Anuncio

En California, las matemáticas de los delegados no favorecen Bernie Sanders

El senador de Vermont Bernie Sanders se dirige a sus seguidores en el Wiltern, en Los Ángeles. Incluso si ganara una significativa porción de los delegados en las primarias de California, será difícil para él alcanzar a Hillary Clinton (.

El senador de Vermont Bernie Sanders se dirige a sus seguidores en el Wiltern, en Los Ángeles. Incluso si ganara una significativa porción de los delegados en las primarias de California, será difícil para él alcanzar a Hillary Clinton (.

(Genaro Molina / Los Angeles Times)
Share

Los reformadores pueden aniquilar toda la diversión. No hay mejor ejemplo que la batalla que se perfila en California entre Bernie Sanders y Hillary Clinton.

Gracias a algunos idealistas, ningún candidato podrá realmente alcanzar un gran triunfo en la primaria presidencial del próximo 7 de junio.

Lo más significativo es que será prácticamente imposible para Sanders alcanzar a Clinton en la carrera por los delegados, incluso si llegara a lograr una sorprendente victoria.

Anuncio

California enviará 546 delegados a la Convención Demócrata Nacional, que se realizará en Filadelfia la última semana de julio. Ese será, por lejos, el mayor bloque estatal y 23% del total necesario para nominar al candidato a presidente por el partido.

¿Qué ocurriría si todos los delegados de California fuesen nombrados a la antigua usanza, anterior a la reforma, de ‘el ganador se lleva todo’? El candidato que ganara la votación a nivel estatal se llevaría todos los delegados.

Eso sería emocionante. Podría incluso competir con la atención nacional puesta anteriormente a estados menores, como Iowa y New Hampshire. Sería digno de avisos publicitarios millonarios, audiencias arrolladoras y hasta de sumar a una banda de mariachis. El vencedor podría ganar la enchilada completa: la nominación.

Las primarias de California no han sido tan atractivas desde 1972, cuando el candidato antisistema y opuesto a la guerra de Vietnam George McGovern –el ‘Sanders’ de ese momento- venció al exvicepresidente Hubert Humphrey al ganar los 271 delegados de California y, por ende, la nominación.

Bien, no fue tan simple. Hubo drama en la convención, realizada en Miami. Las enloquecidas fuerzas de Humphrey inicialmente despojaron a McGovern de 151 delegados de California, lo cual provocó una batalla campal. El líder de California Willie Brown golpeó el podio y gritó: “¡Devuélvanme mi delegación!”.

Y la convención lo hizo.

McGovern fue derrotado abrumadoramente por el presidente Nixon ese noviembre, llegando incluso a perder California.

Además, el proceso de selección de delegados fue “reformado”; se convirtió en algo aburrido. No hay grandes triunfadores, pero tampoco grandes perdedores. Los delegados se eligen de forma proporcional, parcelados según el porcentaje de voto de cada candidato.

Un joven gobernador Jerry Brown ganó las primarias de California en 1976, y el senador Edward M. Kennedy, de Massachusetts, lo hizo en 1980. ¿Y qué ocurrió? Titulares de un sólo día. El estado no pudo darles el empuje suficiente.

California adelantó sus primarias para cuatro elecciones presidenciales a partir de 1996, en un vano intento de ganar más influencia en la nominación. Pero sin la regla de ‘el ganador se lleva todo’, los resultados resultaban decepcionantes.

En 2008, la última primaria temprana del estado, Hillary Clinton consiguió mantener viva su campaña durante tres meses más, al ganar en California. Ella venció a Barack Obama por 8 puntos porcentuales, pero obtuvo sólo 38 delegados más que él.

Esa carrera es una de las razones por las que Clinton se adelantó a Sanders este año en California. Otra es que Bill Clinton venció a Jerry Brown en las primarias de 1992, y se convirtió en el segundo demócrata en 11 elecciones presidenciales en ganar el estado ese noviembre. Clinton ganó fácilmente aquí en 1996.

Así que los Clinton tienen en espera una operación política -leal, veterana y completa- en California (la verdad sea dicha: mi hija es parte de ella).

Clinton comenzó esta campaña muy por delante en los sondeos. Pero Sanders redujo drásticamente su liderazgo. En la última encuesta de campo, dada a conocer el viernes pasado, Clinton llevaba sólo seis puntos porcentuales de ventaja: 47% a 41%.

Hay una gran brecha generacional, tal como ha ocurrido en todo el país. Los votantes menores de 40 años apoyan firmemente a Sanders; los mayores prefieren a Clinton.

Pero nada de eso importa mucho –excepto para presumir-, a menos que Sanders pueda ganar por amplia diferencia en otros estados, como Nueva York, Pensilvania y Nueva jersey. Clinton sólo debe capturar cerca de un tercio de los delegados disponibles en las restantes votaciones estatales.

Será extremadamente difícil para Sanders competir por los delegados en California. A nivel nacional, Clinton tiene una ventaja de 250 delegados comprometidos. Además, más de 400 superdelegados se inclinan considerablemente hacia Clinton. Ella podría obtener la nominación aquí.

Así es como funciona: a diferencia de los republicanos, que adjudican el mismo número de delegados en cada distrito del congreso, los demócratas hacen lo políticamente inteligente: recompensan la lealtad al partido. El número de delegados de cada distrito se basa en su pasado apoyo a los candidatos presidenciales demócratas.

El distrito en San Francisco de la líder minoritaria Nancy Pelosi obtiene nueve delegados. Pero el distrito en el condado de Kern perteneciente al líder mayoritario Kevin McCarthy –el mayor republicano de este estado- sólo tiene asignados cinco de ellos. Incluso menos, sólo cuatro, se asignan al distrito del republicano David Valadao, en el Valle de San Joaquín.

Clinton y Sanders dividirán los delegados en base a sus totales de votos en cada distrito y en todo el estado. La mayoría de ellos, unos 317, serán otorgados por distrito, y 105 serán asignados en todo el estado. Otros 53 serán destinados a los líderes del partido. Y habrá 71 no comprometidos, llamados ‘superdelegados’, un grupo que se inclina fuertemente hacia Clinton.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio