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Todo indica que El Niño, será “excepcionalmente grande”, pero todavía no es seguro

Los autos se mueven lentamente el miércoles a lo largo de la autopista 14 con rumbo al norte en la zona de Santa Clarita, mientras las nubes de tormenta y la lluvia pasan sobre el área.

Los autos se mueven lentamente el miércoles a lo largo de la autopista 14 con rumbo al norte en la zona de Santa Clarita, mientras las nubes de tormenta y la lluvia pasan sobre el área.

(Barbara Davidson / Los Angeles Times)
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El Niño está en camino de convertirse en uno de los más poderosos de los que se tiene memoria, lo que indicaría que California podría enfrentar fuertes lluvias este invierno, según los científicos del clima.

Pero El Niño todavía no se ha terminado de formar y aún tiene que haber un cambio dramático en los vientos en el océano Pacífico si va a ser tan fuerte como podría ser, dijo Bill Patzert, climatólogo para el laboratorio de propulsión a chorro de la NASA en La Cañada Flintridge.

En este punto, El Niño es fuerte y podría ser incluso más fuerte que el evento de 1997-98, que trajo lluvias e inundaciones letales y deslizamientos de tierra en California y dio al sur del estado el doble de su precipitación y a las montañas el doble del manto de nieve.

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El último pronóstico de El Niño del gobierno, emitido por el National Weather Service’s Climate Prediction Center el jueves por la mañana, dijo que los modelos de la computadora, por unanimidad, están a favor de un muy fuerte El Niño, y que hay un 95% de probabilidad que continuará durante el invierno--esencial para que California pueda beneficiarse de mayores precipitaciones, ya que el estado experimenta su cuarto año de castigadora sequía.

Mike Halpert, subdirector de Climate Prediction Center, dijo el jueves que las temperaturas superficiales del mar en un lugar referencial del océano Pacífico ahora son superiores a 3.6 grados Fahrenheit por encima de la media. Son las más altas temperaturas registradas “por primera vez desde el fin de El Niño de 1997-1998.

“El actual El Niño ya es uno de los más fuertes en record y se espera que se fortalezca más para finales otoño o a principios del invierno”, explicó por correo electrónico Daniel Swain, científico del clima con la Universidad de Stanford. “En este momento, el resultado más probable para California es un invierno con más agua que el promedio”.

Por lo tanto, California podría recibir tormentas más fuertes que las típicas, especialmente desde diciembre hasta marzo, escribió Swain recientemente en un blog. Y con las temperaturas del mar particularmente cálidas en la costa, lo que podría traer aún más humedad atmosférica que alimenta a los sistemas de tormenta que se dirigen a este estado.

“Todo esto sugiere que podría existir un riesgo substancialmente mayor de peligros relacionados con la precipitación este invierno en California, incluyendo inundaciones y deslizamientos de tierra”, escribió Swain.

Peor aún, los efectos de la sequía, la muerte de árboles y las cenizas y escombros dejados por los incendios forestales – podrían aumentar el riesgo de aludes de lodo y flujo de escombros este invierno.

California ya ha sentido los efectos del Niño, con un mayor número de huracanes en el Pacífico Oriental que han enviado tormentas intensas en California este verano. El Niño es un factor en el aumento de humedad y tormentas dispersas en el sur de California esta semana, que han llegado de los remanentes del huracán Linda.

A principios de este verano, las tormentas que llegaron de los remanentes del huracán Dolores eran tan intensas que las inundaciones tumbaron un puente de la Interestatal 10, al este de Palm Springs, cayendo pulgadas de granizo en la carretera Interestatal 80 cerca de Lake Tahoe. El Niño también se cree que han influido en las fuertes lluvias que produjeron inundaciones -pero que acabaron con la sequía en Colorado, Texas y Oklahoma- a principios de este año.

“Este El Niño ya está sucediendo y ya está teniendo repercusiones”, dijo Patzert, con las oleadas de agua cálida del Pacífico occidental surgiendo hacia las Américas.

Pero para que este El Niño rivalice con el infame “El Niño Godzilla” de 1997-98, como lo llama Patzert, los vientos alisios de este a oeste del océano Pacífico en el Ecuador necesitan desplomarse dramáticamente, lo que le permitiría al mar cerca de Perú calentar aún más. Y eso no ha sucedido todavía, declaró Patzert.

“En este momento, no hay garantías”, indicó Patzert. “Me mantengo en mi pronóstico de apocalíptica lluvia hasta que vea lo que ocurre aquí en los próximos tres meses”.

¿Y cuál es el punto? “Todavía hay aquí algo drama. No ha caído el telón. No hemos puesto a éste El Niño en la banca”, dijo Patzert. “Sigo siendo muy optimista, pero esto no está firmado, sellado y entregado. Pero ya casi estamos allí”.

Ha habido una atención extraordinaria al desarrollo del Niño este verano, y muchos han tomado la llegada del fenómeno meteorológico con las esperanzas de traer alivio a la castigadora sequía que está afectando gran parte del oeste americano.

Pero El Niño puede ser difícil de predecir, y darle seguimiento puede sentirse como estar viendo una telenovela, apuntó Patzert, con cada episodio tomando diferentes giros y vueltas.

Una razón por la que El Niño no ha sellado el acuerdo ahora es que los vientos alisios son sólo ligeramente más débiles de lo normal.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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