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El ‘Compa Negro’ muestra la influencia latina en Compton

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Las mujeres con tacones altos y vestidos cortos se sostienen firmemente de los hombres con sombreros de vaquero y con hebillas de cinturón más grandes que los iPhones, moviéndose con la canción norteña como si hubiera sido escrita especialmente para ellos.

“Ay mi yaquesita, tú tienes un cuerpo hermoso que parece sirenita”, canta El Compa.

Si la apariencia de alguien en la discoteca de San Bernardino podría ser más inusual que la de una sirena, es la del hombre que se encuentra en pleno centro: Rhyan Lowery, alias El Compa Negro; alias el Black Buddy (alias el Único Hombre Negro A La Vista)

Y en caso de que alguien no haya notado ese hecho, el manager del cantante de 19 años de edad está ahí para señalarlo, varias veces, como un pregonero de carnaval: “El primer afro americano de la música mexicana”.

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“Estamos vendiendo un concepto”, dice Antonio López, manager y corista para el adolescente de Compton. “Estamos vendiendo la belleza de alguien de otra raza que está haciendo cosas, y haciéndolas muy bien, en un mercado que no es el suyo”.

Afuera del club, Danny Ramírez, de 23 años, posa para una fotografía con El Compa, reconociéndolo de los videos en YouTube.

“Un moreno cantando corridos... me gusta eso”, dice. “Está representando a la comunidad mexicana. Nadie se esperaría a una persona negra cantando corridos”.

Es muy probable que los artistas negros jóvenes no van a empezar a probar la música regional mexicana y mucho menos hacer de ella una profesión. Y tampoco es probable que los niños blancos en los suburbios empiecen a menear sus cabezas al ritmo de los Tigres del Norte.

Pero la transformación de Lowery en El Compa Negro dice algo sobre el poder de la proximidad cultural -- y la demografía cambiante de Los Angeles.

Lowery nació en Compton en 1996, tan solo un par de años después del apogeo de la ciudad como el lugar de nacimiento del gangsta rap, el grupo N.W.A. y su revolucionario álbum, “Straight Outta Compton”.

Pero el adolescente fue bautizado en una ciudad que rápidamente se estaba convirtiendo en menos negra y más latina. En 1980, la población negra constituía el 73.9%, en comparación con 21.1% de los latinos, de acuerdo a los datos del Centro de Población de Minnesota, El Sistema Nacional de Información Geográfica Histórica y la Encuesta de la Comunidad Estadounidense. En 1990, la brecha se empezó a cerrar, con una población negra del 52.7% y una población latina del 43.7%.

“Cuando el N.W.A. colocó a Compton sobre el mapa, en términos del gangsta rap, están en vías del cambio demográfico”, dijo Albert Camarillo, un profesor de Stanford que trabaja en un libro acerca de Compton. “Incluso las comunidades a las que pertenecieron aquellos jóvenes negros, estaban empezando a cambiar en ese momento”.

Para el año 2000, los latinos habían superado a la población negra, 56.8% a 39.9%. A partir del 2013, era del 67.3% al 29.4%.

Los cambios demográficos de Compton reflejan un cambio más grande en todo el estado, con los latinos ahora siendo el grupo étnico más grande en California, de acuerdo a las cifras de la Oficina del Censo de los Estados Unidos publicadas en junio.

En el vecindario donde creció Lowery, cerca de Rosecrans y Santa Fe, la mayoría de sus amigos eran méxico-americanos. Lowery dijo que rápidamente aprendió el slang del español mexicano. Aunque dice que no habla español fluido, puede defenderse en una conversación con amigos -- pronunciando sus r’s de manera experta y cambiando entre el inglés y el español.

Cuando no reconoce una palabra en español, le pregunta rápidamente a López o a un miembro de la banda lo que significa, nunca queriendo cantar una canción que no comprende por completo.

Es lo suficiente como para confundir a algunos fans, quienes insisten que debe de ser de México.

“No tengo nada de sangre de México. Soy afro americano”, dirá Lowery, explicando que no es latino. Aun así, todavía discuten ese hecho.

Cada fin de semana, Lowery y su banda, Los Más Poderosos, visitan restaurantes, discotecas y lugares que atienden a inmigrantes mexicanos y a méxico-americanos de segunda generación, interpretando cumbias y corridos que muchos de los asistentes de los clubs escucharon mientras crecían.

