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Clima de angustia ante el posible fin de las becas para universitarios

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Jill Cohen-Sandler no consigue dormir por las noches, su mente está llena de ansiedad acerca de cómo ella y su marido lograrán pagar la educación de su hija, en la Universidad de California.

Cohen-Sandler es consejera de rehabilitación del estado. Su marido es profesor jubilado. En total, esta pareja de Santa Rosa gana $103,000 al año. Eso es demasiado dinero para calificar para los principales programas de ayuda financiera, pero no es suficiente para pagar los $34,000 que implica el costo anual total de una educación en UC.

Las presiones financieras podrían obligarlos a que su hija, Rose, asista a un colegio comunitario, a pesar de su promedio académico de 4.66 como estudiante de último año en Maria Carrillo High School, contó su madre. “Me levanto en medio de la noche pensando en estas cosas”, dice Cohen-Sandler. “Constantemente estoy calculando, ¿cómo vamos a hacer para que todo funcione?”.

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Muchas familias de clase media en California se enfrentan a luchas similares. Y esos problemas probablemente empeorarán si los líderes de la UC y Cal State aprueban los primeros incrementos de matrícula en seis años, y el gobernador Jerry Brown confirma su propuesta de presupuesto que retira gradualmente el único programa de becas estatales para alumnos de clase media.

Cohen-Sandler contaba con una beca de clase media para la educación de Rose. Pero, incluso con esa beca de $3,000 dólares, otros $4,000 de su plan de ahorro para la universidad, $5,500 en préstamos y los $5,000 que creen podrían tomar de sus salarios, a la familia todavía le faltaría casi la mitad del dinero necesitado para un año en la UC, detalló.

Por ello, esta madre de familia ha escrito a Brown y a otros políticos del estado, rogando que no retiren el programa de Becas para la Clase Media, que fue diseñado para cubrir hasta el 40% de la matrícula y las cuotas para estudiantes de la UC y Cal State cuyos ingresos familiares anuales y bienes familiares (excepto los hogares principales y las cuentas de jubilación) son inferiores a $156,000 dólares. El programa más grande de Cal Grant cubre a los estudiantes más necesitados; por ejemplo, en este año el límite de ingresos para una familia de cuatro personas fue de $90,500.

En los últimos tres años, el programa para la clase media ofreció cerca de 190,000 becas, de acuerdo con la Comisión de Ayuda Estudiantil de California. Alrededor del 40% se entregan a estudiantes de bajos recursos que no cumplen los requisitos para el programa de Cal Grant. Un 80% de los destinatarios son estudiantes de Cal State, quienes este año recibieron el máximo de financiamiento de $1,641. La beca máxima para los estudiantes de la UC fue de $3,688, señaló la comisión.

La propuesta de Brown retendría las actuales becas estudiantiles pero empezaría a retirar paulatinamente el programa para los nuevos estudiantes en el año escolar 2017-2018. El gobernador remarcó que esto es necesario dado los rezagados ingresos estatales, un déficit que, sin acción, podría llegar a $1.6 de dólares para el verano y la necesidad de retener la ayuda para los estudiantes más necesitados del estado.

Tal como remarcó H.D. Palmer, portavoz del Departamento de Finanzas del estado, a través de un comunicado: “Creemos que suprimir gradualmente el Programa de Becas para la Clase Media nos permitirá seguir manteniendo el programa de prestaciones Cal Grant, que se centra en los alumnos con mayores necesidades financieras”.

Rafi Sands, un dirigente del cuerpo estudiantil de UCLA que lucha para obtener mayor apoyo para la clase media, criticó esa justificación. “Está enfrentando a grupos de estudiantes entre sí”, alertó el estudiante de segundo año, quien estudia negocios, economía y ciencias políticas. “Existe la idea de que los alumnos de clase media no merecen solicitar ayuda y que no la necesitan, pero por lo que he visto, no podrían estar más equivocados en ese sentido”.

Sands y otros estudiantes de UCLA se están agrupando para compartir historias de lucha de la clase media, salvar el programa de becas y presionar a los líderes de UC para obtener más apoyo.

