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La mente del hombre acusado de matar a sus tres hijos era un caos

Luiz Fuentes, durante su comparecencia en corte, es acusado de asesinar a sus tres hijos.

Luiz Fuentes, durante su comparecencia en corte, es acusado de asesinar a sus tres hijos.

(Mark Boster / Los Angeles Times)
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Los trabajadores de Protección al menor sabían que empujar a Luiz Fuentes a enfrentar sus demonios sería difícil.

“El padre siente que la consejería no será beneficiosa para él porque lo obligaría a recordar, cuando todo lo que quiere es olvidar”, le dijeron a la corte los trabajadores sociales del condado en septiembre de 2010, poco después de que determinaron que Fuentes había gravemente golpeado a su hijo Luis, entonces de tan solo 5 años, al pegarle con un cinturón.

“El potencial de que el padre pueda perder el control otra vez está presente y es probable”, agregaron los trabajadores sociales.

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Cinco años más tarde, Fuentes fue acusado de apuñalar mortalmente a Luis y a sus dos hermanos más pequeños en el asiento trasero del coche de la familia.

Las muertes de los tres niños han hecho brotar las preguntas sobre si el condado hubiera podido hacer más para prevenir la violencia en contra de los niños.

Los Angeles Times peticionó a la corte la liberación de los expedientes sobre Fuentes. Este mes, Michael Levanas, el juez del tribunal para menores del condado de Los Ángeles ordenó la liberación de 696 páginas de los archivos.

Los archivos ofrecen una vista detallada de los contactos que tuvo el condado con Fuentes en los años previos a los asesinatos cometidos en septiembre.

Los archivos documentan el dolor y la ansiedad que consumía a Fuentes.

Fuentes tenía 5 años cuando su padre fue asesinado. Su madre murió cuando él tenía 17, dejándolo solo a él para alimentar y cuidar de sus tres hermanos menores, escribieron los trabajadores sociales.

Los registros también muestran los desafíos que enfrentaron los trabajadores sociales para sacarle la verdad durante sus repetidas visitas a su casa.

A principios de 2010, se hicieron llamadas anónimas a la línea de abuso al menor del condado alegando que el padre estaba abusando de los niños. El Departamento de servicios a los menores y a las familias verificó solamente una de las acusaciones – el reporte de los golpes con el cinturón, en 2010 – que llevó a la familia a estar bajo supervisión durante un año.

Los Angeles Times informó el mes pasado que un tribunal le permito a Fuentes poner fin a la supervisión de los trabajadores sociales en el 2011, sin completar su consejería ordenada por la corte. El departamento desestimó una nueva acusación de abuso el año pasado sin intervención adicional, a pesar de la evaluación por parte de los trabajadores sociales de que el riesgo de abuso hacia los niños era “alta”.

En 2008, la esposa de Fuentes, madre de los niños, murió de un aneurisma cerebral. Ella había sido “una persona muy especial”, dijo una niñera de los niños a los trabajadores sociales. Su muerte dejó a Fuentes solo una vez más y con tres bocas que alimentar.

En 2010, cuando los trabajadores sociales investigaron la golpiza con el cinturón, Josefina Barrales, la novia de Fuentes, estuvo de acuerdo con la evaluación de ellos de que la necesidad de consejería para Fuentes era urgente porque él se había convertido en alguien “ansioso, nervioso y deprimido”.

Pero Fuentes rara vez hablaba sobre su tristeza, prefiriendo expresar remordimiento y prometer que él nunca golpearía a sus hijos otra vez.

“Cometí un error”, dijo a los asistentes sociales.

Sin embargo, los trabajadores sociales expresaron preocupación en sus notas acerca de su capacidad para descubrir la amplitud de los abusos dentro de la familia.

Cuando llegaron a investigar la denuncia de la golpiza con el cinturón, encontraron a tres niños con capacidad limitada para comunicar cosas acerca de sus vidas. Luis había empezado a leer en voz alta en clase y contar a 200. Juan, que entonces tenía 4 años, apenas estaba empezando a dibujar y cortar a lo largo de una línea recta. Alexander, de 3 años, estaba aprendiendo a vestirse el solo.

Una trabajadora social se sentó con Luis, que inicialmente fue renuente a hablar sobre sus moretes con un profesor. La trabajadora social se tomó el tiempo para hablar con Luis de la diferencia entre la verdad y una mentira y le preguntó si sabía la diferencia.

Luis dijo que la sabía. Los registros muestran que continuó diciendo: “Josefina me dijo que alguien iba a venir a verme hoy y que no dijera que alguien me golpeó”. Dijo que su padre lo golpeó porque “creo que él se puso enojado porque no quiero hacer mi tarea”.

Cuando la trabajador social le preguntó si los otros niños habían sido golpeados, Luis asintió que si, a veces su papá les pegaba con la mano, otras veces con una escoba, según consta en los archivos.

“Él me ha pegado a lo mejor 2 o 4 o 100 veces”, expuso Luis a la trabajadora social.

El informe señala que Barrales negó que ella había aconsejado a Luis de que no hablara. La trabajadora social le señaló a Barrales que disuadir a un testigo puede ser un crimen; el Departamento de protección a los menores y servicios familiares decidió no darle seguimiento al asunto.

Los trabajadores sociales, como muestran los registros, trataron de equilibrar el trabajo y la vida de Fuentes en el hogar contra la orden de la corte de que él participara en clases, consejería de duelo y otros servicios.

Fuentes, expresa el informe, a menudo salía del trabajo al final de la jornada para encontrar pandemónium en su casa. Durante una visita, los trabajadores sociales observaron que los niños requerían de constante supervisión y uno hasta agarró un cuchillo para jugar con él.

Fuentes encontró el tiempo para ir a clases para padres, pero solo logró asistir a una sola sesión de consejería para enfrentar los duelos, según muestran los registros. Los trabajadores sociales marcaron que estaba “en cumplimiento parcial”, y exitosamente solicitaron a la corte cerrar el caso a finales de 2011.

Servicios para las familias no registra ningún otro contacto con los chicos hasta que alguien llamó a la línea directa de abuso infantil el 9 de abril de 2014, para decir que los niños estaban siendo abusados.

Luis para entonces tenía 9 años y habían crecido para convertirse en un ávido fanático de Los Angeles Clippers y los Dallas Cowboys. Bajo interrogatorio repetido y durante las visitas de seguimiento con los trabajadores sociales y los médicos, cada miembro de la familia negó que hubiera cualquier tipo de abuso en el hogar, según los registros.

Pero Servicios para las familias señaló que las incesantes presiones sobre Fuentes parecían estar pesando mucho sobre él.

Fuentes les dijo a los trabajadores sociales que trabajaba muchas horas en la planta de procesamiento de carnes frías Farmer John.

“El padre declaró que es un trabajo muy peligroso y que la gente se lastima todo el tiempo”, según los registros. “El padre señaló una cortadura en su mano; él agregó que gana $2,000 al mes, una cantidad que lo pone justo por encima de los límites de beneficios de bienestar social de CalWorks

Finalmente, Fuentes y su novia se separaron. En los meses antes de que los niños fueran asesinados, vivieron con su padre en su coche, recibiendo $204 al mes en cupones para alimentos. CalWorks le negó al padre su solicitud de prestaciones del 22 de junio, como muestran los expedientes del caso.

Después de una revisión interna sobre el caso, Servicios a las familias determinó que no era necesario ningún tipo de disciplina para cualquiera de los trabajadores sociales, dijo el portavoz Armand Montiel.

Los fiscales acusaron a Fuentes de asesinato. En una audiencia, él apareció vestido con una bata azul que indica prevención de suicidio, sollozando. “Perdónenme”, dijo.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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