Se ha acostumbrado a los rituales de cada lugar, observando junto con otros hombres como las mujeres son exhibidas para participar en los concursos de piernas sexys -- bailando por dinero y por los suficientes aplausos para ganar el premio mayor -- y bailando con latinas jóvenes cuando no está sobre el escenario.

Lowery ha obtenido su parte de la atención: Ha sido el tema de varias historias, ganando el tercer lugar en el programa de lengua española “Tengo Talento, Mucho Talento” y ha aparecido en Univision y Telemundo.

Cada fin de semana, Lowery y su banda, Los Más Poderosos, visitan restaurantes, discotecas y lugares que atienden a inmigrantes mexicanos y a méxico-americanos de segunda generación, interpretando cumbias y corridos que muchos de los asistentes de los clubs escucharon mientras crecían. (Kent Nishimura / Los Angeles Times)

“Canta maravillosamente. Mejor que las personas en mi país natal”, dice Margarita Vaal, una residente de Rialto quien vio el espectáculo del adolescente en un restaurante de mariscos en donde ella y una amiga compartieron una cubeta de Coronas.

Vaal, originalmente de Sinaloa, lamenta que él no haya obtenido el primer lugar en el programa de talento en español.

“Tiene sangre mexicana”, dice.

Cuando Lowery realiza sus presentaciones, se escucha casi fluido pero tiene cuidado en cantar solamente las canciones en su lista de set, las que ha memorizado después de años de práctica. Cuando el público le pide canciones, cambia a la batería, permitiendo que López intervenga y asuma el control, leyendo fácilmente las letras de las canciones en español en YouTube.

“Necesita aprender más español”, dice Laura Arredondo, una residente de Riverside quien presenció a Lowery en el restaurante. “Pero lo hace bien”.

Su madre, María López, originalmente de Zacatecas, tiene palabras más amables para El Compa:

“Me hace feliz ver a alguien de otra raza envuelto en nuestra cultura mexicana”.

Los crecientes números de los latinos han moldeado las artes, la comida, la música y la cultura a través del estado. Dejándose llevar por el río cultural de su vecindario en Compton, para los 13 años Lowery ya había desarrollado un interés en el reggaeton.

Cuando se mudó a Perris en el Condado de Riverside en el 2009, escuchó por primera vez los corridos que ahora son su especialidad -- obteniendo su apodo de un amigo de la secundaria.

“Creo que los latinos cada vez más van a moldear lo que llaman la corriente de la cultura estadounidense”, dice Eric Ávila, un profesor de historia, estudios chicanos y planificación urbana en la UCLA. “Pueden considerar al Compa Negro como un ejemplo de eso”.

Aun cuando Lowery ha mezclado dos culturas, para la sorpresa de muchos que han visto sus presentaciones, algunas personas lo consideran una novedad del momento. López ha escuchado la crítica de otros intérpretes que creen que Lowery no tiene un lugar en la música mexicana y ha habido propietarios de clubs que no toman en serio a la banda.

Es una crítica que Lowery también escuchó de parte de los compañeros de la escuela mientras crecía.

“Me decían, ‘¿Por qué perseguirías algo como eso? No eres mexicano’”, dice Lowery. “Esa es la razón por la que lo estoy haciendo. No soy mexicano, y le quiero mostrar al mundo que la música es universal”.

Aunque Lowery reconoce el factor “wow” que viene con su origen étnico, dice que se mantiene fiel al género musical que ha elegido. Monta caballos, sabe cómo criar gallos, va a jaripeos -- y puede tocar el acordeón.

Cuando se vuelva más famoso, dice que su meta es ser propietario de un rancho con 20 caballos.

Por ahora, Lowery vive con su padre en Moreno Valley -- soñando con algún día tener una canción en la radio y presentarse en un show con entradas agotadas. Y cuando los tiempos se ponen difíciles, la música lo ayuda a salir adelante.

“Te metiste completamente en mi vida. No hay un momento que no esté pensando en ti”, dice Lowery, citando la canción “Te Metiste” de Ariel Camacho.

Ahorita está teniendo problemas con su chica, dice, y la canción de Camacho es la mejor forma de decirle cómo se siente.

Después de años de cantar en otro idioma, el español es el mejor idioma para expresar su angustia.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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