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Policías relatan la gran tensión que vivieron durante los disturbios de Ferguson

Durante la conmemoración del aniversario del asesinato a balazos de Michael Brown, los manifestantes se enfrentaron a la policía a lo largo de West Florrisant Street en Ferguson, Missouri, el 11 de agosto del 2015.

Durante la conmemoración del aniversario del asesinato a balazos de Michael Brown, los manifestantes se enfrentaron a la policía a lo largo de West Florrisant Street en Ferguson, Missouri, el 11 de agosto del 2015.

(Scott Olson / Getty Images)
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Mientras que los estresados oficiales vigilaban las protestas del año pasado en Ferguson, Missouri, a veces fue difícil para ellos saber quién estaba a cargo ya que más de 50 agencias del orden público rondaban en el suburbio. Algunas veces tuvieron instrucciones confusas.

Cuando volvían a sus casas, algunos discutían con sus cónyuges. Los hackers robaron las identidades de los oficiales. Mientras que las calles hervían con ira durante 17 días debido a la muerte a balazos de Michale Brown, de 18 años de edad, por parte de un oficial, las autoridades estaban exasperadas por los ladrones oportunistas que hacían estragos en los alrededores.

El jueves, la Oficina de Servicios Policiales Orientados a la Comunidad del Departamento de Justicia publicó un informe condenatorio que principalmente arremetió en contra de la respuesta de la policía hacia las protestas de agosto del 2014 en Ferguson, confirmando lo que había sido documentado por la cobertura de los noticieros y los usuarios de los medios sociales. La respuesta táctica de mano dura por parte de la Patrulla de Carreteras del Estado de Missouri, la policía del Condado de St. Louis, la policía de la ciudad de St. Louis y el Departamento de Policía de Ferguson a menudo empeoró los disturbios y en ocasiones fue inconstitucional.

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El informe encontró que los francotiradores que estaban colocados arriba de los vehículos blindados asustaron y enfurecieron a las multitudes desarmadas. El uso de los perros policía fue en contra de las recomendaciones nacionales y hacía eco de las imágenes de los peores momentos del Movimiento de los Derechos Civiles de la década de 1960. El gas lacrimógeno fue lanzado a veces sin advertencia previa y demasiado cerca de los hogares. Una regla de cinco segundos de “sigan caminando” violó el derecho a reunirse que otorga la Primera Enmienda.

Pero otro componente perspicaz del informe compilado de 160 entrevistas anónimas realizadas desde noviembre hasta mayo ofreció relatos inéditos de detrás de la escena sobre cómo presenciaron las protestas los oficiales de primera fila y los funcionarios de alto nivel.

En sus propias palabras:

“En más de 20 años trabajando aquí, esta multitud no se parecía a ninguna cosa que había visto antes”. — Un supervisor de la policía del área de St. Louis

El tamaño, la velocidad y la ira de la multitud que se reunió alrededor del cuerpo de Brown después de que fue baleado por el oficial de Ferguson, Darren Wilson, el 9 de agosto del 2014, sorprendió a las autoridades. Las aproximadamente 200 personas que se encontraban en Canfield Drive ocasionalmente dispersaron a la policía con disparos y establecieron el tono de los disturbios que estaba por venir.

“Jefe, hemos tenido una mala tarde aquí”, recordó que le dijo un capitán de respuesta táctica del Condado de St. Louis al jefe de la policía del Condado de St. Louis Jon Belmar. “Por poco y no pudimos procesar esta escena del crimen. Tuvimos muchos disparos y muchas personas rodearon el cuerpo”.

“Honestamente no sé cómo sucedió todo esto – No lo puedo explicar”, dijo un supervisor de la policía acerca de la multitud inicial. “El pulso de la situación era diferente”.

“Solamente abandonamos los apartamentos de Canfield Green”. – Un oficial

La escena se hizo tan hostil y caótica en Canfield Drive y en la cercana West Florrisant Avenue que la policía dejó de responder a las llamadas normales de servicio en el complejo de apartamentos donde Brown vivió y cerca de donde le dispararon.

“Los apartamentos Canfield se convirtieron en una zona no-policía”, dijo un oficial. “Se nos dijo que no podíamos entrar en los apartamentos Canfield. Contuvimos la zona pero no entramos al área, y por defecto el área se convirtió en un refugio seguro para los criminales”.

Algunos residentes le dijeron al Departamento de Justicia que sintieron que la policía había “abandonado” el complejo, y algunos oficiales sintieron que abandonaron la escena de los disturbios. Mientras que los saqueadores arrasaron las tiendas el 15 de agosto, el capitán de la Patrulla de Carreteras de Missouri Ron Johnson, el comandante del incidente, les dijo a los oficiales que no intervinieran porque pensó que pondría en riesgo las vidas de los alborotadores, los manifestantes y los oficiales.

