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Los ajustes económicos llegan a los túneles fronterizos, que cada vez son más estrechos

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En tan sólo un mes de primavera, los funcionarios de inmigración de los Estados Unidos descubrieron tres túneles fronterizos para el traslado de drogas, los más recientes de los 75 descubiertos en los últimos cinco años.

Pero lo particular en estos últimos túneles es que la mayoría son significativamente más estrechos y no cuentan con los avances tecnológicos que las autoridades veían hasta hace algunos años.

William Sherman, agente especial a cargo en San Diego de la Administración para el Control de Drogas de los EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés), afirmó que los carteles ahora se inclinan por realizar túneles que requieren una menor inversión, debido al alto riesgo que tienen de ser descubiertos.

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“Les ahorra dinero… Por lo menos en los seis túneles previos, hemos llegado antes de que trasladaran cualquier narcótico. Por lo tanto, es una enorme cantidad de dinero y de recursos los que desperdician cuando los descubrimos”, aseguró Sherman. “Creo que [ellos están pensando] ‘nos están encontrando muy rápido, así que quizás no deberíamos invertir tanto dinero en ellos, aun cuando nos tome más tiempo enviar las cargas’”.

David Shaw, agente especial a cargo de Investigaciones de Seguridad Nacional del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los EE.UU. afirmó que el objetivo principal de los carteles es simplemente enviar su producto a los EE.UU. tan pronto como sea posible. “Todo se trata de la inversión”, señaló. “Por lo tanto, con menor inversión, obtienen más a cambio de su dinero”.

También notable en los últimos descubrimientos fue la aparición de organizaciones narco diferentes a las del dominante cartel de Sinaloa, entre ellas el Cartel de Jalisco Nueva Generación.

En 2003, los agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional, en colaboración con la DEA y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés), formaron un grupo de trabajo antitúneles en San Diego, conocido como San Diego Tunnel Task Force.

Este grupo atribuye su éxito en los últimos años a una colaboración más eficaz entre los organismos. Si los agentes de la Patrulla Fronteriza ven algo sospechoso, a menudo alertan al grupo, que pone en marcha una investigación. De esa forma, están en diaria comunicación. “Realmente lo hacemos como una asociación”, aseguró Shaw. “Todos tenemos diferentes conocimientos y experiencia, capacidades distintas. Creo que, al unir todo eso, podemos librar nuestra mejor batalla”.

Antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, las agencias que luchaban contra este tipo de túneles trabajaban bajo departamentos separados. Aduanas [ahora conocida como Investigaciones de Seguridad Nacional, HSI] funcionaba bajo el Departamento del Tesoro, mientras que la Patrulla Fronteriza y la DEA lo hacían bajo el Departamento de Justicia. Las jurisdicciones no eran claras y la información no se compartía rápidamente, mencionó Lauren Mack, vocera de la Oficina de Aduanas e Inmigración.

Pero después del 11 de Septiembre, la patrulla Fronteriza y HSI pasaron a formar parte del flamante Departamento de Seguridad Nacional. Al mismo tiempo, el mayor control en los puertos de entrada propulsó el contrabando de drogas bajo tierra.

Hoy en día, las autoridades hablan a menudo con los propietarios de negocios y miembros de la comunidad a lo largo de la frontera, acerca de qué hacer si observan alguna actividad sospechosa. El antiguo trabajo de detective también ha reforzado la efectividad de este grupo de trabajo, pero a medida que su enfoque se hace más efectivo, los traficantes también cambian sus técnicas.

Entre los túneles descubiertos en las últimas semanas se halló uno camino muy estrecho y zigzagueante en Otay Mesa, descrito como uno de los más largos jamás descubiertos a lo largo de la frontera entre los EE.UU. y México, con cerca de media milla de largo -cerca de nueve campos de fútbol- pero apenas tres pies de diámetro, lo cual probablemente mantiene los costos bajos. Las autoridades informaron que era lo suficientemente pequeño como para que los contrabandistas tuvieran dificultades para maniobrar.

De todos modos, a diferencia de muchos de los otros túneles recién descubiertos, el de Otay Pallet incluía sistemas de vías y ventilación, iluminación y un gran elevador, afirmó la fiscal de los EE.UU. Laura Duffy.

Como parte del descubrimiento, las autoridades incautaron más de 14,000 libras de marihuana y más de 2,000 libras de cocaína, una de las mayores incautaciones de esa sustancia en la frontera terrestre entre California y México.

El hallazgo se encuentra entre los más de 75 túneles transfronterizos que se han encontrado en los últimos cinco años, especialmente en California y Arizona, según informó la oficina del fiscal de los EE.UU. Aunque el costo para construir y operar los túneles varía, las autoridades estiman que cuestan más de $1 millón.

Su eliminación -proceso que los hace inservibles, a menudo mediante su relleno con hormigón- le ha costado al CBP un estimado de $8.7 millones desde el año fiscal 2007, según un informe publicado en 2015 por el Departamento de Seguridad Nacional.

En muchos sentidos, los túneles se entretejen en la trama de la guerra contra los narcóticos. El más poderoso capo de la droga, Joaquín Guzmán Loera, alias ‘El Chapo’, del cartel de Sinaloa, escapó de prisión en México a través de túneles de compleja construcción en dos oportunidades, la más reciente de ellas en 2015.

Las autoridades creen que el cartel de Sinaloa, considerado como el mayor importador de drogas a los EE.UU., continúa operando la mayoría de estos túneles, a menudo mediante la contratación de ingenieros y otros profesionales que los diseñan. Si bien se negaron a mencionar a las organizaciones relacionadas con túneles específicos que hayan descubierto, en algunos casos las organizaciones que no están vinculadas con carteles específicos construyen un túnel y luego lo alquilan o venden, por lo cual es difícil para las autoridades determinar qué cartel está involucrado.

Ev Meade, director del Instituto Transfronterizo de la Universidad de San Diego, afirmó que la región es un punto clave para el contrabando de narcóticos. “San Diego y ciertas áreas de Arizona han visto una proliferación de túneles. Eso no ocurre en otras zonas de la frontera, en parte debido a la geografía, pero también por la naturaleza del negocio. Según la DEA y muchas de las autoridades, “aún estamos en el territorio general del cartel de Sinaloa”. A la vez, Meade señaló que los carteles más grandes se han roto en facciones más pequeñas y, a menudo, más peligrosas.

Tal vez el desarrollo más alarmante del desmantelamiento del túnel de Otay Pallet, el 16 de abril pasado, fue el descubrimiento de que el Cartel de Jalisco Nueva Generación -conocido para las autoridades como CJNG- posiblemente esté activo en la industria de la construcción de túneles.

“Ciertamente estamos viendo un cambio en Tijuana. CJNG está recibiendo un fuerte impulso allí, y cuentan con muchos recursos”, afirmó Sherman, de la DEA. “En cuanto a los túneles, esta es la primera vez que tenemos indicios de que cualquiera, con excepción de [el cartel de] Sinaloa, estaba enviando sus productos a través de ellos”.

Este cartel, liderado por Nemesio “El Mencho” Oseguera Cervantes, tuvo un rápido ascenso en la red de narcotráfico mexicana y pelea por el poder de Sinaloa. Se cree que Cervantes, originario de Michoacán y ex miembro de Sinaloa, ha estado involucrado en actividades de narcotráfico desde la década de 1990, según el Departamento del Tesoro de los EE.UU.

El grupo llegó al poder cerca de 2009, con la caída del cartel Valencia-Milenio. Su creciente presencia en Tijuana ha sido rápida y sangrienta. Los homicidios relacionados con las drogas representaron más del 80% de los 670 casos registrados en 2015, el número más alto en cinco años, según la oficina del fiscal general de Baja California.

Edgardo Buscaglia, investigador sénior en leyes y economía en la Escuela de Derecho de Columbia, señaló que el crimen organizado en México se ha traducido en una gran variedad de túneles, cada uno reflejo de su propia organización. “En ese sentido, se ven muchos tipos de túneles; algunos son muy sofisticados y otros muy sencillos”, afirmó. “La sofisticación de los túneles refleja la sofisticación de la red de crimen organizado que trafica a través de ellos”.

El túnel de Galvez, un pasaje ahora desaparecido entre los EE.UU. y México en Otay Mesa, había sido construido para transportar marihuana hacia un almacén ubicado unos 760 pies al norte; sin embargo nunca se había utilizado.

Las autoridades descubrieron el pasadizo en 2009 como parte de una investigación y lo que llamaron “extensión”, es decir, la colaboración con miembros de la comunidad en la zona donde se reportaron actividades sospechosas.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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