Anuncio

Fueron modificadas las reglas para hacer más difícil ganar el Powerball

Los californianos y el país entero sigue soñando con el Powerball.

Los californianos y el país entero sigue soñando con el Powerball.

(Gene J. Puskar / Associated Press)
Share

Con un premio de 1,500 de dólares, se entiende que la fiebre del Powerball se haya apoderado del país.

Los periódicos, los sitios en línea y las emisiones de televisión están rebosando de informes de ventas masivas y jugadores esperanzados – el sitio web de The Times, latimes.com, ha publicado 18 noticias acerca de la lotería desde el 10 de enero, cuando el último sorteo no logró producir un ganador y aumentó el premio mayor a este nivel récord. Los funcionarios de Powerball de los 44 estados que participan en la lotería han sido citados expresando su asombro ante el tamaño del premio y la histeria nacional que ha provocado.

Esto último es la parte cínica. Los funcionarios de Powerball no deberían estar sorprendidos; el pasado mes de julio cambiaron las reglas precisamente para producir este resultado – un premio enorme y una estampida de compradores.

Anuncio

El ajuste fue simple pero intencional. Por cada entrada de $2, los jugadores seleccionan cinco números “blancos” y un sólo número “rojo”. En cada sorteo se eligen cinco bolas blancas numeradas y una bola roja. Si logras acertar todos los números blancos y el rojo, has ganado el premio mayor. Si logras dar con sólo los números blancos, te has ganado el segundo premio de $1 millón; si logras acertar a tan sólo el número rojo, te has ganado $4, los cuales es probable que los utilices para conseguir otro par de boletos.

El cambio de reglas ha aumentado los números blancos de 59 a 69 y ha reducido el número rojo de 35 a 26. El efecto es reducir las probabilidades de ganar el premio mayor de 1 en cada 175.2 millones a 1 en cada 292.2 millones. La oportunidad de ganar esos $4 fue incrementada de 1 en cada 111 a 1 en cada 92.

En la superficie, el propósito no fue ningún secreto: “El cambio de reglas pretende aumentar las probabilidades de ganar cualquier premio, haciéndolo más difícil para ganar el premio mayor”, dijo en su momento la Comisión de Juego del estado de Nueva York, la cual el año pasado dirigió el juego.

Pero fue un poco más reticente sobre el verdadero objetivo, el cual era reducir la probabilidad de que hubiera cualquier ganador del premio mayor en los sorteos realizados dos veces a la semana, y aumentar así la probabilidad de un enorme premio mayor de potencialmente millones de dólares. (Los premios aumentan cuando no hay ganador del premio mayor). Así como calculó Walt Hickey de fivethirtyeight.com, la posibilidad de un premio de millones de dólares en un período de cinco años se incrementó más de siete veces, de 8.5% a 63.4%.

El cambio fue estimulado por las señales de que el Powerball se estaba convirtiendo en una especie amenazada de la lotería. En el 2014, las ventas cayeron 19% a nivel nacional debido a la falta de un premio mayor. En Nueva York, las ventas habían disminuido 44%, y los funcionarios estatales estaban hablando sobre la posibilidad de “eliminar el Powerball” de su cartera de ofertas.

En California, el cual comenzó a ofrecer la lotería Powerball en el 2013, las ventas del juego se desplomaron en más de 21% desde el 2013-2014 al 2014-2015, de $473 millones a $372 millones, debido a la falta de un premio mayor. “Puedes revisar los datos financieros de año tras año y fácilmente señalar los años con un premio mayor”, me dijo Alex Traverso, un portavoz de la lotería de California.

Pero tenían un precedente con que trabajar. En el 2013, los organizadores de la lotería multiestatal Mega Millions habían impulsado sus ventas al cambiar las probabilidades de una gran victoria de 1 en cada 176 millones a 1 en cada 259 millones, con la misma idea de incrementar los premios sucesivos. Aprendieron su lección del año de grandes premios mayores del 2011-2012 en el cual el botín de Mega Millions más grande de California fue de $720 millones en ventas, el año con un premio mayor de $656 millones -- el más grande hasta el actual sorteo de Powerball. Al año siguiente, las ventas cayeron 48%.

Los organizadores de la lotería basan su trabajo en una faceta bien entendida de la naturaleza humana: las personas no entienden las probabilidades. Le ponen menos atención a la probabilidad de un evento determinado que a las consecuencias de si se llevara a cabo. Las probabilidades de un incidente terrorista en un avión son de 1 por cada 16.6 millones de viajes, calculó en el 2009 el gurú de las estadísticas, Nate Silver, pero las personas tienden a enfocarse en el resultado -- cientos de pasajeros muriendo a la vez -- que en las probabilidades.

El mismo fenómeno se está dando con la lotería Powerball: Los clientes se enfocan menos en esa incomprensiblemente pequeña probabilidad de 1 en cada 292 millones y más sobre lo que harán con el premio de millones de dólares cuando lo ganen.

También es bien entendido que en términos económicos, las personas que son explotadas por esta falta de adecuación entre las expectativas, tienden a ser personas menos educadas y con ingresos desproporcionadamente bajos.

Sí, las loterías son efectivamente un impuesto para los pobres. En 1999, los investigadores de la Universidad de Duke informaron que los hogares estadounidenses gastaron un promedio de $162 al año en boletos de lotería, pero los hogares de bajos ingresos gastaron $289 y aquellos con ingresos menores a los $10,000 gastaron $597. Las grandes compras de lotería también fueron asociadas con un menor nivel educativo y las minorías étnicas

Los expertos no están completamente seguros de por qué aquellos que menos pueden permitirse el lujo juegan más.

La respuesta sociológica es que las personas de bajos ingresos tienen una mayor necesidad de aliviar la tensión de su vida cotidiana y las apuestas son una forma socialmente aceptable para hacerlo, y sólo la lotería ofrece el atractivo de una recompensa que potencialmente puede cambiar la vida.

Otro de los atractivos, dedujeron un grupo de investigadores alemanes, es que las loterías son igualitarias -- cada comprador de un boleto tiene la misma probabilidad de éxito. Eso podría ser más atractivo para aquellas personas en un estrato socioeconómico más bajo, para los cuales la igualdad de oportunidades puede parecer como una oportunidad poco frecuente, que para los más ricos, que pueden considerar una situación de igualdad de oportunidades como un factor que trabajaría en su contra.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio