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Antes de los asesinatos en el Sur de Los Ángeles, el “Grim Sleeper’ participó en una violación en Alemania

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La joven de 17 años de edad, estaba solo en una estación en Alemania a la espera de su tren, en camino a casa cuando un coche se detuvo junto a ella.

Uno de los tres hombres en el vehículo hizo una pregunta a la adolescente, antes de forzarla a subir en el coche, sosteniendo firmemente un cuchillo contra su garganta.

“Te matamos”, recordó que le decían los hombres.

Sería el comienzo de un calvario que la atormentaría durante décadas y la conduciría el jueves a una sala de audiencias en el centro de Los Ángeles, donde se narró el ataque aquella noche de 1974, en Stuttgart. Entre sus tres asaltantes se encontraba Lonnie David Franklin Jr., en ese entonces, un soldado raso del Ejército de Estados Unidos estacionado en Alemania, según la fiscalía.

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Franklin, de 63 años, fue condenado a principios de este mes en el juicio del llamado “Grim Sleeper” (“Macabro Durmiente”), un asesino en serie que mató a nueve mujeres y una adolescente en el Sur de Los Ángeles.

La mujer, dirigiéndose a los miembros del jurado en la fase de sentencia del juicio con la pena capital de Franklin, dijo que fue forzada a subirse al automóvil. Con el tiempo, el vehículo se detuvo en un campo donde los hombres se turnaron para violarla.

El fiscal adjunto de distrito, Bet Silverman preguntó a la mujer cuanto tiempo duró el ataque.

“El resto de la noche”, dijo, con dificultad para respirar ante una sala de audiencia llena.

La mujer, a quien el Times no está identificando porque es una víctima de abuso sexual, viajó desde su hogar en Alemania a testificar en el caso. Mientras hablaba, su marido estaba sentado detrás de ella, abrazándola en el estrado de los testigos.

Franklin, como lo ha hecho durante gran parte del juicio, se quedó quieto y mirando la pared.

El ataque la dejó con cortes del cuchillo en el torso, dijo la mujer a los jurados, hablando a través de un intérprete de alemán. Testificó que, después del ataque, se bañó, tan pronto como llegó a casa.

“Me sentía sucia”, dijo.

A la mañana siguiente, fue a la policía. Eventualmente, ella fue capaz de identificar a sus tres atacantes en la corte, dijo.

En los años siguientes, se ha negado a salir sola por la noche. Si ella está sola en casa, enciende todas las luces y permanece cerca de su perro guardián, un Terranova.

Años más tarde, le contó a su hija sobre el ataque y se aseguró de dejar y recoger siempre a la chica, para que nunca estuviera sola en la calle. Su hija, heredando el terror de su madre, hace lo mismo con sus hijos, dijo la mujer.

“Yo les pasee este miedo a ellos”, dijo.

Los fiscales, que buscan la pena de muerte, concluyeron su caso el jueves. Los abogados defensores, que están tratando de persuadir a los miembros del jurado para emitir un veredicto de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, se espera que comiencen la presentación de sus pruebas en la fase de sentencia del juicio el martes. No se espera que Franklin declare.

Los fiscales han presentado pruebas que dicen, demuestran que Franklin mató a cinco mujeres más en el Sur de Los Ángeles, delitos por los que no había sido acusado, utilizando el mismo modus operandi visto en los 10 asesinatos y un intento de asesinato por el que fue condenado.

En 1984, Georgia Mae Thomas, de 43 años, recibió dos disparos en el pecho y fue arrojada en un patio industrial.

Inez Warren, de 28 años, fue encontrada en un callejón de Gramercy Park con una herida de bala en el pecho. Sharon Dismuke, de 21 años, recibió dos disparos en el pecho y fue abandonada en una gasolinera con un trapo metido en la boca.

Ayellah Marshall, de 18 años, desapareció en 2006. Rolenia Morris, de 31 años, madre de dos hijos, desapareció en 2005. Sus cuerpos nunca fueron encontrados, pero la tarjeta de identificación de Hawthorne High School de Marshall y una fotografía de Morris, junto con su licencia de conducir fue encontrada dentro de un refrigerador de un garaje de la casa de Franklin, en el Sur de L.A. La nevera, que los fiscales han llamado la “vitrina de trofeos” de Franklin, también contenía fotografías de otras víctimas.

Si desea leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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