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El 20% de los alumnos de las preparatorias públicas de Los Ángeles han sufrido acoso

Alijah Haggins, de 13 años, grita ‘Hola’ durante el programa escolar de prevención de la violencia en la escuela Eagle Rock High School.

Alijah Haggins, de 13 años, grita ‘Hola’ durante el programa escolar de prevención de la violencia en la escuela Eagle Rock High School.

(Luis Sinco / Los Angeles Times)
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Agreguemos la lucha contra la intimidación a la larga lista de prioridades para las cuales el segundo sistema escolar más grande del país tiene buenas intenciones, pero un lento seguimiento.

Uno de cada cinco estudiantes de preparatoria de Los Angeles y uno de cada cuatro alumnos de primaria afirmaron que habían sido intimidados durante el pasado año escolar, de acuerdo con una encuesta realizada como parte de una auditoría interna publicada recientemente.

El informe revela que, en un campus, la persona encargada del manejo de las quejas de intimidación “ignoraba que había sido designada para ese papel”. Aunque se supone que las escuelas deben mantener registros de las denuncia de acoso, en casi todas las instituciones evaluadas por la auditoría éstos no existían o no estaban actualizados.

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Aunque el grado de intimidación detectado por la Oficina del Inspector General del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles (LAUSD) no está necesariamente fuera de tono con las cifras nacionales, la auditoría sugiere que los estudiantes reciben menos ayuda de la que deberían.

“La mayoría de los profesores y del personal no recibió capacitación de alta calidad sobre cómo prevenir la intimidación, siquiera una vez por año”, establece el informe. Las escuelas intentan abordar el acoso pero se quedan cortas, en distintos grados.

Además, el distrito, tiene menos personal para supervisar iniciativas contra el acoso escolar que otros sistemas escolares con metas similares, según la auditoría. Parte del problema es la falta de claridad sobre cómo proceder; el informe da cuenta de discusiones por parte de auditores y administradores para ponerse de acuerdo sobre los mejores enfoques. El distrito reconoce la necesidad de contar con mejor capacitación.

La enseñanza se ha vuelto cada vez más complicada; los profesores ya son obligados, entre otras cosas, a recibir capacitación anual para reconocer y reportar las conductas sexuales inapropiadas, para brindar instrucción especializada a los estudiantes aprendices de inglés y para mantenerse al día con los objetivos académicos, métodos de enseñanza y tecnología.

Pero frenar el acoso escolar también es importante, aseguró Ron Avi Astor, profesor de de trabajo social y educación de USC. “Parte del propósito de una escuela es formar seres humanos excelentes, que se lleven bien y hablen entre sí de manera respetuosa”, aseguró Astor, quien ha analizado y realizado investigaciones sobre la intimidación alrededor del mundo.

“Si eres capaz de crear una escuela que haga felices a los niños, donde hay un buen ambiente escolar, ésta no solo se convertirá en terreno fértil para la creación de los valores cívicos, democráticos y comunales, sino también para logros académicas sólidos”.

Las encuestas anónimas a los alumnos, afirmó Astor, ofrecen los datos más confiables acerca del acoso y deben realizarse anualmente en todas las escuelas. Si el LAUSD hiciera esto, podría darle seguimiento al progreso y determinar qué instituciones son modelo y cuáles necesitan ayuda.

Hasta el momento, el LAUSD no ha dado este paso, aun cuando el sistema escolar se ha considerado así mismo por muchos años como un pionero en abordar los retos sociales y emocionales de sus alumnos; a mediados de la década de 1980, un profesor de Fairfax High inició el llamado ‘Project 10’ para aconsejar a estudiantes gays y lesbianas y evitar que abandonen sus estudios.

Más recientemente, el distrito ha adoptado la ‘justicia restaurativa’, que se ocupa de los conflictos y el mal comportamiento estudiantil a través de la asesoría en lugar de las formas tradicionales de disciplina, tales como la suspensión.

El objetivo es hacer hincapié en la responsabilidad personal y la importancia de reparar una falta. Pero, de acuerdo con los profesores y algunos administradores, ese esfuerzo también ha sido problemático y la oficina del inspector general también tiene la intención de revisar esto.

La auditoría sobre la intimidación fue terminada a principios de octubre, según fuentes del distrito, y se dio a conocer este lunes, tras una petición de registros públicos realizada por el periódico L.A.Times. Parte del retraso de cuatro meses, al parecer, fue para darle a los administradores la oportunidad de responder a las críticas.

La encuesta realizada como parte de la auditoría también descubrió que:

  • En escuelas primarias, el mismo número de niños y niñas dijeron que habían sido intimidados. En secundarias, el número de varones era más alto.
  • El acoso escolar disminuye levemente a medida que los alumnos pasan a grados superiores.
  • La escena de la intimidación cambia gradualmente del patio de recreos al internet y el salón de clases, y los estudiantes mayores son menos propensos a contarle la situación a un adulto.
  • Cerca del 5% de los estudiantes dijeron que habían intimidado a un compañero durante el año escolar actual, y más de un tercio de ese grupo afirmó haber participado de ciberacoso, el acoso en línea que podría incluir comportamientos tales como publicar un comentario hiriente o amenazante en las redes sociales.

Cerca del 83% de los alumnos en 228 escuelas respondieron a todas o parte de las preguntas de la encuesta. Alrededor del 61%, o 48,206 alumnos, completaron el sondeo, lo cual permitió un análisis completo.

La redactora del Times Sonali Kohli contribuyó con este informe.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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