“Fue difícil para los oficiales de la policía quedarse parados y ver como la actividad criminal se llevaba a cabo y no hacer nada al respecto”, dijo un oficial.

Johnson, un nativo negro de Ferguson, fue elogiado por el público por su enfoque más conciliador, pero los oficiales se quejaron en privado de que pasaba más tiempo interactuando con el público que coordinando la respuesta de la policía y dijeron que se bajó la moral porque realizó comentarios comprensivos sobre los manifestantes.

“Entregamos una ciudad; no tenemos claro a quién podemos arrestar; y todos piensan que son especiales y que las leyes no les aplican”. – Un oficial

El informe señaló una profunda tensión entre las agencias policiales. En un principio, no estaba claro si la policía del Condado de Ferguson o St. Louis estaba a cargo.

Las autoridades del área no establecieron una estructura de mando formal como debieron de haberlo hecho, indicó el informe. Algunos oficiales que prestaban asistencia de departamentos de áreas más pequeñas no parecían estar tan bien entrenados. La dirección por parte de los líderes sobre sí o cuándo arrestar a los manifestantes cambiaba constantemente.

“¿Qué deberíamos estar hacienda? ¿Cómo lo deberíamos estar haciendo?” dijo un oficial. “Para el tercero o cuarto día, los ciudadanos se habían vuelto más audaces – inyectándose drogas y robando en frente de los oficiales. La policía no sabía que hacer porque lo que podíamos o no podíamos hacer cambiaba cada día”.

“Tenemos que mantener a nuestra gente segura. Algunas veces la vigilancia policial no es muy bonita”. – Un comandante de la policía

El informe federal condenó el despliegue de los francotiradores arriba de los vehículos blindados, apuntando sus armas en contra de los manifestantes como “supervisión” en caso de que un atacante apareciera entre la multitud. Los autores también criticaron el mantener vehículos blindados al frente de las líneas de protestas y el uso de uniformes con camuflaje tipo militar por parte de la policía del Condado de St. Louis.

Sin embargo, el informe no condenó completamente las denominadas herramientas “militarizadas” utilizadas por la policía, diciendo que “algún tipo de respuesta táctica fue necesaria como resultado de la incrementada agresión por parte de algunos de los manifestantes”.

Algunos de los vehículos tácticos BearCat fueron impactados por balas, y fueron utilizados para rescatar a víctimas de disparos. Las agencias locales reportaron que al menos 39 oficiales fueron heridos durante las protestas.

Algunos oficiales reportaron habérseles dicho que no utilizaran equipo de protección debido al mensaje de intimidación que enviaba, y dijeron que sintieron “una sensación de abandono” y que “la imagen pública prevaleció sobre la seguridad del oficial”.

“Empecé a notar que estaba discutiendo con mi esposa en casa”. – Un oficial

En privado, los oficiales se sintieron atípicamente irritables y enojados. No podían conciliar el sueño y lidiaban con el estrés puesto sobre las relaciones con sus seres queridos, con quienes en ocasiones no se podían comunicar durante las protestas.

Los repetidos turnos de 12 horas y el extenso abuso verbal por parte de algunos de los manifestantes puso a los oficiales al borde de los nervios; Los oficiales afroamericanos, en particular, recibieron los peores insultos, a menudo siendo llamados “Tío Toms” (Uncle Toms). Algunos oficiales se negaron a utilizar placas con nombres a pesar de las órdenes de sus superiores, dijo el informe.

Para complicar las cosas, los hackers, aparentemente inspirados por el colectivo de hackers, Anonymous, infiltraron los servidores de los departamentos de la policía del área y robaron la información personal de los oficiales, según el informe. Los ladrones de identidad sacaron tarjetas de crédito bajo los nombres de los oficiales, pusieron gravámenes en sus propiedades y presentaron declaraciones de impuestos falsas.

Las agencias policiales del área, quienes serían ampliamente criticadas por la forma en cómo publicaron información y manejaron a los medios durante las protestas, fueron abrumadas rápidamente por la amplia atención y el tamaño y la influencia de la respuesta de los medios sociales. El informe confirmó que las agencias se quedaron rezagadas en los medios sociales.

El centro de comando permitió que sólo un portavoz manejara directamente la masiva respuesta de los medios, y un equipo de oficiales de información pública fue incapaz de manejar todas las solicitudes a pesar de trabajar 20 horas diarias, dijo el informe.

“Cuando el portavoz de la policía del Condado de St. Louis fue a su casa tarde, se despertó unas horas después para descubrir que tenía más de 80 mensajes nuevos”, según el informe.

Los funcionarios también se quejaron sobre una parte de la cobertura de noticias, diciendo que los medios publicaron o transmitieron historias inexactas o engañosas.

“Si viste las noticias, parecía como que toda la ciudad estaba en llamas”, dijo un oficial. “Pero realmente fue [sólo] dos cuadras”.

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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