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Columnista: La ceremonia de Trump al Maestro del Año mostró un desprecio por la educación

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Los docentes rara vez reciben atención nacional, razón por la cual es tan significativa la ceremonia anual que reconoce a todos los homenajeados al premio del Maestro del Año, de todos los estados.

Durante 65 años, estos talentosos instructores han sido homenajeados en la Casa Blanca, y recibidos por el presidente. Si eres maestro, se trata de un tiempo para celebrar. Este año, en cambio, fue un momento para olvidar.

La semana pasada, el presidente Donald Trump recibió a los profesores en la concurrida Oficina Oval, su habitación favorita, donde recibe a los ‘peones’ permaneciendo sentado como si fuera un rey en su trono. En la sala también se encontraba la secretaria de Educación y partidaria de limitar la educación pública, Betsy DeVos; todos portándose bien y sonriendo para el conjunto de cámaras.

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Recordemos, Trump arremetió contra la educación pública en su discurso de toma de posesión y lo calificó como un sistema que “priva de conocimiento a nuestros hermosos y jóvenes estudiantes”. Esto procedió del mismo párrafo que vinculó a la educación pública con la pobreza, la pérdida del empleo y el crimen, que consideró parte de la “carnicería estadounidense”.

Sin embargo, allí estaba, leyendo de un teleprompter sobre lo valioso que son los maestros.

Toda la ceremonia duró apenas cinco minutos.

Comparemos esto con los 40 minutos que el expresidente Barack Obama compartió con los ganadores del año pasado. Obama disfrutaba de este evento anual, y lo trataba más como una celebración que como una fotografía protocolaria sin movimiento. La ceremonia de 2016 se realizó en la Sala Este, para dar cabida a más personas y donde se ubicó a los profesores sobre plataformas, para que se les pudiera ver a todos claramente.

Obama anunció que Jahana Hayes era la ganadora al premio del Maestro del Año de 2016, y le cedió primero el protagonismo y luego el podio para pronunciar un discurso de cuatro minutos, aproximadamente la misma cantidad de tiempo otorgado a toda la ceremonia de este año.

Obama no sólo le entregó personalmente el Premio Crystal Apple a Hayes, sino también contó una historia sobre ella, para que el público pudiera tener una mejor idea sobre lo que la hace una educadora especial.

La ganadora del premio al Maestro del Año de 2017, Sydney Chaffee, se perdió entre el abarrotado grupo de educadores que rodeó a Trump; no se la presentó, no se le permitió dar un discurso y se dijo muy poco acerca de ella.

Si bien estuvo parada a la derecha del presidente, Trump apenas levantó los ojos para mirarla. Sólo le dio unas palmaditas rápidas sobre su brazo, luego sostuvo torpemente el premio Crystal Apple y sonrió a las cámaras como si fuera destinado para él, antes de entregárselo a Chaffee.

Tampoco estrechó la mano de la docente, no se puso de pie para entregarle el galardón y no dijo nada sobre ella excepto su nombre, la materia que enseña y el sitio donde trabaja.

La reportera del Washington Post Valerie Strauss descubrió que a muy pocos familiares de los profesores se les permitió el ingreso a la Oficina Oval; la mayoría quienes “habían viajado por cuenta propia durante muchas horas. [A todos ellos] se les dejó esperando en un edificio cercano a la Casa Blanca”. Incluso al esposo y la hija de Chaffee “se les mantuvo en un pasillo, antes de que se les permitiera entrar en la Oficina Oval”.

Además, el video no aparece en el enlace del sitio web oficial de la Casa Blanca dentro del apartado “eventos”. En cambio, un clip que sí aparece es el de una semana anterior, en el cual se muestra a Trump recibiendo a los campeones del Super Bowl de este año, los Patriotas de Nueva Inglaterra. Su ceremonia se celebró en un área más grande, en el Jardín Sur, con más observadores y medios de comunicación presentes.
Trump pasó 16 minutos con el equipo y enfatizó cómo algunas personas se preocupan más sobre los campeones en un campo de fútbol que los campeones en el salón de clases.

No fue ése el caso Obama, según lo evidenciado por sus palabras en la ceremonia del año pasado en homenaje a los maestros: “Uno de los motivos por los cuales este evento es porque nos posibilita enviar un mensaje a las futuras generaciones de profesores, para que los jóvenes talentosos en todo el país entiendan que esto es un trabajo soñado; que ésta es un área... donde tienes el potencial para marcar una mayor diferencia que en cualquier otra cosa a la cual puedas dedicarte”, afirmó Obama.

¡Si tan sólo Trump hubiera hecho su tarea, o incluso hubiera plagiado un poco los comentarios de Obama -tal como su esposa hizo con los de Michelle Obama-! Por otra parte, parafraseando su comentario acerca de la atención médica, ¿quién hubiera pensado que homenajear a los maestros podría ser tan complicado?

Brian Crosby, es maestro en el Distrito Escolar Unificado de Glendale y autor de los libros “Smart Kids, Bad Schools” y “The $100,00 Teacher”.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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