, señaló Sabrina Corlette, profesora sénior de investigación en el Centro de Reformas de Salud de la Universidad de Georgetown. Pero “si hubo un estado donde realmente funcionó bien… fue en California”.

El estado matriculó a millones en Medi-Cal, y 13.6 millones de personas -uno de cada tres residentes del estado- están cubiertas por el programa. Las primas de seguros no han aumentado aquí tanto como en otras partes, y el intercambio todavía ofrece muchas opciones para que los consumidores puedan elegir.

El porcentaje de adultos no asegurados en California había disminuido en más de la mitad (11%) el año pasado, según datos federales. Además de brindar cobertura a millones, las autoridades estatales también habían comenzado a mejorar la forma en que se presta atención médica a los pacientes, sostuvo Corlette. Al considerar qué podía lograr la Ley de Cuidado de Salud Asequible, “California se mantuvo como el estándar de oro”, señaló.

Trump declaró al Wall Street Journal el viernes que podría mantener varias disposiciones de Obamacare, como la prohibición a las aseguradoras de negar cobertura a personas con condiciones preexistentes. También sostuvo que le gusta una resolución de la ley que le permite a los adultos jóvenes permanecer en los planes de sus padres hasta los 26 años de edad. Pero el resto es inseguro.

Lisa Selzer contrató un seguro a través de Medi-Cal cuando éste se amplió bajo la ACA. Selzer trabaja como maestra suplente en San Diego y necesita medicinas para sus migrañas y epilepsia. Ahora, la docente está preocupada de que, si Obamacare es derogada, pueda perder su cobertura médica. “No tengo manera de dejar los medicamentos”, aseguró la mujer, quien tampoco puede pagarlos por su cuenta. De abandonar su medicación, probablemente tendría convulsiones de nuevo, afirmó. Por ahora, su estrategia es: “Desear lo mejor y planear para lo peor”.

Hilary Haycock, presidente de Harbage Consulting, piensa que la ley ha estado en vigor demasiado tiempo como para que los legisladores hagan cambios drásticos que reduzcan fuertemente su cobertura. “Me atreveré a ser optimista y creer que les resultará muy difícil a los miembros del Congreso votar por quitarle algo a la gente sin dar una alternativa creíble”, aseguró Haycock, cuya firma de consultoría de salud tiene sede en Sacramento.

Pero a muchos les preocupa que las alternativas no proporcionen los mismos niveles de cobertura, lo cual Corlette comparó con tener “una cuerda de 6 pies para un agujero de 10 pies”.

Las preguntas acerca de Obamacare bajo la presidencia de Trump han echado una sombra profunda sobre el cuarto período de inscripciones, que comenzó el 1º de noviembre pasado. Autoridades de Covered California señalaron el jueves que ya habían comenzado a recibir llamadas de personas que preguntaban por el futuro de su cobertura.

Steve Halasz, quien vive en North Hollywood, paga $278 por mes por un plan de Kaiser a través de Covered California. Halasz es comediante y había pasado años sin seguro antes de que la ley ACA entrara en vigor. El hombre relató que, en una reciente consulta médica, “estaba allí sentado, medio desnudo, con una bata, y me emocioné. Había pasado tanto tiempo desde que podía cuidar mi salud”. Halasz desea mantener su plan, pero no está seguro si debe llenar su papeleo para la renovación. “¿Hacer todo esto para nada? Voy a firmar y, luego del cambio de presidente, en enero, erradicarán todo esto con el movimiento de una pluma?”, se preguntó. “Lo peor de todo es no saber qué ocurrirá”.

Los funcionarios de Covered California y grupos de defensa del consumidor instaron a la gente a que elija sus planes para 2017. De hecho, más personas compraron planes de Obamacare a través de HealthCare.org el día después de la elección que en cualquier otra fecha de este período de inscripción.

“Ho hay ningún inconveniente en inscribirse”, afirmó Wright, de Health Access California. “Si quitan el programa, al menos quienes se inscribieron habrán tenido cobertura por unos meses más”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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