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Reactivan viejos pozos cerca de escuela de L.A., a pesar de que residentes querían taparlos

Imagen del equipo de producción de petróleo y gas natural en un terreno sobre Washington Boulevard, frente a la Academia de Estudios Ambientales Carson-Gore, en el vecindario de Arlington Heights de L.A.

Imagen del equipo de producción de petróleo y gas natural en un terreno sobre Washington Boulevard, frente a la Academia de Estudios Ambientales Carson-Gore, en el vecindario de Arlington Heights de L.A.

(Patrick T. Fallon / For The Times)
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Con la esperanza de obligar a una compañía petrolera a tapar más de una docena de pozos que habían estado inactivos al lado de una escuela en Washington Boulevard, residentes locales pidieron al Cuerpo de Bomberos de Los Ángeles que tomara medidas.

Ellos se refirieron a una rara vez utilizada sección del reglamento de la ciudad que autoriza al jefe de bomberos a exigir que la empresa use o abandone los pozos sin usar, y el Cuerpo de Bomberos hizo la solicitud.

Pero en vez de tapar los pozos, la compañía petrolera dice que los ha reactivado para satisfacer la demanda de la ciudad, restaurando el flujo de gas natural del otro lado de la calle donde se encuentra la Academia de Estudios Ambientales Carson-Gore, bautizada así en reconocimiento a Rachel Carson y Al Gore.

La decisión sorprendió a los residentes. “Creímos que teníamos la razón”, dijo Jeff Camp, presidente de Vecindarios Unidos del Concejo de Vecindarios, que apoyó la petición del Cuerpo de Bomberos. “No lo puedo creer”.

Eric Kinneberg, vocero de Freeport-McMoRan, dijo en un comunicado que el Cuerpo de Bomberos y funcionarios estatales del petróleo hicieron una inspección operacional y de seguridad antes de que los pozos fueran reactivados, y que el sitio estaba en cumplimiento con las regulaciones estatales y de la ciudad.

Miembros comunitarios han expresado su preocupación sobre los pozos porque si las instalaciones se deterioran, químicos, fluidos o gases pueden fugarse hacia las aguas subterráneas o al aire.

En años recientes, tres pozos sobre un sitio en la 4th Avenue fallaron pruebas de presión. Después de más pruebas, uno fue tapado y se encontró que los otros dos sí cumplian con las reglamentaciones, según los reguladores estatales.

Los residentes también están preocupados de que dejar los pozos abiertos indefinidamente podría incrementar el riesgo de que los ciudadanos al final terminen pagando por taparlos si las compañías petroleras caen en problemas económicos. Freeport-McMoRan ha sido afectada por la caída en los precios del petróleo y cada vez tiene más adeudos.

Michael Salman, residente de West Adams, dice creer que “si Freeport está reactivando los pozos, solo lo están haciendo como una medida temporal para tratar de evitar el gasto de taparlos”.

Kinneberg dijo que el sitio todavía tiene valor económico. Cualquier suposición de que la ciudad podría terminar pagando por taparlos son “intentos infundados para crear pánico”, escribió.

En una carta en la que se le pidió actuar al Cuerpo de Bomberos, Salman había llamado a los pozos “un riesgo totalmente innecesario” que no estba produciendo ningún beneficio y no se le debería permitir “estar ahí indefinidamente”.

Los residentes tenían motivos para pensar que los pozos de la 4th Avenue no serían reactivados. Cuando el Distrito Escolar Los Angeles Unified planeó la nueva academia, la compañía que entonces operaba el sitio, Plains Exploration & Production, dijo que la proximidad con una escuela provocaría una larga lista de regulaciones de calidad del aire que podría dificultarles la operación.

La producción de petróleo se detuvo ahí hace más de cinco años —alrededor del tiempo que se inauguró la Academia de Estudios Ambientales Carson-Gore, nombrada en reconocimiento del autor de “Silent Spring” y ex vicepresidente—. Pero la producción de gas natural siguió por algunos años más.

Además de los retos que los productores de petróleo han dicho que la escuela les representan, los residentes creían que había otro obstáculo para reactivar los pozos: Freeport ya no tenía permisos estatales para pozos de inyección de agua en el lugar.

Pero la compañía indicó la semana pasada que no necesitaba esos permisos porque iba a utilizar los pozos para un propósito distinto: producir gas.

Salman dijo que eso significaba otro problema, pues la reglamentación de la ciudad dice que cambiar un pozo de esa forma requiere la aprobación de la ciudad, algo que la compañía todavía no ha recibido.

Kinneberg dijo que hubiera sido imposible reclasificar los pozos a tiempo para la fecha limite inicial de la ciudad, así que la empresa había activado los antiguos pozos de inyección como “un primer paso necesario” para mostrar que estaban produciendo, y luego los dejó varados “para darle tiempo al proceso de reclasificación”.

El vocero del Cuerpo de Bomberos, Peter Sanders, dijo que el departamento no determinaría si la compañía había cumplido con los requerimientos de la ciudad para tapar o reactivar los pozos, hasta que tuviera respuesta de la División de Petróleo, Gas y Recursos Geotérmicosthe del estado.

Reguladores estatales han dicho que sus reglas carecen de claridad sobre cuándo un pozo debe ser tapado. Pero L.A. también tiene sus propias y más estrictas reglas para obligar a las empresas a tapar los pozos.

Las regulaciones de la ciudad dicen que cuando un pozo petrolero no ha sido utilizado durante un año o más, debe ser tapado o reactivado no más de un mes después que el jefe de bomberos lo ha solicitado.

Más de 1,100 pozos sin utilizar están esparcidos en Los Ángeles, según la agencia estatal de recursos geotérmicos.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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