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¿Por qué tantos niños en California tienen tos ferina, a pesar de estar vacunados?

Los investigadores concluyeron que la protección del refuerzo de la vacuna Tdap contra la tos ferina se desvanece rápidamente. En la imagen, Debbie Gonzáles observa a su padre mientras éste recibe la dosis de refuerzo, en 2012.

Los investigadores concluyeron que la protección del refuerzo de la vacuna Tdap contra la tos ferina se desvanece rápidamente. En la imagen, Debbie Gonzáles observa a su padre mientras éste recibe la dosis de refuerzo, en 2012.

(Anne Cusack / Los Angeles Times)
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Cuando California tuvo su mayor brote de pertussis en más de medio siglo, en 2010, los niños que más enfermaron tenían entre 10 y 11 años de edad. Ese dato resultó extraño para los expertos en salud.

Los niños reciben cinco dosis de la vacuna que los protege contra la enfermedad –también conocida como tos ferina- a los seis años de edad, por lo cual esa población debía haber estado completamente inoculada.

Considerando que la efectividad de la vacuna podría disminuir después de algunos años, las autoridades en California comenzaron a requerir una dosis de refuerzo para los estudiantes que ingresan a séptimo grado -niños de entre 11 y 12 años-.

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Poco después, en 2014, se desató otro brote de tos ferina en el estado, que resultó incluso más fuerte que el anterior.

Los pequeños de entre 10 y 11 años de edad volvieron a contagiarse, pero esta vez, los más afectados fueron los de 14 a 16 años; es decir, la misma población que había contado con la vacuna original y el refuerzo.

Entonces, ¿qué fue lo que ocurrió? Eso fue lo que un grupo de investigadores del Kaiser Permanente Vaccine Study Center se propuso investigar. Sus hallazgos fueron publicados este pasado jueves, en la revista Pediatrics.

Los expertos determinaron que la protección de la dosis de refuerzo, llamada Tdap, se desvanece rápidamente. “Creo que todos esperábamos que el refuerzo Tdap pudiera contrarrestar lo que había ocurrido en 2010”, afirmó el Dr. Nicola P. Klein, jefe de la investigación. “Desafortunadamente, no es así. El refuerzo funcionó muy bien durante un año y, por desgracia, no trabaja bien después de eso”.

El estudio analizó los datos de diagnóstico de niños que reciben cuidados de salud por parte de Kaiser Permanente en el norte de California, el cual atiende a cerca de 3,5 millones de personas.

Estudios anteriores habían detectado que la protección de la serie de vacunas contra la tos ferina que los niños reciben a los seis años de edad –llamada ‘vacuna difteria-tétanos-pertussis unicelular’ y más conocida como DTaP- también decae luego de la administración de la última dosis. Un estudio de Kaiser comprobó que la protección declina, en promedio, un 42% por año.

La razón por la cual los investigadores recién ahora advierten los efectos de esta vacuna es porque, anteriormente, los niños solían recibir otra versión, que ofrecía inmunidad por un mayor período de tiempo.

En la década de 1990, los chicos de los Estados Unidos comenzaron a recibir la actual vacuna unicelular, ya que la anterior, de célula entera, causaba algunos efectos secundarios, entre ellos fiebre.

Es por ello que el brote de 2010 fue tan grave para los niños de entre 10 y 11 años, y no para los de otras edades. Aquellos que eran mayores de 11 años en 2010 habían recibido, probablemente, la vacuna de célula entera cuando eran pequeños, y aún conservaban cierto grado de inmunidad.

Los expertos afirman que la vuelta a la vacuna de célula entera es poco probable, debido a que ésta puede causar convulsiones y fiebre alta, lo cual resulta especialmente peligroso para los bebés, que deben recibir su primera dosis cuando tienen apenas dos meses de vida.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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