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Fuerte alza en las ventas de armas tras la masacre en San Bernardino

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Luego de que el lunes por la mañana la armería Gun Boss abriera sus puertas en un centro comercial de Redlands, Matt Nicholson se encontraba entre los que entraron por sus puertas.

“Nunca había tenido antes un arma”, dijo Nicholson a el empleado detrás del mostrador, que le entregó una pistola Beretta de color plateado.

Nicholson, un residente de Redlands de 23 años, dijo que ya anteriormente había pensado en comprar un arma de fuego. Pero el ataque del miércoles que cobró 14 vidas en un centro de servicios sociales de San Bernardino — cerca de cinco millas de la armería Gun Boss, lo empujó a decidirse.

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“Fue demasiado cerca a casa” dijo.

Nicholson estuvo entre el número de clientes que esta semana han llegado a las tiendas de armas en el condado de San Bernardino, una región relativamente conservadora donde la cultura de las pistolas se ha arraigado más profundamente que en las prósperas áreas costeras de California.

El condado tiene alrededor de seis tiendas de armas por cada 100.000 residentes, según U.S. Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives ATF –el doble per cápita del vecino condado de Los Ángeles.

Mientras que los políticos y los defensores del control de armas han tomado el tiroteo como una razón para restringir el acceso a las armas de fuego, en San Bernardino, muchos de los que estuvieron de frente con la tragedia están buscando armarse.

“Se trata básicamente de proteger tu casa”, dijo Doug Crossman, de 32 años de edad y residente de la cercana población de Mentone, y quien también fue de compras a la armería Gun Boss. Dijo que su esposa trabaja a casi una milla del sitio del tiroteo del miércoles y que se había estremecido ante los hechos gravemente, lo que llevó a la pareja a decidirse a comprar un arma de fuego.

“Preferiría estar en el teléfono con la policía con un arma en mi mano que estar en el teléfono rezando porque nadie dispare”, comentó Crossman.

Los datos federales sobre la venta de armas en la zona aún no están disponibles. Pero hay indicios de que la tragedia ha catalizado un nuevo interés en las armas de fuego en el sur de California, especialmente en los condados al este y al sur de Los Ángeles.

Adam Cervantes oficial adjunto del Sheriff del Condado de San Bernardino dijo que 75 solicitudes para permisos para portar armas ocultas se presentaron el pasado fin de semana, aproximadamente siete veces más que el volumen de solicitudes promedio que recibe el Departamento.

El Sheriff adjunto del condado de San Bernardino, Adam Cervantes, dijo que el pasado fin de semana se recibieron 75 solicitudes para permisos para portar armas ocultas, aproximadamente siete veces el volumen del numero normal de aplicación del departamento.

El teniente Jeff Hallock del departamento del Sheriff del condado de Orange, dice que su oficina recibió 130 solicitudes de permisos de armas ocultas de fin de semana pasado, 30 aplicaciones más de las que normalmente llegan. Los oficiales del sheriff en los condados de Riverside y San Diego dijeron ellos también habían visto un nuevo interés de parte de la gente que pregunta sobre los permisos para portar armas.

“Después de una tragedia de alto perfil como la de San Bernardino, el interés público y las preguntas generalmente aumentan”, comentó Jan Caldwell, portavoz de la Oficina del Sheriff del condado de San Diego.

Algunas veces parecería que el comercio de armas repunta directamente en proporción a la ocurrencia de horribles tiroteos. En diciembre del 2012, el mes que Adam Lanza mató a 20 niños y seis adultos en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut, se realizaron más revisiones de antecedentes para la venta legal de armas en los Estados Unidos que durante cualquier otro mes durante los 17 años que se han llevado registros federales de tales ventas.

Sin embargo, hay señales de que la fiebre de armas después de San Bernardino es diferente. Los distribuidores de armas de fuego dicen que las anteriores alzas en las ventas, después de alguna masacre, fueron conducidas en gran parte por el miedo a una inminente regulación gubernamental que pudiera cortar el suministro de armas. Por el contrario, la actual ola de interés tiene un impulso diferente y más básico: el instinto de conservación.

Terry McGuire, propietario de la armería Get Loaded en Grand Terrace, estimó que las ventas en su tienda se han incrementado en un 25% desde la masacre en San Bernardino.

McGuire dijo que creía que la oleada de interés en la compra de armas era diferente de lo que él vio después del tiroteo en la escuela Sandy Hook, cuando muchos estadounidenses trataron de hacer acopio de armas de fuego y municiones, en caso de que entraran en vigor leyes más restrictivas para poseer y portar pistolas.

La reacción ante el tiroteo de San Bernardino es más visceral, dijo.

“Sandy Hook fue como, ‘Necesito obtener una pistola porque el gobierno nos las va a querer quitar’”, agregó McGuire. “Ahora la gente está asustada”.

Ese temor se ha extendido más allá de condado de San Bernardino.

Liz Robinson, que imparte un curso para los solicitantes de permisos para portar armas ocultas en el campo de tiro Ted en Phoenix, hizo eco a del comentario de McGuire. Mientras que el repunte en su negocio se asemeja a lo que vio después del tiroteo en Newtown, dijo ella, los motivos de sus clientes no lo son.

“Ellos no llegan diciendo que el gobierno va a tomar nuestras armas”, dijo. “La sensación que tengo es que ellos no quieren verse atrapados sin una manera de protegerse”.

Estas maneras de sentir no son necesariamente universales en Los Ángeles, un condado cuya historia de violencia de pandillas y una política abrumadoramente democrática han menguado el entusiasmo por las armas de fuego; Keith Swensson, comandante del departamento del Sheriff, dijo que no ha habido aumento en las solicitudes de permisos para portar armas ocultas.

En general, las ventas de armas están aumentando constantemente en California, un estado cuyas leyes referentes a las arma de fuego se encuentran entre las más estrictas del país.

Hasta noviembre, el número de revisiones de antecedentes en California ya había superado cualquier total anual desde 1999. En el estado, más de 1.5 millones de personas tuvieron sus antecedentes comprobados, frente a 1.47 millones durante todo el año pasado.

Esa tendencia se ha visto reflejada en todo el país, aun cuando decenas de personas han muerto en recurrentes masacres por tiroteos. Después de los tiroteos masivos este año en Carolina del sur, Tennessee y Oregon, el viernes después de Acción de gracias, fue el día más ocupado para los distribuidores de armas desde 1998, por lo menos.

El mismo día, un hombre armado mató a tres personas, entre ellas un policía, en una clínica de Planned Parenthood en Colorado Springs, Colorado.

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