Anuncio

Si los adolescentes duermen más, California podría ganar miles de millones de dólares

Share

La privación del sueño entre los adolescentes debe considerarse una epidemia de salud pública. Sólo alrededor del 60% de ellos descansan entre ocho y diez horas por noche, la cantidad recomendada por expertos del sueño y pediatras.

La importante razón por la cual los adolescentes no duermen lo suficiente no son las hormonas, ni sus ocupadas vidas sociales, demasiadas tareas o mucho tiempo frente a las pantallas. En realidad, es una cuestión de política pública.

La clave es la hora de inicio de clases; un tema que se está debatiendo en todo el país, y en particular en California, donde el Senado ha aprobado -y la Asamblea está a punto de votar- un proyecto de ley que exigiría a las escuelas intermedias y preparatorias no comenzar sus sesiones antes de las 8:30 a.m. La medida sería consistente con las recomendaciones de la Academia Estadounidense de Pediatría y otras organizaciones médicas importantes.

Anuncio

Para California es un pequeño cambio, en realidad. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la hora promedio de inicio de dichas escuelas en el estado es las 8:07 a.m. La ley propuesta, en promedio, retrasaría el comienzo de la jornada escolar por 23 minutos. Sin embargo, esta modificación podría tener grandes implicaciones.

Los proponentes del proyecto de ley y otras iniciativas vinculadas con el inicio del día escolar en todo el país citan varios estudios científicos que demuestran que postergar los horarios de clases tienen injerencia en reducir las tardanzas y ausencias, mejorar las tasas de graduación y el bienestar general de adolescentes y reducir accidentes automovilísticos, la causa número uno de muerte entre adolescentes.

Al mismo tiempo, el movimiento potencial en California para retrasar el inicio del día escolar también generó una fuerte oposición, principalmente de la California School Boards Association, que representa a miles de miembros de la junta escolar en el estado. El grupo ha descrito la medida como “demasiado rígida para una población tan grande y diversa”.

Adicionalmente, muchas personas preguntan instintivamente si el cambio de hora realmente resultaría en más horas de sueño para los chicos. Si las escuelas comienzan después, ¿los adolescentes no se quedarán despiertos hasta más tarde? La ciencia dice que no. Una mirada sistemática a la evidencia sobre el efecto de los tiempos de inicio tardíos sugiere que cuando las clases comienzan después, los adolescentes duermen más. Básicamente, se van a la cama a la misma hora, pero se despiertan más tarde y se benefician de una mejor calidad de sueño, que tiende a generarse en las primeras horas de la mañana.

Otra preocupación tiene que ver con las implicaciones de costos de retrasar las clases; un problema siempre presente en la era de los presupuestos escolares cada vez más ajustados. El cambio podría generar una serie de costos iniciales, y muchos están particularmente preocupados sobre los costos asociados con el cambio de horarios de los autobuses y la iluminación adicional para los campos de atletismo, porque las actividades después de clases se realizarían más tarde en el día.

Sin embargo, nuestra investigación recientemente realizada para Rand Corp. descubrió que retrasar el inicio de clases a las 8:30 de la mañana en realidad podría resultar en importantes beneficios económicos a nivel estatal, que se evidenciarían en cuestión de años.

Durante el lapso de alrededor de una década, los Estados Unidos podrían registrar ganancias de alrededor de $83,000 millones si los adolescentes pudieran dormir más. Sólo en California, las ganancias financieras serían superiores a los $10,000 millones. Incluso dentro de dos años, la mayoría de los estados cubrirían las pérdidas de los costos iniciales de la medida.

Estas ganancias se basan en un modelo macroeconómico con datos que buscan dos efectos clave de los adolescentes más descansados: un mejor rendimiento académico y la reducción de los accidentes automovilísticos.

En términos de rendimiento académico, la investigación -publicada con el título “Sonámbulos en la escuela”- muestra que una hora más de sueño por noche aumenta la probabilidad de graduación de preparatoria y la universidad del 8% al 13%. Las mejores calificaciones tienen un efecto positivo en los trabajos que los adolescentes obtendrán en el futuro, y en cuánto contribuirán luego a la economía con sus ganancias futuras.

Más horas de sueño también podría redundar en menos accidentes de tránsito. Los datos de los CDC muestran que, en 2015, más de 2,300 adolescentes en los Estados Unidos, de entre 16 y 19 años de edad, murieron en hechos automovilísticos. Alrededor del 20% de todos los fallecimientos por accidentes involucran a un conductor afectado por somnolencia o fatiga, según la Fundación AAA para las Normas de Seguridad de Tránsito. Esto ayuda a perpetuar las consecuencias económicas causadas por el sueño inadecuado de los adolescentes: la tragedia de la muerte temprana en un accidente los elimina de la futura mano de obra y afecta emocionalmente a quienes se ven obligados a afrontar la pérdida de una vida joven.

Comenzar las clases más tarde presenta a los distritos escolares ciertos retos logísticos, pero todos son superables, y la evidencia científica y económica demuestra que vale la pena el esfuerzo.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio