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La ciencia demuestra lo que sospechabas: el senderismo es bueno para tu salud mental

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No subestime el poder de una caminata en el bosque: Un estudio nuevo sugiere que incluso un paseo de 90 minutos en un entorno natural podría conducir a cambios mensurables en el cerebro y podría ayudar a combatir la depresión.

Las investigaciones anteriores han mostrado que tan sólo un paseo de 50 minutos en la naturaleza puede mejorar tu estado de ánimo, disminuir tu ansiedad e incluso mejorar tu memoria. Pero para el estudio nuevo, publicado esta semana en el PNAS, el equipo de investigación quería ver si podía entender cuáles podrían ser los mecanismos para estos efectos positivos.

Para ayudarles a entenderlo, decidieron enfocarse específicamente en lo que los psicólogos llaman “mericismo”, el cual se ha demostrado que predice los episodios depresivos.

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“El pensamiento reflexivo significa algo muy específico en la psicología”, dijo Gregory Bratman, un candidato a doctorado en ciencias ambientales de la Universidad de Stanford y el autor principal del estudio. “El pensamiento reflexivo es el que se enfoca en los aspectos negativos de uno mismo”.

Los ejemplos de mericismo incluyen pasar mucho tiempo pensando en los momentos vergonzosos o decepcionantes del pasado, o el repetir cosas que has dicho o que has hecho recientemente.

Para ver cómo un paseo en la naturaleza afecta al pensamiento reflexivo, los investigadores asignaron al azar a 38 voluntarios sin antecedentes de enfermedad mental para dar un paseo de 90 minutos en un espacio verde urbano cerca de Palo Alto o a una calle ruidosa y ocupada con tres a cuatro carriles de tráfico en cada dirección.

Justo antes de iniciar sus paseos, todos los participantes fueron llevados al laboratorio, donde completaron un cuestionario de 12 preguntas sobre mericismo, respondiendo a declaraciones como “A menudo reflexiono sobre episodios de mi vida que ya no me deberían preocupar” o “A veces es difícil para mí apagar los pensamientos sobre mí mismo” con una escala de cinco puntos, la cual iba de absolutamente en desacuerdo a totalmente de acuerdo.

También les escanearon sus cerebros con una técnica de imagen neuronal que les permitió a los investigadores medir la cantidad de sangre que fluía a través de la corteza prefrontal subgenual -- un área del cerebro que se ilumina cuando una persona se dedica al mericismo.

Los participantes entonces fueron conducidos a un paseo en la naturaleza o a un paseo urbano. Los investigadores también les dieron smartphones a los voluntarios y los instruyeron para que tomaran fotos en el camino. Las fotos fueron utilizadas para verificar que los participantes realmente hayan realizado las caminatas.

Ambos paseos se realizaron en ubicaciones localizadas a tan sólo un paseo de 15 minutos en automóvil del laboratorio. Cuando se terminaron los 90 minutos, los voluntarios eran traídos de vuelta al laboratorio, donde completaron el cuestionario sobre mericismo otra vez y se les realizó otro escaneo cerebral.

Los investigadores descubrieron que aquellas personas que realizaron el paseo en la naturaleza mostraron reducciones en ambos mericismos auto notificados y en el exceso de flujo sanguíneo dirigido hacia la corteza prefrontal subgenual. No se observó ningún cambio significativo en los participantes que realizaron el paseo urbano.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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