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La inusual alerta por un gran terremoto desató ansiedad y convocó a la acción en el sur de California

Seismologists are worried the recent earthquake swarm at the Salton Sea will temporarily increase the likelihood of a major quake in Southern California.

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Los residentes del sur de California aprenden a convivir con el riesgo de terremotos. Sin embargo, durante la última semana, la ansiedad se acentuó especialmente, y la natural negación que forma parte de la vida cotidiana en zonas propensas a temblores fue más difícil de alcanzar.

Un cúmulo de actividad sísmica en Salton Sea que comenzó hace una semana llevó a los científicos a informar que existía un elevado riesgo de un terremoto en la falla de San Andrés. Para este martes, ese riesgo había disminuido, y la Oficina de Servicios de Emergencia del gobernador de California afirmó que el período de alarma había llegado a su fin.

No obstante, el impacto de la advertencia aún se hacía sentir. Para algunos, esto significó revisar las listas de consejos de seguridad. Otros volvieron a leer cómo prepararse para el ‘Big One’, que sugiere fijar los estantes a las paredes, instalar cerraduras de seguridad en gabinetes y amarrar los televisores.

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San Bernardino, que se encuentra sobre la falla de San Andrés, dio un paso sin precedentes al cerrar el Ayuntamiento hasta este martes, por la preocupación de cómo reaccionaría la estructura ante un gran sismo.

“No hemos tenido una alerta de este tipo”, señaló Mark Scott, administrador de la ciudad de San Bernardino. “No buscamos sugerir que la advertencia es una inminente catástrofe; sólo intentamos hacer uso de un exceso de precaución. Nos preocupa la seguridad del público y de nuestros empleados”.

La ciudad ya había planeado en los próximos meses el desalojo del edificio, de siete pisos, construido poco antes del terremoto de Sylmar, en 1971, según precisó Scott. Después de ese evento, afirmó, los códigos sísmicos cambiaron significativamente. “Otros terremotos han cambiado los códigos de California aún más, hasta el punto en que el actual edificio del Ayuntamiento en San Bernardino es un perfecto ejemplo de lo que no debe construirse hoy en día”.

Un informe de 2007 destacó la potencial inestabilidad de la estructura en caso de un terremoto de gran magnitud, dijo el administrador. El costo estimado de su reforzamiento supera los $20 millones. “Para una ciudad en bancarrota, es un desafío enorme”, señaló Scott. “Estamos pensando en enfoques alternativos, en lugar de invertir esa suma”.

El riesgo de un gran terremoto fue más alto durante e inmediatamente después del cúmulo de temblores, señalaron los expertos. Thomas H. Jordan, director del Southern California Earthquake Center, afirmó el lunes por la tarde que la serie de temblores ocurridos cerca de 150 millas al sureste de L.A. “está decayendo considerablemente. Diría que el riesgo también está disminuyendo”.

Rob Graves, sismólogo investigador del U.S. Geological Survey, considera que el elevado riesgo de un terremoto en la falla de San Andrés ha disminuido en gran medida hasta ubicarse en el mismo nivel de riesgo en el que se encuentra habitualmente. “Está bastante cercano al nivel base, que no es cero, porque siempre hay una posibilidad de experimentar un terremoto de gran magnitud”, señaló.

“Ha pasado casi una semana desde la fuerte actividad en Salton Sea, una ventana de tiempo considerable para que sus efectos disminuyan”.

Los sismólogos han seguido de cerca en estos días un cúmulo de temblores experimentados justo al sur de la poderosa falla de San Andrés, en California. Según los expertos, hace tiempo que la falla está lista para un gran terremoto, de magnitud 7 o mayor. Cualquier actividad sísmica importante que se registre cerca de una falla puede causar preocupación, dicen los científicos, debido al temor de que pueda despertar y causar un temblor fuerte.

El tramo más meridional de la falla de San Andrés no se ha quebrado desde 1680 -más de 330 años-, estiman los científicos. Y, en promedio, cada 150 o 200 años ha ocurrido un gran terremoto en esta zona, por lo tanto la región está actualmente ‘lista’ para un sismo de importancia.

El martes pasado (27 de septiembre), el U.S. Geological Survey emitió una alerta con la posibilidad de que un terremoto de grado 7 o superior ocurra en el sur de la falla de San Andrés durante los siete días siguientes. Las posibilidades se ubicaron entre ‘1 en 100’ -en su pico máximo- y ‘1 en 3,000’. Ese período de siete días culminó este martes por la mañana. Sin el cúmulo de temblores, la posibilidad media para un terremoto es de 1 en 6,000, según Jordan.

La actividad comenzó poco después de las 4 a.m. del 26 de septiembre pasado, con sismos entre tres y siete millas de profundidad bajo Salton Sea. El mayor de los temblores se registró más tarde, esa misma mañana -de 4.3-, y luego otros dos, por la noche -de 4.3 y 4.1-. Hubo otro estallido de actividad la noche siguiente. Esta fue la tercera vez que los sensores de terremotos -instalados en la zona en 1932- son testigos de un cúmulo de terremotos de esa magnitud. El evento produjo más sismos que todos los ocurridos entre 2001 y 2009.

Los expertos en el tema señalan que es importante que el riesgo elevado después de un cúmulo de sismos se comunique claramente al público.

Para San Bernardino, la serie de terremotos en Salton Sea fue simplemente el más reciente recordatorio de los riesgos sísmicos que enfrenta la ciudad. San Bernardino posee una de las mayores concentraciones de edificios de mampostería no reforzada en el estado, que están en especial riesgo ante movimientos intensos de la tierra. “Me sorprendió oír eso, porque he estado en varias otras ciudades y en muchos edificios reforzados de mampostería hace 30 años”, expresó Scott.

Traducción: Valeria Agis

Si desea leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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