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México tiembla ante la victoria de Donald Trump

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Tras las elecciones estadounidenses, la victoria de Donald Trump está afectando la moneda nacional de México, perturbando los mercados y provocando grandes temblores en la sociedad mexicana.

Si bien siempre las elecciones presidenciales estadounidenses generan interés en dicho país -que posee profundas relaciones económicas, sociales e históricas con su vecino del norte- la retórica incendiaria del candidato republicano ha producido un enfoque singularmente ansioso al otro lado de la frontera.

Las declaraciones políticas de Trump acerca de México -incluyendo sus deseos de prohibir acuerdos comerciales, construir un muro a lo largo de toda la frontera y deportar a los inmigrantes ilegales- han suscitado una profunda inquietud aquí, tanto con funcionarios como entre el común de la gente.

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“Habrá tiempos muy difíciles para México”, predijo Brenda Cortés, una estudiante de 23 años, con un típico comentario que se escucha entre las personas entrevistadas aquí. “Nuestro gobierno no está listo para este hombre”.

Tras un servicio católico en la ciudad de Puebla, el pasado domingo, un sacerdote pidió a los feligreses que rezaran un Ave María para que Trump sea derrotado, argumentando que su victoria causaría grandes dificultades económicas para sus compatriotas.

El banco central de México anunció que está haciendo “planes de contingencia” no especificados para aplicar tras la victoria de Trump. “El resultado de la elección tendrá consecuencias que, espero, sean positivas. Pero podrían ser negativas”, señaló a la agencia Milenio Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, la semana pasada.

En una entrevista previa con Radio Fórmula, Carstens calificó como un “huracán de categoría 5” el triunfo de Trump. “Será un huracán de mucha más intensidad, especialmente si cumple con lo que ha mencionado en campaña”, señaló.

El valor del peso se deslizó hacia un mínimo récord de 20 con respecto al dólar en las últimas semanas, cada vez que Trump mejoraba en las encuestas electorales en los EE.UU. Por el contrario, las bajas del republicano en los sondeos fortalecieron la moneda local. El mercado bursátil mexicano también ha oscilado según los números de las encuestas.

Estos temores podrían ser exagerados, sostienen algunos expertos, porque los profundos vínculos entre las economías estadounidense y mexicana harían muy difícil que un supuesto presidente Trump impusiera sus controvertidas políticas. “La realidad alcanzará a cualquiera en el momento en que entre a la Casa Blanca”, afirmó Christopher Wilson, subdirector del Instituto Mexicano del Wilson Center, en Washington. “Muchas de las cosas que se han dicho en la campaña probablemente quedarán en un recuerdo, a raíz de la realidad de interdependencia de la relación México-EE.UU.”.

Eso no parece haber templado el desdén por Trump. Las filas de celebridades mexicanas que han públicamente apoyado a Clinton incluyen a Vicente Fernández, el emblema de la música ranchera, quien en septiembre pasado lanzó un corrido para apoyar a la demócrata e instando a los latinos estadounidenses a votar por ella.

El año pasado, muchos mexicanos que jamás habían oído hablar de Trump se indignaron cuando el magnate de bienes raíces lanzó su campaña atacando a los inmigrantes mexicanos en los EE.UU., a quienes llamó “violadores, narcotraficantes y criminales”.

En su visita a México, en agosto pasado, para encontrarse con el presidente Enrique Peña Nieto, Trump tuvo un tono más conciliador y exaltó a los mexicoamericanos como “gente espectacular, trabajadora e irreprochable”.

Sin embargo, su imagen en México no parece mejorar; las piñatas de Trump siguen siendo aquí un artículo popular. “Las cosas empeorarán con Trump y si hay deportaciones masivas”, expresó Amalia Ruiz, de 41 años, madre de cuatro hijos, quien dice que sobrevive en gran medida por el dinero que su marido le envía desde California, donde trabaja como lavaplatos. “¿Qué harán todos los deportados?”, se preguntó Ruiz, en el exterior de una oficina de Western Union, donde muchas personas retiran las transferencias de dinero de sus seres queridos. “Aquí no hay trabajo”.

Trump ha amenazado con cortar esas remesas como un intento de presionar a México para que pague por su idea del muro. Esa advertencia ha resonado entre muchas familias mexicanas, que dependen de ese dinero.

Las remesas a México ascendieron a casi $25 mil millones en 2015, superando al petróleo como el segundo mayor generador de ingresos externos, después de los bienes manufacturados. Cualquier reducción importante en el flujo de dinero podría causar una brutal sacudida a una economía ya débil.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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