Sindicato de la Patrulla Fronteriza, bajo escrutinio por dar su respaldo a Trump
Bajo la supervisión de la Patrulla Fronteriza, familias se reunen en la valla que separa San Diego y Tijuana.
Los lagrimas comienzan a correr al momento que los agentes de la Patrulla Fronteriza abren las puertas de la zona de control fronterizo, permitiéndoles pasar a las familias mexicanas para reunirse con sus seres queridos en la valla de la frontera cerca de San Diego.
Los encuentros semanales en el Parque de la Amistad, del otro lado de la frontera de Tijuana, muestran el lado tierno de la fuerza que protege la frontera sur de EE.UU. Pero durante una visita reciente, algunos jóvenes parecieron no comprar esa imagen.
En marzo, el Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, el sindicato que representa a los agentes, dio su respaldo a Donald Trump para la presidencia. Un muchacho adolescente, estudiante de preparatoria de Oakland, les preguntó a un par de agentes por qué.
“Él preguntó cómo pueden agentes de la Patrulla Fronteriza apoyar la retórica de odio que parece contradecir el espíritu de este acontecimiento”, dijo Pedro Ríos, director del Comité de Servicios de Amigos Americanos, que encabezó la excursión de los jóvenes a la frontera y atestiguó el intercambio.
Esas son preguntas que los agentes están escuchando más a menudo estos días. Y aunque los agentes no respondieron a la pregunta del joven ese día, la corporación parece tan polarizada sobre Trump como el resto de la nación, con algunos llegando a desafiar la decisión de sus líderes sindicales.
El liderazgo del sindicato, en una carta de apoyo de fuertes palabras que asemejó el estilo confrontador de Trump, elogió al magnate inmobiliario por no echarse para atrás de sus declaraciones consideradas racistas por muchos. Trump se ha refererido a los inmigrantes mexicanos como violadores y criminales.
“El señor Trump está en lo correcto cuando dice que la inmigración no sería un tema en esta campaña presidencial si hace meses él no hubiera hecho algunas declaraciones valientes y necesarias. Y cuando a eso le siguió una tormenta de críticas de los medios de comunicación, él no se echó para atrás ni un poco”, se lee en la carta de respaldo del sindicato, que representa a 16,500 agentes.
Las críticas sobre el respaldo, la primera vez que el sindicato ha tomado partido en una campaña presidencial, han venido de todas partes. Muchos agentes son conservadores y eran partidarios de Ted Cruz.
A otros les causa problema el apoyo a una campaña construida en parte con el menosprecio a los inmigrantes mexicanos. Esto no es de sorprender dado que aproximadamente la mitad de los 18,000 agentes de la frontera Suroeste son latinos. Y no son pocos los agentes blancos que escuchan las críticas hacia Trump por parte de sus esposas latinas.
“La Patrulla Fronteriza ha cambiado tremendamente en los últimos 10 a 20 años. Ha crecido más del doble y ha traído a muchos nuevos reclutas de todas partes del país. Esto ha aumentado la diversidad de la agencia”, dijo David Shirk, un profesor asistente de ciencias políticas en la Universidad de San Diego.
“Aunque todos ellos están comprometidos con la misión de la agencia y creen fuertemente en el trabajo que hacen, ellos no son el reflejo de uno de los más tradicionales estereotipos de la Patrulla Fronteriza, que es el de un montón de tipos blancos que persiguen mexicanos”.
La agencia por mucho tiempo ha cultivado una imagen de dura pero humana, acorde a su papel de asegurar una frontera entre dos naciones amigas. Los agentes desintegran bandas de tráfico humano, interceptan drogas y anualmente detienen a cientos de miles de inmigrantes.
La agencia también ha entrenado unidades que cada año rescatan a cientos de migrantes perdidos y deshidratados, y se coordina con grupos de derechos de los inmigrantes para identificar cadáveres y facilitar reuniones en la valla fronteriza, como las que se celebran semanalmente en San Diego.
Su esfuerzo se ha ganado el halago de grupos comunitarios y de derechos de los inmigrantes, incluso de aquellos que critican las polémicas directrices de uso de la fuerza de la agencia, que en los últimos años han llevado a varios tiroteos fatales de sospechosos desarmados.
Para algunos, el espaldarazo a Trump podría sembrar dudas en algunos agentes, generando preguntas sobre si sus acciones son motivadas más por la animosidad personal contra ciertos inmigrantes que su deber profesional de hacer cumplir la ley.
Don McDermott, un antiguo supervisor de una unidad anticontrabando en San Diego, dijo que el endoso por parte de un pequeño grupo de líderes sindicales —11 en total— amenaza con reflejarse negativamente en todos los agentes.
“Es probable que el respaldo al señor Trump podría exponer tanto al sindicato como a algunos miembros individuales a acusaciones de xenofobia e incluso racismo”, dijo McDermott. “La reputación de la agencia y de cada agente están puestas en duda”.
Algunos piensan que las amenazas del daño de imagen son exageradas. En los desiertos y montañas, después de largos y difíciles viajes y el maltrato de los contrabandistas, ver a un agente a menudo es un alivio, dicen.
“Cuando habla con la gente, los migrantes dicen que quieren pedir ayuda de nosotros. Ellos me dicen, ‘no le temo a la Patrulla Fronteriza; le temo a los cárteles’”, dijo un veterano agente latino de Arizona que pidió el anonimato porque los agentes no están autorizados para hablar con los medios.
Los líderes sindicales dijeron que apoyaron a Trump porque es el único candidato que hace de la seguridad fronteriza una prioridad. La propuesta de Trump de construir un muro a lo largo de la frontera, junto con deportaciones masivas y otras medidas de seguridad, son necesarias para reducir la inmigración ilegal, dicen.
Shawn Moran, vicepresidente del sindicato, desestimó las preocupaciones de que poniéndose del lado de Trump la agencia manchará su reputación. “Pienso que los agentes de la Patrulla Fronteriza serán duros para hacer cumplir la ley, pero muy generosos en términos de empatía y la forma en que se encargan de aquellos que están bajo su custodia”, dijo.
Pero en comunidades donde la relación con la Patrulla Fronteriza es de desconfianza, los líderes y agentes temen que la polémica retórica se pueda manifestar de mala manera.
Un grupo de agentes en El Paso pidió que su sindicato local no fuera parte del respaldo a Trump, obteniendo el apoyo de muchos negocios y líderes de la comunidad. Su intento por poco fracasó, en una votación de 14-13.
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