Docenas de sospechosos de pertenecer a la MS-13 fueron detenidos hoy en una redada
Las autoridades detuvieron a aproximadamente dos docenas de sospechosos de ser miembros de la violenta pandilla MS-13 en el condado de Los Angeles.
Cerca de dos docenas de acusados de pertenecer a la violenta pandilla MS-13 fueron arrestados antes del amanecer de hoy miércoles, luego de una investigación de casi dos años.
Investigadores de la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, el FBI y oficiales del Departamento de Policía de Los Ángeles allanaron dos docenas de ubicaciones el miércoles por la mañana.
Las autoridades dijeron que habían arrestado a 42 presuntos miembros de la pandilla, incluyendo a los arrestados el miércoles. Los sospechosos restantes ya estaban bajo custodia, dijeron funcionarios.
Poco después de las 4 de la madrugada, agentes de la ATF fuertemente armados - llevando cascos y equipo a prueba de balas y rifles tácticos – ingresaron a una tienda y un edificio cerca de Exposition Boulevard y Western Boulevard en el sur de Los Ángeles.
Una vez dentro, los agentes federales y detectives de la policía encontraron lo que describieron como pandilleros involucrados en la trata de personas, así como posibles víctimas. La fachada, que parecía estar cerrada desde afuera, estaba llena de basura.
Algunas de las personas detenidas fueron esposadas y alineadas frente a una cerca metálica.
La redada se basó en acusaciones federales selladas y autorizadas por el presidente Trump - quien desde que asumió el cargo calificó a la MS-13 como un enemigo interno que su administración eliminará.
Los fiscales federales han recurrido repetidamente a acusaciones de extorsión y conspiración para frenar el crecimiento de la MS-13, también conocida como Mara Salvatrucha. Esta semana, las autoridades usaron los cargos para atacar a los presuntos miembros de pandillas por supuestamente traficar drogas y armas en todo el sur de California.
La MS-13 dio inicio en Los Angeles a mediados de la década de 1980 por inmigrantes salvadoreños -muchos de ellos jóvenes ex-soldados- que huían de la guerra civil de su país. Los salvadoreños se congregaron en gran número en el barrio Pico-Union y en el área cerca del parque MacArthur.
Fue la primera pandilla callejera designada como una organización criminal transnacional. Esa designación, que fue hecha en 2012, dio al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos el poder de congelar cualquier activo financiero de la banda o de sus miembros y de prohibir a las instituciones financieras realizar transacciones con miembros del grupo.
En Los Ángeles, los miembros del MS-13 han sido condenados por una larga lista de crímenes incluyendo agresión, asesinato, conspiración, extorsión, secuestro, contrabando de personas, robo y tráfico de drogas.
La pandilla saltó a la notoriedad nacional en 2004 cuando los miembros utilizaron un machete para cortar la mano de un miembro de la pandilla rival de 16 años de edad. En el período previo a ese incidente, la banda había estado vinculada a por lo menos cinco asesinatos en los suburbios de Washington, DC.
Una investigación realizada en 2007 reveló que el esfuerzo para enviar a los pandilleros a El Salvador tuvo consecuencias no deseadas. Deportar a los miembros de MS-13 a El Salvador permitió a la pandilla expandirse allí. Mientras tanto, las células recién organizadas en El Salvador establecieron territorios en los Estados Unidos.
El control de la pandilla sobre los vecindarios inmigrantes de Los Ángeles se ha reducido en los últimos años en medio de una caída en el crimen y una fuerte presencia por parte del LAPD y otras agencias policiales.
El mes pasado, funcionarios de la administración de Trump culparon a la “laxa aplicación de las leyes migratorias por el fortalecimiento de la MS-13 y prometieron una respuesta federal más fuerte.
Trump twitteó, sin pruebas, que la administración Obama “permitió” que MS-13 se desarrollara en Estados Unidos.
“Las débiles políticas de inmigración del gobierno de Obama, permitieron que se formaran pandillas como la MS-13 en ciudades de todo Estados Unidos. ¡Pero las estamos eliminando rápidamente! “, dijo el presidente.
