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Nueva ley en California exige vacunas para trabajadores de guarderías

Moises Ortega, a la derecha, juega con Charlee Som en la guardería de Marta Delgado en Long Beach, mientras que la asistente de maestra, Ines Santos observa.

Moises Ortega, a la derecha, juega con Charlee Som en la guardería de Marta Delgado en Long Beach, mientras que la asistente de maestra, Ines Santos observa.

(Cheryl A. Guerrero / Los Angeles Times)
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Una nueva ley en California requerirá que para el próximo año, todos los trabajadores de guarderías sean inmunizados contra el sarampión y la tos ferina.

A casi un año de que el peor brote de sarampión en 24 años haya surgido en Disneyland, infectando a más de 130 residentes de California y a más de dos docenas de personas que residían fuera del estado, el gobernador Brown aprobó esta semana la nueva ley.

El brote hizo claro que el sarampión no era sólo un riesgo para los niños: fue un peligro para las personas de todas las edades. Una nota de Los Angeles Times de febrero informó acerca de cómo es que más gente está entrando a la edad adulta sin estar completamente vacunados, en contraste con las generaciones anteriores, ya que las vacunas contra el sarampión infantil han disminuido en las últimas dos docenas de años.

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Durante el brote, algunas organizaciones empezaron a tomar medidas para demandar que los adultos también sean vacunados. Después de que ocho bebés en una guardería de KinderCare en un suburbio de Chicago cayeron enfermos con sarampión, la cadena nacional que incluye 1,500 instalaciones, dijo que comenzará a exigir las vacunas contra el sarampión para el personal que trabaja con bebés menores de 15 meses de edad.

La Universidad de California anunció también que por primera vez solicitará prueba de cuatro vacunas, incluyendo la del sarampión, además del requisito ya existente de la vacuna contra la Hepatitis B.

El autor del proyecto de ley, el senador estatal Tony Mendoza (D-Artesia), dijo que la nueva ley, SB 792, protegerá vidas.

“Debemos hacer todo en nuestro poder para proteger a los niños de California”, dijo en un comunicado difundido el domingo. “Si esta nueva ley puede prevenir la pérdida de un niño debido a una enfermedad contagiosa, entonces se considerará un éxito. Porque aun la muerte de un solo niño es demasiado, especialmente cuando se puede prevenir”.

La ley, que fue aprobada por el Senado 34 a 3 y por la Asamblea 60 a 16, requiere que los empleados y los voluntarios de una guardería sean vacunados contra la tos ferina y el sarampión para 01 de septiembre de 2016.

Los trabajadores pueden ser exentos de esta obligación mediante la obtención de una nota de su médico, indicando una razón médica por la cual la vacuna no puede ser aplicada, como por ejemplo, cuando un trabajador tiene un sistema inmunológico débil o está recibiendo tratamiento de quimioterapia.

La ley también demanda, tanto de los trabajadores como de los voluntarios, que reciban la vacuna antigripal cada año, pero también dice que ellos pueden declinar la vacuna si presentan una declaración por escrito diciendo que no quieren recibir la vacuna.

A principios de este año, el gobernador firmó otra medida de vacunación que fue una de las más duras leyes de la nación, la cual arrasó con casi todas las exenciones de vacunación para los niños que van a guardería o escuela.

Anteriormente, los padres todavía podían enviar a sus hijos a la guardería o clases citando una exención por motivos religiosos o declarar que las vacunas contradecían sus creencias personales. Ahora, a partir del año 2016, los niños de las guarderías y de las escuelas deben tener las vacunas exigidas por el estado como condición de entrada a la escuela o deberán presentar una razón médica por la que no se le puede dar una inoculación al niño o niña, como sería un certificado médico de alergia a uno o varios ingredientes de la vacuna.

Los padres que se opongan a las vacunas pueden optar por enviar a sus hijos a escuelas privadas en el hogar o los estudios independientes fuera de la escuela.

Los funcionarios de salud pública dijeron que la proliferación de las exenciones, que muchos buscaron debido a las preocupaciones infundadas sobre la seguridad de las vacunas, ayudó a darle combustible al brote de sarampión de Disneyland. El Dr. Gil Chávez, el epidemiólogo del estado, dijo en abril que las tasas de inmunización en algunas escuelas son de 50% o menos, creando un ambiente ideal para que el virus se propague.

Un intento de anular la nueva ley de vacunación se quedó corta. Una unidad de referéndum dirigida por ex asambleísta republicano Tim Donnelly, del condado de San Bernardino, obtuvo sólo 233,758 firmas dentro del plazo, y necesitaba 365,660 firmas de votantes registrados para avanzar.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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