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Desierto de Arizona: Los cruces van a la baja, pero aumentan las muertes

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Rara vez es razonable desafiar el calor de Arizona.

Pero el último día por encima de 90 grados fue hace una semana, y la oficina responsable de levantar los cuerpos a lo largo de la desértica frontera entre Arizona y México está lista para declarar que la temporada mortal de verano ha terminado.

La Oficina del médico forense del condado de Pima, con sede en Tucson, encontró 108 cuerpos entre el 1 de enero y mediados de octubre de 2014, después que una avalancha de migrantes — principalmente provenientes de América Central — abrumó el año pasado la frontera. Durante el presente año ha habido muchos menos migrantes cruzando y el número de decesos debería de haber caído significativamente.

Pero eso no sucedió — la Oficina del médico forense recuperó 117 cuerpos durante el mismo período este año.

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¿Qué ocurrió?

La respuesta está en el tipo de persona que generalmente se encuentra muerta en la frontera México-Estados Unidos: en el 85% de los casos, son mexicanos, según Greg Hess, médico forense del condado de Pima.

“No se puede atribuir el número [de cuerpos encontrados] a cuantas personas trataron de cruzar”, expuso Hess.

Los migrantes centroamericanos estaban huyendo de una ola de violencia en sus países de origen, dijo Juanita Molina, director ejecutivo de Human Borders (Fronteras humanas) con base en Tucson, una organización sin fines de lucro que deja jarras de agua en el desierto, de ambos lados de la frontera.

“Ellos no estaban tratando de escapar, en su mayoría estaban buscando entregarse a la patrulla fronteriza”, dijo Molina.

Muy pocos de los occisos son centroamericanos. Ocho por ciento de los cuerpos hallados entre el 2001 y 2014 fueron de guatemaltecos; Los salvadoreños contaron por el 3% de los cuerpos encontrados y 2% eran hondureños.

En contraste, muchos mexicanos, sobre todo jóvenes — están cruzando en busca de oportunidades económicas, dijo Molina. Ser atrapado por la patrulla fronteriza sería uno de los peores resultados, por lo que estos migrantes toman rutas agotadoras e implacables a través de tierras áridas para evitar el cumplimiento de la ley.

Antes de la construcción del muro fronterizo, dijo Molina, los migrantes rápida y simplemente se deslizaban a través de la frontera de Nogales, Arizona. Las comunidades a lo largo de la frontera, especialmente aquellas cercanas a fuentes naturales de agua, estaban acostumbradas a los migrantes que cruzaban la frontera. Después del 11 de septiembre de 2001, el personal de la patrulla fronteriza se incrementó y las patrullas cambiaron y se intensificaron.

Las rutas tradicionales se volvieron demasiado arriesgadas. Ahora, los migrantes, tratando de evitar a la patrulla fronteriza, toman una ruta de 40 millas a través de montañas para llegar al mismo destino. Como resultado, más migrantes mueren en las regiones más remotas, dijo Molina.

La Oficina del médico forense del condado de Pima es responsable de analizar los restos recogidos a lo largo de la frontera de Arizona, incluyendo los condados de Santa Cruz y Cochise.

Otros clasificados como cruzadores de frontera que murieron en otra parte, pueden terminar en la Oficina del médico forense del condado de Pima de sitios tan lejos como el norte de Phoenix.

Algunos de los años más mortíferos incluyen 168 decesos en 2013 y 156 en 2012.

Desde que la oficina comenzó a clasificar los cuerpos de los migrantes que cruzan la frontera como una categoría distinta, el menor número de cadáveres encontrados fue el 2001, cuando fueron encontrados los restos de 77 personas.

El peor año, hasta ahora y desde que la oficina del médico forense comenzó a recoger datos, fue 2010, cuando fueron encontrados 223 cuerpos, 99 en junio, julio y agosto, lo que recargó el trabajo de la oficina.

A medida que los migrantes buscan rutas más riesgosas para evitar ser capturados, incluso el invierno relativamente bondadoso de Arizona plantea riesgos. La lluvia o la nieve inesperada pueden ser mortales, dijo Molina.

En el cruce que antes era fácil de Nogales, Fronteras humanas ha empapelado iglesias, refugios y tiendas locales con carteles de advertencia donde les instan a “! No vayan!”. “!No hay suficiente agua!”

Además de la advertencia verbal hay un mapa. Una caminata de un día está marcado en un círculo pequeño. Los grandes círculos concéntricos muestran la distancia que la mayoría de los migrantes podrían cubrir en dos o tres días, apenas a un retén interior de la patrulla fronteriza, de un desierto o la montaña.

El mapa está también plagado de puntos rojos, cada uno representando una muerte de migrantes. Al oeste están las rutas más tradicionales donde muere la mayoría de los migrantes, en las colinas bajas y desiertos cerca de carreteras. Al este está el terreno menos explorado, por donde menos migrantes han tratado de usar estas rutas, hasta ahora.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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