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Por temor a que se limite el acceso a las pastillas anticonceptivas, muchas mujeres ya eligen métodos de acción prolongada

Muchas mujeres en California han visitado a sus médicos para obtener anticonceptivos después del triunfo de Donald Trump. A menudo se habla de que el presidente electo derogaría Obamacare, lo cual podría afectar la obtención del control para la natalidad.

Muchas mujeres en California han visitado a sus médicos para obtener anticonceptivos después del triunfo de Donald Trump. A menudo se habla de que el presidente electo derogaría Obamacare, lo cual podría afectar la obtención del control para la natalidad.

(Dimitri Otis / Getty Images)
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El día después de la elección presidencial, Lisabeth Collins llamó a Planned Parenthood que se encuentra cerca de su casa, en Echo Park. La mujer quería colocarse un dispositivo intrauterino, o DIU, un anticonceptivo que puede prevenir los embarazos durante años.

Desde que Donald Trump se convirtió en presidente electo, muchas mujeres en California afirmaron que han comenzado a buscar métodos anticonceptivos reversibles pero de acción prolongada, en caso de que se revierta el acceso al control de la natalidad y los abortos. Trump no ha mencionado que restringirá el acceso al control de la natalidad, pero sí ha hablado a menudo de revocar Obamacare, lo cual podría tener ese efecto.

Collins aseguró que había 45 personas delante de ella cuando llamó a la clínica. “Parece que no he sido la única que tuvo esta idea”, dijo.

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Los médicos y oficinas de Planned Parenthood de todo el estado reportaron que, en la última semana, un número creciente de mujeres han preguntado por los DIU. Los dispositivos se insertan por única vez, y algunos modelos podrían incluso sobrevivir a dos mandatos de Trump. Google Trends muestra más búsquedas de “DIU” el 10 de noviembre que en los 90 días anteriores.

Expertos y proveedores médicos han rápidamente señalado que el acceso a la atención médica no ha cambiado y que podría no hacerlo luego de la asunción de Trump, en enero. Además, cualquier cambio tardaría en implementarse. “La Ley de Cuidado de Salud Asequible sigue vigente actualmente”, señaló Cita Walsh, de Planned Parenthood of the Pacific Southwest, que atiende a los condados de San Diego, Riverside e Imperial y ha recibido un creciente número de llamadas acerca del DIU. “Por ahora, la gente puede venir aquí y obtener el método de control de natalidad que deseen”.

Si Trump anula la Ley de Cuidado de Salud Asequible, tal como prometió durante su campaña, 20 millones de estadounidenses se quedarían sin seguro médico. Pero recientemente mostró renuencia a derogar la ley completa, y ha dicho en cambio que busca reemplazarla con un plan alternativo que podría mantener a las personas aseguradas.

Pero incluso sin derogar la totalidad de la ley de salud del presidente Obama, Trump podría afectar los costos de los anticonceptivos, lo cual tendría un gran impacto especialmente en mujeres más pobres.

Bajo la ley, los anticonceptivos figuran en una lista de servicios preventivos de salud para mujeres que las compañías de seguros están obligadas a proporcionar de forma gratuita. Por ello, las pacientes aseguradas no deben pagar nada por ellos, ni siquiera por un DIU, que costaría más de $1,000 de sus bolsillos.

La cobertura de los anticonceptivos ha sido una parte algo contenciosa de la ley, y Trump podría eliminarla a través de un cambio administrativo, señaló Janel George, directora de derechos reproductivos federales y salud del National Women’s Law Center. De hecho, podría atacar toda la lista de servicios de salud preventivos sin costo, que incluyen asesoramiento de enfermedades de transmisión sexual y VIH, visitas anuales de ginecología y suministros vinculados con la lactancia, como las bombas de leche. “Todo eso está en peligro”, aseguró George.

Sin la exigencia de la anticoncepción, las mujeres posiblemente tendrían que comenzar a pagar un copago para obtener algún tipo de control de la natalidad. Un estudio halló que, luego de la entrada en vigor de Obamacare, las mujeres ahorraron cerca de $250 al año. Annelise Baer, residente de Glendale, contactó a su médico el miércoles para preguntarle acerca de un DIU. Había pasado seis años sin seguro antes de Obamacare. Ahora puede obtener un DIU gratuitamente y no preocuparse acerca del tema en el futuro, señaló. “Nadie realmente sabe qué dirá, qué hará”, señaló Baer, de 32 años. “Mejor prevenir que curar”.

Los DIU son mucho más eficaces en la prevención del embarazo que la mayoría de los métodos anticonceptivos, pero menos utilizados. Según datos nacionales acerca de las mujeres que emplean anticoncepción, el 25% toman píldoras, en comparación del 11% que emplea un DIU o un implante.

La Dra. Sheryl Ross, una obstetra y ginecóloga de Santa Mónica, señaló que a partir de la elección recibió un número inusual de pacientes que preguntan por un DIU. “Trajo el tema realmente al candelero nuevamente”, señaló Ross. Dos de sus pacientes decidieron dejar la píldora e hicieron citas para la colocación de un DIU, comentó la especialista.

El presidente electo también ha dicho que quiere derogar el fallo Roe v. Wade, la decisión del Tribunal Supremo que legalizó el aborto, así como quitarle financiamiento a Planned Parenthood, que provee servicios de salud a miles de mujeres; dos cuestiones que no puede hacer por su cuenta. También ha expresado apoyo a la prohibición de los abortos después de las 20 semanas, y los grupos antiabortistas han expresado que esperan que siga adelante con dicha promesa.

Collins, de 29 años, señaló que está más preocupada acerca del vicepresidente electo, Mike Pence, “alguien que ha predicado el creacionismo y la abstinencia”. Como gobernador de Indiana, Pence aprobó leyes que restringen el aborto, y desde el Congreso presionó para cortar el financiamiento federal a Planned Parenthood.

La Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés) requiere que todos los planes de salud de los empleadores cubran anticonceptivos, otra área en la cual podría haber cambios, afirmó Alina Salganicoff, vicepresidente y directora de políticas de salud de Kaiser Family Foundation. “Realmente ha estado entre las partes más polémicas de la ACA y pasó dos veces por la Corte Suprema”, señaló.

Las compañías religiosas demandaron al gobierno federal, diciendo que no se les debe exigir pagar por el control de la natalidad de sus empleados. El más conocido de estos casos, Burwell v. Hobby Lobby, creó una laguna para que estas compañías no paguen por los anticonceptivos por sí mismas y, en cambio, abonen el cargo a las aseguradoras. Salganicoff afirmó que una nueva administración podría permitir que estas empresas no ofrezcan ningún control de la natalidad en sus planes de salud.

Los líderes de California manifestaron que intentarán mantener el acceso para los residentes del estado, aun bajo un nuevo gobierno. Aunque los estados no pueden anular la ley federal, hay formas de llenar las lagunas, aseveró George, del National Women’s Law Center. Los estados podrían ofrecer anticonceptivos gratuitos u otros servicios de salud para las mujeres a través de programas de salud financiados por el estado, dijo también.

California, Maryland e Illinois ya tienen leyes que establecen que todos los planes de seguro cubran anticonceptivos, y otros estados podrían sumarse, agregó George. “Ciertamente hay espacio para que los estados sean inclusivos en la cobertura, y eso es lo que esperamos”.

California también implementó recientemente una ley que permite a las mujeres obtener anticonceptivos en la farmacia sin receta médica, aunque tendrían que pagarlas por su cuenta si su seguro no lo hace.

Elizabeth Walker, de 33 años, consultó a su médico para cambiar su método de control el día después de la elección. La mujer quiere colocarse un implante, otro método de acción prolongada, que puede durar hasta cuatro años. “Podría ser una reacción exagerada. Tal vez nuestros derechos queden tal como están ahora, y nuestro acceso a los anticonceptivos no cambie”, señaló Walker, quien reside en San Francisco. “Pero no quiero estar en la situación de no poder decidir sobre mi propio cuerpo”.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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