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Es necesario recuperar el significado que tiene el graduarse de preparatoria

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¿Recuerda la gran graduación del 2015-2016? A mediados del año escolar, el primero en el cual todos los estudiantes de Los Ángeles debieron tomar la serie completa de clases de preparación para la universidad como condición para recibir su diploma, sólo la mitad de los alumnos de último año del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) estaban en vías de graduarse.

Sorprendentemente, sin embargo, un par de meses después, el porcentaje de graduados subió hasta el 60%, y finalmente alcanzó el 75%.

Este cambio -difícil de creer- se logró en gran medida a través de un esfuerzo generalizado para proporcionar clases de reforzamiento para los estudiantes; los funcionarios del distrito ahora dicen que el 42% de los alumnos que se graduaron en 2016 pudieron recibir su diploma debido a dichos cursos. Una porción considerable de ese grupo, alrededor de 3,500 estudiantes, cumplieron los requisitos al tomar cursos de recuperación de créditos en línea, con clases impartidas por video y exámenes calificados en gran parte por computadora.

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Hablamos de un montón de estudiantes -un 13% que no se hubiera graduado sin esos cursos de computación-. Sin embargo, así como reveló un editorial del Times en 2016, los cursos en línea, creados por un proveedor externo, son de dudoso valor. Su plan de estudios está bien diseñado, pero están configurados para que los estudiantes puedan omitir unidades enteras al tomar cuestionarios de 10 preguntas y opciones múltiples.

Sería una cosa si esas pruebas previas fueran exámenes completos de fin de unidad, los cuales revelan un dominio real del material de ese capítulo, pero son una versión delgada y simplista de un examen real; es difícil considerarlas como algo más que una solución alternativa. Peor aún, a los estudiantes que aprobaran se les permitió omitir las asignaciones de escritura. De hecho, el LAUSD hizo que fuese más fácil aprobar estos cursos por computadora que cualquier otro distrito a nivel nacional.

Los cursos de recuperación de créditos son sólo una parte del problema. Un asunto más grande es que las cifras del LAUSD muestran que más de cuatro de cada 10 graduados no dominaban suficientemente bien sus clases como para obtener por lo menos una ‘D’ en ellas; por tal motivo muchos tuvieron que tomar los cursos de regularización.

Eso indica también que el distrito no está listo para el ‘requisito A-G’, el cual exige que, para graduarse, los estudiantes deban aprobar los cursos de preparación universitaria requeridos para el ingreso a la Universidad de California (UC) y la Universidad Estatal de California (CSU).

Dadas las circunstancias -la Junta Escolar no canceló el bienintencionado requisito A-G- la superintendente Michelle King llevó a cabo un admirable esfuerzo para lograr que se graduaran sus estudiantes, una meta que sus antecesores deberían haber planeado mucho mejor. Pero es dudoso que esos diplomas reflejen lo correcto, dadas las apresuradas clases que generaron el incremento en la tasa de graduación.

En los últimos meses, la Junta Escolar endureció ligeramente las reglas para los cursos de recuperación de créditos en línea, pero éstas aún se quedan cortas. La Asociación Nacional de Deportes Universitarios (NCAA, por sus siglas en inglés) tiene normas mucho más rígidas para los cursos de recuperación de créditos en línea para los estudiantes atletas: tienen que involucrar sustancialmente la misma dedicación de tiempo y trabajo requerido por un curso presencial. De hecho, el LAUSD ya requiere eso de sus atletas, por lo cual obviamente podría exigir lo mismo a sus otros estudiantes.

Las reglas de la NCAA, sin embargo, van demasiado lejos. Si un estudiante está tomando un curso de reforzamiento y ya había aprendido algunos de los materiales la primera vez, no es necesario que repita todo el curso. Pero las pruebas para determinar ese aspecto deben ser reflejos significativos del trabajo involucrado, no mini cuestionarios que los estudiantes pueden resolver accediendo a internet en busca de respuestas.

Esa es la palabra clave: significativo. El movimiento de reforma de la educación nació después de que el mundo de los negocios observara que muchos graduados de preparatoria carecían incluso de las habilidades más básicas para un trabajo.

Eso fue especialmente cierto para los estudiantes afroamericanos y latinos que vivían en la pobreza. Así, se hicieron esfuerzos para fortalecer los requisitos para la promoción y la graduación, pero eso redujo las tasas, así que ahora las escuelas de nuevo han suavizado los requisitos. Esto no sólo sucedió en el LAUSD sino en todo el país, y los cursos en línea de valor cuestionable amenazan con convertirse en una forma principal para evitarle a las escuelas el trabajo de enseñar a los alumnos, mientras señalan con orgullo las tasas de graduación que lucen bien sólo en papel.

Los funcionarios del LAUSD aducen que un nuevo sistema de seguimiento de graduación ayudaría a evitar la situación de emergencia a la que se enfrentaban las escuelas el año pasado. También intentan hacer más rigurosos los cursos en línea concediendo a los profesores un papel más activo en el proceso, integrando su enseñanza con las clases por computadora. El distrito quiere que sean los maestros quienes determinen qué tan bien han aprendido los alumnos con los cursos en línea, en lugar de que las pruebas digitales lo decidan.

Si esto se hace bien, debería ser una gran mejora, y King y sus oficiales merecerán crédito por pensar mucho sobre cómo cambiar los mecanismos completos de la enseñanza y el aprendizaje, en pos de fomentar mejores resultados. En definitiva, los resultados serán medidos no por el número de estudiantes que logran graduarse, sino por cuántos están realmente listos para la educación universitaria o los trabajos decentes.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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