Anuncio

La canción Happy Birthday, no le pertenece a nadie

Una copia de 1922 del "El cancionero cotidiano" contiene la letra de "Feliz cumpleaños".

Una copia de 1922 del “El cancionero cotidiano” contiene la letra de “Feliz cumpleaños”.

(Christine Mai-Duc / Los Angeles Times)
Share

El martes un juez federal en Los Ángeles dictaminó que ninguna de las compañías que han cobrado regalías por la canción “Feliz cumpleaños” en los últimos 80 años tenía una reclamación válida de derechos de autor a una de las canciones más populares en la historia.

En un impresionante giro a las décadas de reclamos de derechos de autor, el juez decidió que Warner/Chappell nunca tuvieron derecho a cobrar por el uso de la canción “Feliz cumpleaños a ti”. Warner había estado haciendo cumplir un derecho de autor desde 1988, cuando compró Birch Tree Group, el sucesor de Clayton F. Summy Co., que reclamaba el disputado derecho de autor original.

El juez George H. King dictaminó que un derecho de autor presentado por Summy Co. en 1935 le concedió específicamente solamente los derechos a los arreglos de piano de la música, no a la canción real.

Anuncio

“‘Feliz cumpleaños’ es finalmente libre después de 80 años”, dijo Randall Newman, un abogado de los litigantes en la demanda, en el que se incluyó a un grupo de cineastas que están produciendo un documental sobre la canción. “Finalmente, se acabó la farsa . Es increíble”.

Un portavoz de Warner/Chappell, la rama editorial de Warner Music, dijo, “Estamos viendo la extensa opinión de la corte y considerando nuestras opciones”.

El abogado de los demandantes caracterizó la lucha legal, que tomó años para resolverse, como una batalla de David contra Goliat que enfrentó a cineastas independientes contra una gran corporación que cobraba ganancias de una canción cuyos autores habían muerto desde hacía mucho tiempo.

Hasta ahora, Warner ha pedido regalías por derechos de autor a cualquier persona que quisiera cantar o tocar “Feliz cumpleaños a ti”--con letra--como parte de una empresa por lucro. Las regalías se recolectaron más frecuentemente de producciones de teatro, programas de televisión, películas o tarjetas de felicitación. Pero incluso aquellos que querían cantar la canción públicamente como parte de un negocio, digamos por ej. el propietario de un restaurante le da un pastel de cumpleaños gratis a los clientes, técnicamente tendría que pagar por usar la canción, provocando interpretaciones creativas en restaurantes de cadena, tratando así de evitar el pago de regalías.

El hecho de que la melodía de cumpleaños no puede ser tocada o cantada sin el permiso de Warner, para la mayoría ha sido poco más que una sorprendente pieza de trivialidad, pero para Warner Music Group, ha significado grandes negocios. Dos de los cineastas demandantes pagaron $1,500 y $3,000 por los derechos para utilizar la canción, dijeron sus abogados. El cineasta Steve James, pagó $5,000 a Warner para usar la canción en su documental de 1994 “Hoop Dreams”.

“Era bastante caro para nosotros en aquel momento y con nuestro presupuesto. Y sólo lo usamos durante 9 segundos”, James escribió en un correo electrónico que su publicista compartió. James dijo que la escena era “esencial” para la película y finalmente decidió pagar.

En una audiencia de marzo en el caso, mjuestran los registros, un representante de Warner/Chappell sentado en la audiencia le dijo al juez que la empresa recoge tanto como “seis cifras” para ciertos usos solo de la canción. La canción produce aproximadamente $ 2 millones al año en regalías para Warner, según algunas estimaciones.

La compleja saga de la tonadita de seis notas ha perdurado por más de 120 años, soportando dos guerras mundiales y varias eras de ley de propiedad intelectual. La canción ha visto la subida y la caída de los discos de vinilo, cassettes, CDs y ahora, la era de la música digital.

La historia comenzó en 1893, con una maestra de escuela de Kentucky y su hermana mayor. Patty Smith Hill y Mildred J. Hill escribieron la canción para los estudiantes de kindergarten de Patty, titulándola “Buenos días a todos”. La letra original que Patty escribió fue: “Buenos días a ti / Buenos días a ti / Buenos días, queridos niños / buenos días a todos”.

Patty dijo más adelante que ella había trabajado con su hermana para componer una melodía sencilla para que coincidiera con las palabras que podrían ser fácilmente interpretadas por niños.

Las hermanas publicaron la canción en un libro llamado “Historias cantadas para el jardín de infancia”, y asignaron los derechos de autor a su editor, Clayton F. Summy Co., a cambio de una parte de las ventas.

Eso fue sólo el comienzo de la maraña de derechos de autor que varios abogados han argumentado que el derecho de autor puede o puede no aplicar a una de las canciones más famosas del mundo.

Tanto Warner como los demandantes estuvieron de acuerdo en que la melodía de la familiar canción, primero como “Buenos días a todos”, había entrado en el dominio público hacía varias décadas. Pero Warner afirmó que seguía siendo titular de los derechos a la letra de “Feliz cumpleaños”, apoyándose en el reclamo de derecho de autor de 1935.

En varias vueltas en el caso, los abogados discutían sobre si las hermanas Hill realmente habían escrito la canción, ya que habían “abandonado” sus derechos a lo que se convirtió en la melodía de “Feliz cumpleaños” e incluso si Patty Smith Hill había sido exactamente citada en un artículo acerca de la canción de Time Magazine de 1935.

No está del todo claro, el juez resolvió, que las hermanas Hill escribieron la letra de “Feliz cumpleaños.” Pero de cualquier manera, nunca afirmaron un reclamo de derechos de autor por la canción, a pesar de que si demandaron por los derechos a la melodía original.

En última instancia, el juez resolvió que no existe ninguna evidencia de que Summy Co., la empresa original que afirmó un reclamo derechos de autor, alguna vez legalmente obtuvo los derechos para la canción de “Feliz cumpleaños a ti” de quien sea lo haya escrito.

La decisión del martes significa que la canción ahora se considera un trabajo público y es gratis para todos, sin el temor de tener que pagar por ella, según un comunicado de los abogados de los demandantes.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio