Trump prometió contratar a 5,000 nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza. No cumplió
Un agente de la Patrulla Fronteriza vigila desde el muro que divide a Tijuana, Mexico, de San Diego, California.
Cinco días después de que el presidente Trump asumiera el cargo, firmó una orden ejecutiva que prometía una rápida y severa represión de la inmigración indocumentada; la construcción inmediata de un muro fronterizo; la contratación de 5,000 nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza y la deportación de miles de inmigrantes indocumentados.
“A partir de hoy, Estados Unidos recupera el control de sus fronteras”, declaró Trump en la ceremonia del 25 de enero en las instalaciones del Departamento de Seguridad Nacional, que controla las agencias federales de inmigración.
Siete meses después, la construcción del muro todavía no ha comenzado, el número de oficiales de la Patrulla Fronteriza ha disminuido en 220, y los agentes de inmigración están en camino de deportar a 10,000 personas menos este año que en el último año del presidente Obama en el cargo.
Para ser su promesa central de campaña la verdad es que Trump está mostrando resultados muy por debajo de las expectativas de sus seguidores.
Los cruces fronterizos ilegales bajaron un 22% en comparación con el verano pasado.
Las detenciones de indocumentados han aumentado un 43% desde enero, incluyendo a residentes de larga data que compraron casas, pagaron impuestos y criaron familias aquí.
El mayor aumento en los arrestos fue de migrantes indocumentados sin antecedentes penales: 24,189, casi tres veces más que en los primeros siete meses del año pasado, cuando estaba en el poder el presidente Barack Obama.
Los funcionarios de Inmigración y Aduanas dicen que el ritmo más lento en las deportaciones -de 240.000 el año fiscal pasado a unos 230.000 este año- es engañoso.
Sarah Rodríguez, una portavoz del ICE, atribuyó el cambio a que menos personas están siendo atrapadas y devueltas a la frontera.
Pero otras promesas de las que Trump hizo la piedra angular de su campaña se han estancado, o incluso retrocedido, en un reflejo de la brecha entre sus amplias promesas y las dificultades de rehacer el inmenso aparato inmigratorio del gobierno.
Los desafíos son especialmente difíciles para la Patrulla Fronteriza, la agencia de aplicación de la ley más grande del país. Operando desde barcos, aviones, automóviles y caballos, los oficiales de la Patrulla Fronteriza tienen la responsabilidad de vigilar 2,000 millas de la frontera sur del país.
Después de los ataques terroristas de 2001, el Congreso duplicó el tamaño de la Patrulla Fronteriza a más de 20,000 agentes para mejorar la seguridad fronteriza.
Pero enfrentada a la baja moral de sus integrantes, problemas de contratación y alto desgaste, así como la corrupción desenfrenada, la agencia no ha cumplido sus objetivos desde 2013.
La cantidad de agentes ha descendido desde 2010, y la agencia tiene ahora alrededor de 2.000 vacantes - con 220 agentes menos que cuando Trump asumió el cargo, según muestran los registros.
Lo que es más importante, basados en las tasas actuales de deserción y contratación, la agencia tendría que examinar a unos 750,000 solicitantes para cumplir con la meta de Trump de contratar a 5,000 agentes calificados, según un informe de julio del inspector general del Departamento de Seguridad Nacional.
“Van a tener grandes dificultades porque apenas tienen candidatos en el momento actual”, dijo Víctor M. Manjarrez Jr., un supervisor jubilado de la Patrulla Fronteriza que estudia asuntos fronterizos en la Universidad de Texas en El Paso. “Ni siquiera tienen lo suficientes candidatos para cubrir el desgaste natural”.
Linda Jacksta, una comisionada adjunta a cargo de recursos humanos en Aduanas y Protección Fronteriza, dijo que los funcionarios están decididos a revertir ese panorama. Pero dijo que probablemente no lo harán antes de 2018.
La Patrulla Fronteriza tiene ahora el objetivo de contratar a 500 oficiales el próximo año, dijo, y está tratando de reclutar a ex militares y agentes del orden para que se unan a sus filas.
“Es una situación que hemos estado tratando de cambiar durante los últimos dos años”, dijo Jacksta. Los bajos números de contratación este año “no reflejan lo que estamos haciendo”, agregó.
Llegar a la meta no será fácil. La mayoría de los solicitantes tienen que pasar por una serie de exámenes de detección y pruebas - pruebas de drogas, pruebas de aptitud física, una investigación criminal de antecedentes y una prueba de polígrafo.
La razón es simple: Los narcotraficantes han sobornado o comprometido a numerosos oficiales de la Patrulla Fronteriza.
Más de 170 oficiales han sido arrestados y condenados por corrupción en los últimos años, incluyendo a algunos agentes que trabajaban para los carteles de la droga mexicanos que se suponía estaban combatiendo.
Muchos de los problemas de contratación de la agencia son de su propia fabricación, de acuerdo con una serie de informes de auditoría interna que describen un proceso de contratación plagado de ineficiencias.
Otro informe del inspector general realizado en julio, encontró que la agencia gastó más de $5 millones en pruebas de polígrafo a solicitantes entrevistados que ya habían admitido que habían cometido crímenes u otras conductas que los descalificaban.
“Por ejemplo, los solicitantes admitieron el uso de drogas ilegales, el contrabando de drogas, el tráfico de seres humanos y de tener estrechas relaciones personales con las personas que cometen estos crímenes”, dijo un inspector general el 4 de agosto.
Uno de los solicitantes admitió participar en la violación en grupo de una mujer inconsciente e intoxicada, pero el examinador siguió con un examen de polígrafo de cinco horas, según el informe.
El requisito del gobierno de que cada solicitante pase una prueba de polígrafo también ha impedido durante mucho tiempo las contrataciones en la Patrulla Fronteriza.
En los últimos años, más del 70% de los solicitantes reprobó la prueba del detector de mentiras.
Ex líderes de la agencia dicen que las pruebas no se hicieron correctamente, produciendo índices de fracaso mucho más altos que en otras agencias policiales.
En respuesta, tanto la Cámara de Representantes como el Senado aprobaron recientemente proyectos de ley para permitir a la agencia omitir la prueba para algunos solicitantes, incluidos ex oficiales de la policía o miembros del ejército.
Algunos funcionarios, actuales y pasados de la agencia, piensan que es una mala idea.
Durante la última oleada de contrataciones, a mediados de los años 2000, la agencia tuvo problemas para mantener las normas de contratación y la corrupción se disparó.
En Texas, un agente fue arrestado con sus hermanos y acusado de matar y decapitar a un hombre por orden del cártel de drogas de Sinaloa.
Fue absuelto de asesinato en enero, pero fue condenado por trabajar para la organización criminal.
“Cuando usted tiene casos como ese, se tiene que ser mucho más cauteloso”, dijo Brandon Judd, presidente del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, el sindicato que representa a los agentes. “No quieres cometer los mismos errores y dejar entrar a la misma gente”.
Un problema más grande puede ser tratar de reemplazar a los agentes que son despedidos o que deciden retirarse.
En una encuesta de 2016 sobre la satisfacción laboral en las agencias federales, Aduanas y Protección Fronteriza ocupó el puesto 291 de 305 agencias. El Departamento de Inmigración y Aduanas (ICE), la agencia que se encarga de las deportaciones, quedó en el lugar 299.
“Estamos poniendo una carga excesiva porque tenemos que estar haciendo contrataciones contínuas”, dijo Judd, agregando que cuesta alrededor de $100,000 contratar y entrenar a un agente.
“Cuando perdemos ese agente, perdemos también esos $100,000 y tenemos que gastarlo de nuevo”, dijo.
Jacksta dijo que la tasa de deserción ha disminuido en los últimos dos años y que otras tendencias se están moviendo en la dirección correcta.
El tiempo promedio para contratar a un agente llegó a ser de 469 días. Actualmente ese proceso se ha acortado a unos 160 días. La agencia ha visto un aumento en el número de solicitantes y tasas más bajas de personas que abandonan o fallan en las pruebas, dijo.
La prometida muralla fronteriza de Trump, que sigue siendo una fuente de aplausos en sus manifestaciones políticas, se ha convertido en un dolor de cabeza para la administración.
No sólo fracasó en sus intentos de persuadir a México de pagar por el muro, como lo prometió repetidamente.
La petición de Trump al Congreso de $ 1,600 millones para iniciar la construcción de 74 millas de muro fue aprobada por la Cámara como parte del proyecto de ley de defensa, pero probablemente será desmantelada o recortada en el Senado.
Y el grueso del proyecto ha enfrentado grandes retrasos federales, el tipo de problemas que dijo Trump que serían historia tan pronto como él trajera su experiencia como promotor de bienes raíces y negociador a la Casa Blanca.
Aduanas y Protección Fronteriza tenía planes para que los contratistas comenzaran a poner prototipos en San Diego este verano.
Pero los planes se han suspendido hasta al menos noviembre debido a la protesta de otros licitadores.
Trump, al menos en público, no se da por vencido. “Nuestras fronteras son mucho más seguras que nunca”, dijo el viernes en Twitter.
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