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Gobierno chino “seriamente preocupado” por el ginecólogo de la USC y las acusaciones de mala conducta con las estudiantes

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El Gobierno de China expresó “serias preocupaciones” ante la noticia de que a un ginecólogo de la clínica de salud estudiantil de la USC se le permitió seguir tratando a las alumnas, a pesar de las repetidas denuncias de mala conducta profesional con sus pacientes, incluidas muchas jóvenes chinas.

La declaración del consulado chino, emitida en la noche del 16 de mayo, se conoció un día después de que una investigación de Los Ángeles Times detallara años de quejas en las que pacientes y colegas acusaron al Dr. George Tyndall de efectuar comentarios sexualmente sugestivos y tocar a las pacientes de manera inapropiada.

Los empleados de la universidad afirmaron a The Times que el comportamiento de Tyndall a menudo estaba enfocado en las estudiantes internacionales de China y otros países asiáticos; ello captó la atención de los diplomáticos locales.

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“Pedimos a las autoridades de USC que manejen el caso de manera seria, lleven a cabo una investigación inmediata y tomen medidas concretas para proteger a estudiantes y académicos chinos en el campus e impedir que se vean perjudicados”, afirmó Gao Fei, portavoz del Consulado General de China en Los Ángeles. “El consulado siempre ha otorgado gran importancia a la seguridad y los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos chinos en el extranjero, incluidos los estudiantes y académicos”.

En respuesta, un portavoz de la universidad afirmó el jueves que no estaba claro por qué el exdirector de la clínica de salud estudiantil había permitido que Tyndall permaneciera en su puesto. “Nuestra máxima prioridad es garantizar la seguridad y el bienestar de todos nuestros alumnos”, aseguró el vocero. “La universidad se disculpa sinceramente con cualquier alumno que haya visitado el centro de salud estudiantil y no haya recibido la atención respetuosa que toda persona merece”.

El informe de The Times evidenció cómo la universidad permitió a Tyndall seguir atendiendo a las estudiantes a pesar de las quejas y, finalmente, aceptó un acuerdo secreto que le permitió renunciar en silencio. Su dimisión se hizo efectiva el 30 de junio de 2017.

La universidad no informó a las pacientes de Tyndall, ni reportó al ginecólogo en ese momento ante la Junta Médica del estado. USC aclaró que presentó más tarde una denuncia ante la junta, específicamente en marzo de 2018.

Mientras The Times se preparaba para publicar el artículo, el presidente de USC, C.L. Max Nikias, emitió una disculpa a estudiantes, personal y exalumnos, señalando que sus dos hijas asistieron a la universidad. En la nota, calificó la conducta de Tyndall como “una vergonzosa traición a nuestros valores”.

La institución educativa reconoció el miércoles que Nikias tuvo conocimiento de las quejas contra Tyndall a fines del otoño pasado.

El miércoles por la noche, el preboste de USC, Michael Quick, y el vicepresidente sénior de administración de la universidad, Todd R. Dickey, le enviaron a la “comunidad de USC” una nueva declaración pública diciendo que 85 alumnas se habían puesto en contacto con una línea directa que la universidad había puesto a disposición para que las expacientes informaran sobre sus experiencias con Tyndall. La universidad ofreció consejería para las estudiantes y exalumnas.

“Nos preocupa profundamente cómo este asunto ha afectado a cada persona en nuestra comunidad, y queremos proporcionar el apoyo más compasivo que podamos”, decía la declaración.

Tyndall se desempeñó como el único ginecólogo a tiempo completo en la clínica del campus durante casi 30 años.

Algunas de las acusaciones más graves se refieren a su uso de los dedos al comienzo de los exámenes pélvicos. Testigos le dijeron a The Times que el médico rutinariamente insertaba un dedo y luego dos en las pacientes, después de expresar su preocupación de que el espéculo podría no caber. Mientras hablaba, relataron, movía sus dedos hacia adentro y hacia afuera y hacía comentarios sobre la rigidez de los músculos vaginales de sus pacientes: ‘Dios mío, qué músculo tan tenso tienes. Debes ser una corredora’.

Tyndall, a quien no se pudo contactar para hacer comentarios el miércoles, negó haber actuado mal y dijo que sus exámenes eran apropiados y exhaustivos. En entrevistas recientes con The Times, el hombre de 71 años defendió su uso de los dedos al comienzo del examen pélvico, alegando o que cumplía propósitos médicos legítimos; también aseguró que algunos de sus comentarios fueron malinterpretados.

Una investigación interna de USC determinó que el comportamiento de Tyndall durante los exámenes pélvicos estaba fuera de los límites de la práctica médica actual y equivalía al acoso sexual de las estudiantes.

Nikias y otros administradores de la USC cortejaron activamente a los estudiantes internacionales, que a menudo pagan los costos de matrícula completos y agregan valor al perfil global de la universidad. Más de 5,400 alumnos procedentes de China se inscribieron en 2017, con mucho, la mayor cohorte de estudiantes internacionales.

Tyndall le dijo a The Times que intentaba conectarse con las estudiantes de China y otros países asiáticos. Tenía un mapa de China y una planta de bambú en su oficina, relató, y había memorizado la geografía del país para poder conversar con sus pacientes.

Entre sus pacientes se encontraba una estudiante china de posgrado que lo vio en 2016. La mujer afirmó a The Times que le pareció poco profesional que le mostrara una foto de su esposa, oriunda de Filipinas, durante su consulta inicial. La estudiante, que habló bajo condición de anonimato, dijo que decidió seguir adelante con un examen ese día, después de mirar los diplomas en su pared y recordarse a sí misma: “Es un verdadero médico”.

Tyndall puso sus dedos dentro de ella al comienzo del examen, diciendo que no sabía si el espéculo cabría. La joven dijo que trató de no “pensar demasiado” sobre lo que estaba sucediendo. Sobre la visita con Tyndall, afirmó: “No estuve cómoda, pero esa era la única opción que tenía”.

El consulado chino afirmó que proporcionaría asistencia a sus estudiantes extranjeras y otras ciudadanos necesitadas.

Varias expacientes y colegas narraron a The Times que la mala conducta de Tyndall tuvo lugar durante varios años.

Una abogada que estudió en USC desde mediados de la década de 1990 hasta principios de la década de 2000, dijo que Tyndall le hacía referencia a su identidad asiática durante los exámenes de los senos. Comentaba sobre el atractivo de su esbelto cuerpo, apretaba sus pezones y la comparaba favorablemente con su esposa, dijo la abogada.

“Me decía ‘Tienes unos pechos grandes y bonitos”, relató la mujer, con la condición de mantener el anonimato. “Decía: ‘No todas las asiáticas tienen pechos grandes y bonitos’”.

La actual estudiante de posgrado Chia-An Wen narró que, durante una cita, Tyndall le preguntó con qué frecuencia tenía relaciones sexuales anales y orales con su novio.

“Sentí que me ardía la cara cuando me preguntó”, recordó. “Me desconcertó y me sentí confundida por lo que preguntaba. Sentí que, porque era un médico, debía responderle”.

Mientras salían a la luz las noticias sobre Tyndall, dijo, intenta lidiar con el alcance de lo ocurrido. “No puedo creer que se le permitiera ver pacientes durante tanto tiempo”, aseguró la estudiante.

Para leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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