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Aunque podría salvar vidas, la alarma sísmica no tiene financiamiento

Imagen del daño causado en el downtown de Napa por el temblor de magnitud de 6 grados que sacudió el área en agosto de 2014.

Imagen del daño causado en el downtown de Napa por el temblor de magnitud de 6 grados que sacudió el área en agosto de 2014.

(Rick Loomis / Los Angeles Times)
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Cuando un temblor de magnitud de 6.0 grados sacudió Napa en 2014, una sistema de alarma sísmica les dio a investigadores de San Francisco cerca de ocho segundos antes de que la tierra comenzara a moverse. Apenas el mes pasado, la alarma sonó 30 segundos antes de que un temblor de magnitud de 4.4 grados, con epicentro cerca de Banning, sacudiera el downtown de Los Ángeles.

Pero a pesar de su éxito, la red de advertencia temprana está bloqueada por la falta de financiamiento que ha retrasado el despliegue del sistema.

La Casa Blanca esta semana resaltó los avances de dicha tecnología al reunir en Washington a reconocidos científicos, políticos y administradores para situaciones de emergencia, que se maravillaron de cómo este sistema podría darle a la ciudadanía y los equipos de emergencia segundos vitales de alerta antes de un devastador terremoto.

Pero detrás del entusiasmo, funcionarios estatales y federales están en desacuerdo sobre quién debería pagar por el sistema, que utiliza cientos de sensores insertados bajo tierra para supervisar el movimiento de la capa terrestre. El Congreso y el presidente Obama han aportado casi la mitad del costo anual de $16 millones para operar el sistema. Pero funcionarios federales dicen que los gobiernos estatales de California, Oregon y Washington también deberían cubrir parte de los gastos de operación.

Hasta ahora, dichos estados se han negado, argumentando que el sistema de alarma debe ser un programa federal.

En 2013, una ley de California instruyó a la Oficina de Servicios de Emergencia del gobernador a identificar posibles fuentes de dinero para el sistema, como fondos federales y locales, bonos y capital privado —pero no el fondo general del estado—.

Más de dos años después, la oficina no ha entregado ningún reporte que identifique los posibles fondos de financiamiento. Tina Curry, directora adjunta de la Oficina de Servicios de Emergencia, dijo que su departamento sigue en la búsqueda.

H.D. Palmer, director adjunto del Departamento de Finanzas de California, dijo esta semana que la política del estado es no utilizar dinero del fondo general para el sistema de alerta.

Los gobiernos estatales de Oregon y Washington tampoco se han comprometido a incluir en su presupuesto anual fondos para el sistema.

Pero la atención está centrada en California porque es el estado que representa el mayor riesgo sísmico del país.

“Realmente necesitamos que el estado de California se comprometa financieramente a esto”, dijo el representante Adam Schiff. “El costo del sistema no es nada en comparación con el hecho de que podemos salvar vidas con él”.

A lo largo de la Costa Oeste, la red está integrada por alrededor de 650 estaciones, pero se necesitan 1,000 más. Una falta de sensores en el extremo norte de California significa, por ejemplo, que San Francisco podría recibir alertas tardías si un temblor inicia cerca de Cape Mendocino y se desplaza al sur hacia el área de la Bahía.

Científicos revelaron esta semana un nuevo prototipo del sistema de alarma, que distintas agencias del gobierno y compañías ahora pueden usar para pruebas. Eventualmente, ellos planean que celulares, computadoras y televisiones tengan acceso al sistema.

Las alarmas permitirían a los elevadores abrirse automáticamente en el siguiente piso antes de que el movimiento telúrico empiece, decirle a los doctores que pospongan una cirugía y reducir la velocidad de trenes para minimizar el riesgo de un descarrilamiento. En Japón, una fábrica encontró la forma de asegurar químicos nocivos entre el momento en que suena la alarma sísmica y cuando el temblor comienza.

El costo total de construir el sistema es de $38 millones de dólares, más los $16 millones al año que cuesta su operación. Funcionarios dijeron que si pueden asegurar la totalidad de los gastos de operación, podrían tener el sistema listo y funcionando en tan pronto como dos años.

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