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Informe muestra preocupante panorama de los votantes y los políticos latinos

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El informe que fue publicado la semana pasada fue escuetamente titulado: “El estado de los Latinos en California”, fue o edificante o desconcertante para el establecimiento político latino, esto dependiendo de si el espectador estaba viendo hacia el pasado o hacia el futuro.

Los latinos representan a 1 de cada 5 de los votantes registrados, dijo el informe preparado por el caucus legislativo latino y otros grupos. Ellos ocupan 1 de cada 4 escaños de la Asamblea y están asentados en 27 ayuntamientos de los 58 condados del estado. Es innegable el avance desde los días cuándo los latinos eran vetados, a menudo por una mano con un dedo puesto en la balanza.

Pero su fuerza electoral es sólo la mitad de la proporción de la población de California, dijo el informe. Tienen 1 de 8 asientos del Senado del estado y un porcentaje aún menor de las sillas de supervisión.

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Dicho sin rodeos, el informe del caucus demostró que las mejores posibilidades para los políticos latinos están en las pequeñas ciudades pobladas por latinos. Entre más arriba esté el empleo en la cadena alimenticia de la política, o entre menos latino sea el distrito político, peores sus probabilidades de éxito. Esto fue suficiente para alimentar el temor de que el deseo de primicias históricas — primer senador latino en U.S., primer gobernador latino de California — se verá frustrado en el 2016 y 2018.

“¿Cuando estará California madura para tener un senador o gobernador latino? El tiempo no podía ser mejor, más propicio que ahora”, dijo Roger Salazar, un veterano de la administración de Clinton y que es un vocero de la bancada latina. “Pero ahora la pregunta es: ¿Cómo conseguir que esto suceda?”

La preocupación sobre su futuro ha florecido a medida que los latinos se han visto eclipsados por los asiáticos. La preocupación es una incomodidad, dado que ambos grupos son gemelos políticos, que trabajan juntos en muchos asuntos y apoyan a los mismos candidatos nacionales, que es lo mismo que decir a los demócratas.

Los asiáticos, impulsados por redes altamente organizadas de donantes y los votantes, han logrado sorpresas bipartidistas en las recientes elecciones regionales que ha logrado levantar las cejas entre los Latinos. Y a nivel estatal, los asiáticos han sido aún más dominantes, logrando tener como representantes al Tesorero John Chiang, a la Contralor Betty Yee y la Fiscal general Kamala Harris, cuya madre era de la India.

“Hay una razón por la que tres de los 10 titulares en todo el estado son asiáticos,” dijo Mike Madrid, un estratega republicano y especialista del voto Latino, quien alabó la perspicacia política de la comunidad asiática.

Para los Latinos, el movimiento ascendente se complica debido a problemas relacionados a la escasa participación de los Latinos en su base geográfica, el sur de California, y la dificultad de recaudar el dinero cuando sus distritos de origen carecen de riqueza abundante.

Los candidatos en todo el estado echan un ojo cauteloso sobre si deben arriesgarse a correr por un puesto cuando sus propios votantes no son confiables, por ejemplo; sin embargo, una candidatura emocionante es la forma más segura para hacer que los electores a salgan a votar.

Algunos problemas se cumplen por si mismos: las campañas en todo el estado gastan su dinero donde tienen la mejor oportunidad de un buen rendimiento, y eso significa enfocarse en los más propensos a votar, no en los menos. Rara vez queda lo suficiente como para cultivar votantes a largo plazo, en lo que muchos Latinos se han convertido, pero el desinterés por las campañas puede perpetuar el desinterés de los votantes.

El dinero sigue siendo un gran problema. Hilda Solís, una ex congresista y ex Secretaria laboral fue elegida el año pasado a la Junta de supervisores del condado de Los Ángeles, contrasta cómo los Latinos y los asiáticos han hecho sus campañas.

“Son muy disciplinados y eso es un buen rasgo. Es algo que cualquier campaña debe tener. No estoy diciendo no lo pueden hacer los Latinos, también tenemos que ser mucho más disciplinados. Creo que eso es algo que se aprende”, dijo. “Es casi como la madurez. He tenido que pasar por lo mismo. Al principio piensas que es desagradable ponerte al teléfono y pedir dinero, bueno, eso es parte de la vida”.

Kevin de León, presidente del Senado estatal, de Los Ángeles, dijo estaba debatiendo las medidas para cambiar los días de elección a los fines de semana para impulsar la participación, un movimiento que dijo sería bipartidista pero que, en la práctica, potencialmente sería una bendición para los votantes latinos y, por extensión, para los candidatos. (Aunque cuatro Latinos han servido como Presidentes de la Asamblea en los últimos 19 años, De León es el primer Latino Presidente del Senado pro tempore, y el número de Latinos en la legislatura menguado hasta la desaparición en los últimos 10 años).

Los latinos en la próxima contienda por el Senado de los Estados Unidos dan palos a ciegas, en este punto. El asambleísta Rocky Chávez, de Oceanside, es apenas conocido y un republicano en un estado que no ha elegido ni uno a nivel estatal en una década. La congresista Loretta Sánchez de Santa Ana, de afiliación demócrata, puede ser mejor conocida pero ha tenido un inicio de campaña problemático en comparación con Harris, de San Francisco, que se beneficia de ser un funcionario estatal. (El x alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, brevemente consideró contender por el Senado y ahora está considerando en contender para gobernador en 2018)

Sánchez abiertamente ha jugado la carta de la historia, afirmando en su anuncio de mayo que “yo sería la primera Latina en ser elegida al Senado de los Estados Unidos”.

Otros permanecen tras bambalinas. De León dijo que “no iba a descartar cualquier posibilidad de postularse para un futuro cargo a nivel estatal”. La líder laboral María Elena Durazo había promocionado a Solís como potencial candidata estatal al Senado incluso aun antes de que Solís hubiera anunciado su postulación para supervisor. Al preguntársele si ella está interesada, Solís hizo a un lado la noción.

“Tengo ahora siete meses bajo mi cinturón”, dijo, refiriéndose a la posición en el tablero, “y me encanta lo que estoy haciendo... No estoy interesada ahora mismo, para ser absolutamente honesta”

Pero, dijo, “quiero ver a más mujeres, Latinas y Latinos compitiendo por más altos puestos. Y esto llegará”.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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