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Cada vez más viudos están sufriendo para no perder sus casas

Jesús Sequeira, cuyos ingresos cayeron después de que su esposa murió, está batallando para salvar su casa en Canyon Country. Pero hay un problema: aunque su nombre estaba en las escrituras, sólo su esposa estaba en el crédito hipotecario.

Jesús Sequeira, cuyos ingresos cayeron después de que su esposa murió, está batallando para salvar su casa en Canyon Country. Pero hay un problema: aunque su nombre estaba en las escrituras, sólo su esposa estaba en el crédito hipotecario.

(Mel Melcon / Los Angeles Times)
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Cuando Yadira, la esposa de Jesús Sequeira, murió en 2008 de cáncer pulmonar, las cosas se le complicaron rápidamente.

Sequeira dice que sus ingresos cayeron, dejándolo sin posibilidades de pagar la hipóteca de la casa en la que vivían en Canyon Country.

Sequeira esperaba que una modificación del préstamo pudiera salvarlo, pero había un problema: aunque su nombre estaba en las escrituras, sólo su esposa estaba en el crédito hipotecario —algo que Sequeira dijo que un asesor financiero sugirió debido al mejor historial de crédito que ella tenía—.

El arreglo, dijo, hizo que el asunto se convirtiera en una pesadilla burocrática de varios años que podría terminar en que le quiten la casa en una venta de liquidación prevista para el 11 de mayo.

“Es como si me fuera a dar un infarto, porque no sé qué va a pasar”, dijo Sequeira, de 58 años, quien posee un pequeño mercado en Koreatown. “Ha sido así durante tres años”.

Defensores de los consumidores dicen que las viudas y viudos a nivel nacional están cayendo en un hoyo negro burocrático similar.

Aunque los prestamistas por lo general aceptan sus pagos hipotecarios, los propietarios sobrevivientes que no están en el crédito hipotecario afrontan una significativa resistencia cuando buscan modificar un préstamo si se atrasan en los pagos —a menudo porque han perdido el ingreso de su pareja—.

“Les dicen que no pueden hacer nada para prevenir una reposesión”, dijo Charles Evans, un abogado de la firma Public Counsel, que está ayudando a Sequeira.

El problema está creciendo y ha llamado la atención de los reguladores federales y legisladores estatales.

En solo los primeros tres meses de este año, los Defensores de Vivienda y Derechos Económicos, un grupo de abogacía en el estado, ha manejado 16 casos similares.

En un estudio del 2013, conducido por la Coalición de Reinversión de California, el 44% de los asesores de vivienda dijeron que los prestamistas “siempre” o “casi siempre” se niegan a hablar de modificaciones de préstamo con clientes viudos si ellos no estaban en la hipoteca.

El año pasado, los asesores de vivienda del país encuestados por el Centro Nacional de Recursos de Vivienda, les dieron a los prestamistas una pobre calificación por su nivel de comunicación con viudas, viudos y otras personas en circunstancias similares.

Los defensores de los consumidores piensan que el problema se remonta a las prácticas comunes durante la burbuja inmobiliaria de la década pasada. Ellos incluyen un incremento en riesgosas primeras y segundas hipotecas —incluyendo muchas de personas mayores que antes no quisieron adquirir una nueva deuda— y la protección de préstamos, que cada vez más han puesto a los prestamistas, y no los originadores, en control del proceso de reposesión.

A veces los prestamistas se niegan a tratar con el esposo sobreviviente, dicen los defensores. Otras veces ellos dan información inexacta o requieren documentos innecesarios que demuestren la propiedad de la casa, deteniendo una modificación mientras procede una reposesión.

A menudo las empresas simplemente no permiten una modificación hasta que el esposo que sobrevive asuma el préstamo, que no puede pasar hasta que el propietario esté al corriente con la hipoteca, que es casi imposible por la situación misma.

Los sobrevivientes “entran en contacto con el prestamista de la hipoteca para dejarles saber que su pareja ha muerto y ellos preguntan cuales son los siguientes pasos que deben seguir para tratar de trabajar en una modificación”, dijo Maeve Elise Brown, director ejecutivo de los Defensores de Vivienda y Derechos Económicos en Oakland. “Ahí es cuando la desinformación comienza”.

La aprobación en 2012 de la Ley de Derechos de Propietario de California apuntaba a problemas similares para los prestamistas.

Ésta requiría que se les asignara a un solo representante para negociar y prohibía el llamado seguimiento dual —práctica que consiste en negociar con clientes para modificar una hipoteca y simultáneamente buscar una reposesión—.

Ahora se han propuesto reglas para dar más protecciones a los sobrevivientes. La Oficina de Protección Financiera del Consumidor se dispone a revelar ciertas regulaciones este verano que ayudarán a viudas, viudos y otros beneficiarios. Y el Comité de Judicatura del Senado estatal iba a votar el martes una propuesta diseñada para darle a los esposos sobrevivientes, compañeros domésticos y niños, las mismas protecciones planteadas en la Ley de Derechos de Propietario, incluyendo el derecho de demandar para detener una reposesión o por daños y perjuicios económicos cuando una ocurre.

La propuesta SB-1150, de los senadores Mark Leno (San Francisco) y Cathleen Galgiani (Stockton), impediría a los prestamistas proceder con una reposesión antes de solicitar documentación “razonable” de la muerte del prestatario y la identidad del sobreviviente.

El seguimiento dual sería excluido y se le requeriría a los prestamistas que dieran la información exacta sobre suposiciones de hipoteca y programas de prevención de reposesión, así como designar un solo punto de contacto a los sobrevivientes.

Aunque la propuesta no requiere que se dé una modificación —los aplicantes deben ser capaces de mostrar que pueden costear incluso el pago de préstamo más pequeño. Por ejemplo, eso les permitiría a los sobrevivientes morosos conseguir una modificación de préstamo sin que primero tuvieran que ponerse al corriente con los pagos.

“A esa gente se le deja a su suerte. Ellos no consiguen ninguno de los beneficios de la Ley de Derechos de Propietario”, dijo Leno.

La propuesta ha encontrado oposición de grupos de la industria que dicen es prematuro debido a las regulaciones federales pendientes.

Beth Mills, portavoz de la Asociación de Banqueros de California, dijo que la propuesta estatal podría abrir la puerta para que mucha gente busque obtener los beneficios del prestatario difunto —un proceso potencialmente complicado para los prestamistas porque la propuesta les da a los sobrevivientes el derecho de demandar—.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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