Un informe de la casa de estudios realizado en 2016 sobre la ayuda financiera encontró que, entre los años académicos 2008-2009 y 2011-2012, para el momento de la graduación, los niveles anuales de préstamos estudiantiles y deudas acumuladas aumentaban con mayor rapidez entre los estudiantes de ingresos medios, y las tasas de préstamos no descendían tan rápidamente para ellos como para otros grupos de ingresos.

El informe también encontró que la proporción de estudiantes cuyas familias ganaban entre $107,000 y $134,000 había disminuido del 11% en 2007-2008 al 7% en 2014-2015. Durante el mismo período, la proporción de los estudiantes cuyas familias ganaron menos de $27,000 al año se incrementó del 13% al 19%.

La recesión impulsó recortes de financiación importantes.La matrícula y las cuotas se duplicaron con creces a los niveles más altos en la historia del estado: $5,472 para la CSU y $12,294 para la UC, mientras que también se incrementaron los costos de vivienda, alimentos y libros para los estudiantes.

El programa de becas fue destinado para ayudar a las familias de clase media a administrar esas alzas, estimó Lupita Cortez Alcalá, directora ejecutiva de la Comisión de Ayuda Estudiantil de California. Los montos de las becas son relativamente pequeños pero bien merecidos para aquellos que han trabajado duro, han ahorrado, sacado préstamos y “han hecho todo bien”, y sin embargo, les sigue costando mucho pagar la universidad, afirmó. “Las familias solían poder pagar los estudios”, dijo. “Pero el costo de la asistencia para la clase media se ha vuelto insoportable”.

David López, presidente de la Asociación de Estudiantes del Estado de California, expresó que la beca para la clase media lo ayudó durante su segundo año en Cal State East Bay; la utilizó para comprar libros costosos, lo cual le permitió trabajar de 20 a 30 horas a la semana y centrarse más en la escuela. “Para nuestros alumnos de clase media, cualquier cosa pequeña ayuda”, aseguró. “No contar con esto será perjudicial para nuestros estudiantes, y podría causar un retraso en la graduación”.

Algunos campus de la UC tratan de ayudar a estas familias por su propia cuenta. UC Davis ofrece una “Beca Aggie”, por $3,000 dólares, y la UC Berkeley define el tope de las aportaciones de los padres en un 15% del total de ingresos para las familias que perciben de $80,000 a $150,000.

UCLA pretende recaudar mil millones de dólares para becas como parte de su Campaña Centenario de $4.2 mil millones. La presidenta de la Fundación UCLA, Shirley Wang, aseguró que los alumnos de clase media serían una prioridad; ella y su esposo donaron un millón de dólares para las ayudas. “Tenemos que asegurarnos de que las personas que trabajan duro puedan enviar a sus hijos a la universidad”, pidió Wang. “Necesitamos cubrir esas deficiencias”.

El rector Gene Block, quien ha lanzado un programa de igualación del 50% para ciertas donaciones de becas, consideró que tal ayuda es fundamental para atraer a los mejores estudiantes.

Sin embargo, los funcionarios de Cal State argumentan que no cuentan con recursos similares para compensar la brecha si se elimina el programa para la clase media. Dean Kulju, director de programas y servicios de ayuda financiera para estudiantes en Cal State, explicó que existen algunas otras opciones de ayuda financiera además de los préstamos federales para los alumnos de clase media, pero detalló que muchos más estudiantes de la CSU reciben becas Cal Grants que ayudas para la clase media: alrededor de 121,000 contra 38,000, según datos del año pasado. La ayuda de Cal Grant se creció más del 100% en cinco años, a $635 millones de dólares en 2015.

Elegir cómo dar prioridad no es fácil, especialmente con tantos alumnos, expresó Kulju, y agregó que los legisladores podrían considerar la posibilidad de ampliar el rango de ingresos para las becas Cal Grant.

El asambleísta Kevin McCarty (D-Sacramento) planea el próximo mes considerar estas ideas en una audiencia sobre cómo ampliar la ayuda financiera.

Mientras tanto, en Santa Rosa, Rose Cohen-Sandler continúa haciendo todas sus apuestas solicitando ingreso a universidades privadas con paquetes de ayuda financiera más generosos. Una de ellas ya le ha ofrecido una beca de $25,000.

Pero la UC todavía es la primera en su corazón. “Es realmente decepcionante querer permanecer en el estado y sentir que te tienes que ir para no adquirir grandes deudas”, dijo.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer este artículo en inglés

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