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La fecha del cartón de leche dice: expirada, pero ¿realmente lo está?

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Piense cuántas veces ha revisado un cartón de leche o un trozo de queso en su nevera y vio que ya había pasado la fecha de vencimiento incluida en el paquete. La respuesta más usual es arrojar el alimento a la basura. Sin embargo, los expertos señalan que el problema a menudo no reside en la comida o bebida, sino con el sistema empleado para notificar a los consumidores la fecha de expiración.

“La mayor parte de la gente piensa que las fechas del envase señalan cuándo la comida se echa a perder o no es segura para consumir”, afirmó Dana Gunders, científica sénior en el Natural Resources Defense Council. “De hecho, lo que por lo general éstas indican cuándo el alimento está en su mejor momento”.

La realidad, aseguró, es que las leyendas de “usar hasta”, “mejor hasta” o “vender hasta” tal o cual fecha, que todos hallamos en la mayoría de las bebidas y alimentos, varían según cada estado y son en gran medida arbitrarias. “No hay una ciencia exacta detrás de esta práctica”, remarcó Gunders.

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Pero una legislación presentada la semana pasada en Washington espera cambiar eso. La Ley de Etiquetado de Fecha de Alimentos eliminaría la confusión sobre el rotulado inconsistente que, según se estima, colabora para que un 40% de los alimentos sean descartados en este país. La norma establecería estándares nacionales para informar a los consumidores cuándo el alimento está en su apogeo de frescura y cuándo puede no ser seguro para su consumo.

También haría más sencillo para las empresas y consumidores donar alimentos no consumidos a grupos sin fines de lucro y organizaciones benéficas, lo cual contribuiría en gran medida a reducir el hambre en todo el país.

“Esta medida está enmarcada en el sentido común”, aseguró el senador Richard Blumenthal (D-Conn.) en una conferencia de prensa realizada en Washington. “La fecha es irrelevante para la seguridad alimentaria”.

Blumenthal es quien presentó el proyecto en el Senado, mientras que la representante Chellie Pingree (D-Maine) envió una legislación idéntica en el Congreso y observó que 20 estados restringen las donaciones de cualquier alimento cuya fecha de expiración haya pasado, sin importar la calidad de la comida. “Podríamos alimentar a mucha más gente si no descartamos esta comida en la basura”, afirmó. “No hay una buena razón para no solucionar este problema”.

Sus proyectos se basaron en asesoramiento y recomendaciones del Consejo de Defensa de Recursos Naturales y Harvard Food Law and Policy Clinic, además de grupos sin fines de lucro y representantes de la industria.

Con residencia en Berkeley, Gunders señaló que la legislación propuesta aclararía las fechas de vencimiento al eliminar la ambigüedad del mensaje a los consumidores. Los paquetes deberán decir: “mejor si se usa antes de” tal fecha, lo cual podría especificar cuándo un producto mantiene su mejor frescura. Esto no significa que el alimento se pondrá en mal estado cuando ese día ha pasado, sólo que a partir de allí su frescura comienza a desvanecerse.

Los envases también ofrecerían una leyenda que diga “expira el…” para comidas de mayor riesgo, como la carne y el pescado, para mostrar definitivamente cuándo podría haber un riesgo para la salud.

Un reporte de 2013 de Harvard Food Law and Policy Clinic halló que más del 90% de los consumidores descartan los alimentos cuando llega la fecha que indica el envase. Sin embargo, muchos de ellos no saben la diferencia entre las leyendas “vender hasta” o “usar hasta”.

Los estadounidenses desperdician 160 millones de libras de alimentos al año, según indica el reporte, que además observó que “la tasa de pérdida de alimentos en los EE.UU. es muy superior a la de la mayor parte del mundo. Se estima que el consumidor estadounidense promedio desperdicia 10 veces más comida que la media en el sudeste asiático. La mala interpretación de las etiquetas de vencimiento es un factor clave en este desperdicio”, concluye el informe.

Gunders citó el ejemplo de la leche. Algunos estados requieren una fecha de “venta hasta” de apenas 12 días después del proceso de pasteurización, luego de lo cual ya no podrá permanecer en las tiendas. Otros estados exigen una leyenda que diga “usar hasta” una fecha de 21 días posterior a la pasteurización, para indicar cuándo la leche tendrá mejor sabor.

“La leche es un producto extremadamente seguro”, precisó Gunders. “Por lo general tendrá un muy buen sabor alrededor de una semana después de la fecha que señala el cartón. Si huele bien, es probable que sea perfectamente seguro consumirla”.

Los cambios a nivel federal, que sustituirán las reglas estatales, son necesarios porque será la única forma en que las normas federales puedan regir en el tema. Sin esa coherencia, manifestó Gunders, será difícil conseguir que la industria alimentaria coopere.

“Hay miles de empresas de alimentos por ahí”, aseguró. “Ellos harán estos cambios sólo si todo el mundo tiene que hacerlos”.

Después de contactar a algunas de las principales asociaciones comerciales de la industria alimenticia, su postura es que no tienen una posición tomada aún respecto de los cambios, pero en general apoyan las iniciativas para reducir el desperdicio de comida.

Por ejemplo, una vocera de la Asociación de Fabricantes de Comestibles afirmó que su grupo “trabajará con los minoristas y otros grupos para reducir la confusión del consumidor acerca de la fecha de vencimiento”. La organización se comprometió a “brindar a la gente la información necesaria para que tomen decisiones informadas respecto de la seguridad y calidad de los productos que compran y consumen”.

Algunas empresas de renombre, sin embargo, ya se han alineado con el nuevo proyecto de ley. Steve Armstrong, principal asesor legal de Campbell Soup Co., definió la legislación como “un desarrollo muy bienvenido para la industria alimentaria”. Paul Bakus, presidente de asuntos corporativos de Nestlé, señaló que la conferencia de prensa de la semana pasada habló de una legislación ‘obvia’, lo cual sugeriría que cualquier rechazo a ella sería insensato.

Blumenthal declaró que cree que su proyecto es digno del apoyo de ambos partidos, pese a que el actual clima político haga las cosas problemáticas.

Lo cierto es que nuestro etiquetado actual de los alimentos es casi un sinsentido, lo cual resulta en grandes cantidades de comidas y bebidas arrojadas a los vertederos o por el desagüe.

Blumenthal y Pingree no proponen nada revolucionario. Sólo quieren asegurarse de que los consumidores cuenten con la información correcta para tomar las mejores decisiones en su nombre y el de su familia. Y esa es la verdadera definición de una ley ‘obvia’.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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