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El cierre de la tienda Wal-Mart de Pico Rivera preocupa a la ciudad

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La gran apertura en el 2002 del Wal-Mart de Pico Rivera tuvo todas las características de un gran evento en un pueblo chico: el presidente municipal, empuñando unas tijeras gigantescas corta el listón; la entusiasmada multitud se precipita a través de un arco de globos dentro de la radiante tienda principal de un nuevo centro comercial.

Trece años más tarde, ese mismo presidente municipal, Gregory Salcido, está de vuelta al timón de esta ciudad de clase trabajadora en el sureste del condado de Los Ángeles. Pero el brillo del Wal-Mart ha cesado, dado que cerró abruptamente el 13 de abril porque tiene serios problemas de plomería, según describió la corporación.

“Es un golpe severo par nuestra comunidad, para la economía local, las casas y las familias que estaban con esos cheques de pago”, comentó Salcido.

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Con 530 trabajadores, la tienda de Wal-Mart es el segundo mayor empleador en la ciudad, solo superado por el Distrito escolar El Rancho. Los casi 64,000 residentes de Pico Rivera tienen un ingreso promedio por hogar de casi $57,000 anuales.

Salcido estimó que Pico Rivera recibe alrededor de $1.4 millones al año en ingresos fiscales del minorista, potencialmente el 10% de los ingresos ficales por ventas de la ciudad. Salcido continuó diciendo que las autoridades de la ciudad, están intentando encontrar la manera de hacer frente a la pérdida de ingresos si la tienda permanence cerrada por cuando menos seis meses, como la Corporación de tiendas Wal-Mart ha anunciado.

Un sindicato representando a un grupo de empleados de Wal-Mart ha rechazado la explicación de la Corporación Wal-Mart, alegando en una queja interpuesta ante la Junta nacional de relaciones laborales que el cierre llevaba la intención de castigar a los trabajadores que tomaron parte en la primera huelga contra el gigante minorista en el 2012 y que han hecho una campaña agresiva a favor del aumento de salarios.

La queja pelea que la corporación de Bentonville, Ark., que cerró otras cuatro tiendas — dos en Texas, una en Florida y otra en Oklahoma — el 13 de abril, citando problemas de plomería similares para disfrazar la represalia contra los trabajadores de Pico Rivera, muchos de los cuales recibieron el aviso unas cuantas horas antes. Wal-Mart ha negado esos alegatos y dijo que a algunos trabajadores se les ofrecerá su traslado a otras tiendas.

La tienda Wal-Mart fue construida en el sitio de otros dos empleadores gigantes previos.

De 1957 a 1980, la intersección de los bulevares Washington y Rosemead fue la casa de la planta ensambladora de la Compañía de motores Ford de Los Ángeles, donde el Ford Falcon, el primer carro compacto de la compañía, y el Thunderbird fueron construidos.

La planta sucumbió ante la demanda declinante de carros grandes, declaró la Ford en ese tiempo. Empleó a 1,670 personas.

En su lugar llegó la Corporación Northrop Grumman en 1982, el gigante aeroespacial y tecnológico abrió su mayor planta militar de alto secreto, la cual no tenía ventanas y requería de camiones para hacer entregas nocturnas. En su mejor momento, la planta empleó más de 12,000 personas y se supo que desarrollaron el sigiloso bombardero B-2.

La industria aeroespacial de Los Angeles declinó, y la planta cerró en 1999. Al final, tenía 2,000 trabajadores.

Luego la ciudad ayudó al desarrollo de una porción del sitio en lo que sería el Pico Rivera Towne Center, un centro comercial al aire libre de 630,000 pies cuadrados (unas 7 hectáreas).

Cuando llegó Wal-Mart, los bajos precios fueron un exitaso en un pueblo de mayoría latina. Estaba abierto las 24 horas; los pasillos estaban congestionados con frecuencia. La tienda fue renovada el 2007 convirtiéndose en un Supercentro Wal-Mart que vendió abarrotes y fue remodelado nuevamente en el 2014.

Pero en años recientes, la mayoría de las opiniones Yelp de la localidad de Pico Rivera fueron negativas. Quienes opinaron se quejaron de las largas colas para pagar y del pobre servicio al cliente. Algunos llamaron a la tienda mal atendida y hasta sucia.

A mediodía del miércoles, algunos clientes confundidos manejaron de pasada por Wal-Mart, disminuyendo la velocidad solo por el tiempo suficiente para, entrecerrando los ojos, poder leer los rotulitos de papel anunciando el cierre de la tienda y luego alejarse a toda velocidad. La farmacia de la tienda, a la cual se puede accede por una puerta lateral, permaneció abierta por transición temporal. Dentro, repisas de metal vacías bloquearon la vista del resto de la tienda.

Mientras Cynthia Alvarado dejaba la farmacia, gritó un adiós al personal, algunos de ellos contestaron que la extrañarían.

La residente de Montebello de 55 años de edad dijo que ella frecuentabala tienda de Pico Rivera varias veces a la semana, aún cuando la ubicada en Rosemead estaba más cercana a su casa.

“Lo que más me gustaba de aquí era la gente – eran muy buenas personas”, comentó Alvarado. “Especialmente los de la farmacia. Ellos eran realmente buenos con los clientes y se desvivían por ayudar a la gente”.

Jenny Mills, una empleada del Wal-Mart de Pico Rivera con nueve años de antigüedad, vive en su carro con su esposo y su gato en lo que fuera el estacionamiento de la tienda. La pareja perdió su apartamento en Monterey Park hace como un año cuando les subieron la renta y no pudieron pagar.

Ahora ella es parte de la representación de la Junta nacional de relaciones laborales y dijo que espera recuperar su trabajo.

El Pico Rivera Towne Center se ha convertido en “un motor de la economía” para la ciudad en cuanto a la venta al menudeo, declaró Salcido. Otros inquilinos en el centro son Lowe’s, Marshalls, PetSmart y Panera Bread.

Pero la pérdida de la tienda de Wal-Mart, aún temporalmente, siguió diciendo Salcido, “es significante, sin lugar a dudas”.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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