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El Servicio Meteorológico quiere saber por qué El Niño no llegó al sur de California

Los niveles de agua en Diamond Valley Lake, el mayor embalse del sur de California, se encuentran actualmente en el nivel más bajo desde su creación, entre 1999 y 2006. En la imagen se aprecia la marca del nivel máximo al que llegó el lago, justo por debajo de la carretera perimetral.

Los niveles de agua en Diamond Valley Lake, el mayor embalse del sur de California, se encuentran actualmente en el nivel más bajo desde su creación, entre 1999 y 2006. En la imagen se aprecia la marca del nivel máximo al que llegó el lago, justo por debajo de la carretera perimetral.

(Irfan Khan/Los Angeles Times)
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Una combinación de aumento global de las temperaturas, corrientes de agua misteriosamente tibias frente a Baja California y unas tormentas de inusual largo alcance en el Pacífico occidental conspiraron para bloquear las lluvias de El Niño, que este año debían azotar el sur de California. Así lo informó esta semana el Servicio Meteorológico Nacional.

Pese a que varios indicadores sugerían que las lluvias de El Niño entre 2015 y 2016 serían tan fuertes -o incluso más- que en temporadas anteriores de esta corriente, éstas nunca se materializaron. En lugar de ello, las tormentas fluyeron hacia el norte, desde el Área de la Bahía hasta Washington, empapando el norte de Sierra Nevada y llenando algunos de los mayores embalses del estado.

En un resumen del fenómeno de El Niño de este año -el primero desde el invierno de 199-1998- el Servicio Meteorológico Nacional explicó que el patrón -que anteriormente dejaba el noroeste relativamente seco y empapaba el sur del estado- esta vez “se invirtió”.

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Aunque los expertos preveían que febrero sería el mes más lluvioso del año para el sur de California a causa de la influencia de El Niño, en realidad fue el más seco de los últimos 30 años.

Las aguas más cálidas trajeron las llamadas ‘tortugas bobas’ al sur de California.

Los datos sugieren que esto se debió en parte a “la burbuja”, un calentamiento de las aguas a lo largo de la costa oeste de América del Norte -desde Alaska hasta la península de Baja California- que podría haber contribuido a “mejorar” un centro de alta presión que se extendió hasta California y desvió las tormentas entrantes hacia el norte, informó el Servicio Meteorológico.

Los expertos sugirieron también que el aumento de las temperaturas globales puede haber afectado la corriente sobre el Pacífico, lo cual ayudó aún más a dirigir las tormentas entrantes hacia el Área de la Bahía y más al norte. “Es importante no asumir que las futuras corrientes de El Niño se comportarán de esta misma manera”, señala el informe. “Pero hay mucho que aprender acerca de cómo el cambio de las condiciones de fondo impactan en lo atmosférico”.

El Servicio Meteorológico Nacional afirmó que, a medida que El Niño se debilita, su contraparte, La Niña, avanza y podría traer un invierno más seco de lo habitual.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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