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La icónica señal de tránsito que alerta por el posible cruce de inmigrantes está a punto de desaparecer de California.

SAN YSIDRO CA JUNE 8, 2017 -- Only one of the ten iconic Caltrans caution signs emblazoned with the image of an immigrant father, mother and daughter running for their lives that once dotted the 5 Freeway is left.
SAN YSIDRO CA JUNE 8, 2017 -- Only one of the ten iconic Caltrans caution signs emblazoned with the image of an immigrant father, mother and daughter running for their lives that once dotted the 5 Freeway is left.
(Cindy Carcamo / Los Angeles Times)
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Como tantos inmigrantes que cruzaban a los Estados Unidos sin autorización morían atropellados por automóviles y camiones en la Autopista 5 de California, a John Hood le asignaron una tarea especial.

A comienzos de la década de 1990, a este trabajador de Caltrans se le encargó la creación de una señal para alertar a los conductores del posible peligro. Sobre un fondo amarillo, ésta contenía la palabra ’DANGER’ (peligro) y la siluetas de un padre corriendo, con la cintura doblada y la cabeza hacia abajo. Detrás de él, una madre enfundada en un vestido a la altura de la rodilla arrastra la liviana muñeca de una niña, cuyas trenzas vuelan y sus pies apenas tocan el suelo.

Diez de estos carteles alguna vez poblaron la Autopista 5, justo al norte de la frontera mexicana. Eran marcadores emblemáticos del peligro que encierra el viaje de los inmigrantes hacia el norte. Pero, de a poco, las señales comenzaron a desaparecer, víctimas de choques, tormentas, vandalismo y la fama que les confirió la cultura popular.

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En la actualidad, sólo queda una de ellos, y cuando desaparezca no será reemplazada -resultado de la disminución del rol de California como punto de cruce para los inmigrantes que buscan llegar a los EE.UU.-.

A pesar de las conversaciones -a menudo cáusticas- acerca de la inmigración indocumentada, los debates acerca de las ciudades santuario y la promesa del presidente Trump de construir un enorme “y hermoso” muro en la frontera sur, pocos sitios han visto el declive generacional en los cruces sin autorización como este estado.

En 1986, el sector de San Diego registró el mayor número de detenciones fronterizas en un año: 628,000, según estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional. La zona -geográficamente la más pequeña para la Patrulla Fronteriza- fue alguna vez la más rebosante de inmigración no autorizada en el país, con más del 40% de las aprehensiones a nivel nacional a comienzos de la década de 1990.

En el año fiscal 2016, agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a 31,891 personas en la zona de San Diego, sospechadas de cruzar sin permiso la frontera entre México y los EE.UU. Así, argumentan los funcionarios de Caltrans, el famoso letrero del cruce se ha vuelto, en gran medida, obsoleto.

Con el paso de los años, los letreros adquirieron una fama y un significado que terminó por ocultar la utilidad que alguna vez los había inspirado, mediante su aparición en programas de TV y películas, en arte callejero y camisetas.

En 2011, el artista callejero británico Bansky reinterpretó la imagen mientras se encontraba de visita en Los Ángeles, y le agregó una cometa a la mano libre del hombre, convirtiendo así una carrera frenética hacia el futuro incierto en una escena más extravagante.

Activistas por los derechos de los estudiantes inmigrantes adoptaron la señal como su logotipo, agregando gorras de graduación, trajes y diplomas a los personajes. Otras parodias los representan con los sombreros de los Padres Peregrinos (Pilgrims), un mensaje destinado a transmitir que los pasajeros del Mayflower no pidieron permiso a los indígenas norteamericanos antes de establecerse en Massachusetts.

Quienes se oponen a la inmigración indocumentada también reimaginaron los letreros y representaron a la familia como una amenaza, con un rifle en la mano del hombre.

Una fotografía de la señal cuelga en el Museo Nacional de Historia Estadounidense, parte de la Smithsonian Institution en Washington.

Una generación después de su instalación en la autovía, el último de los carteles de los “inmigrantes que corren” permanece firme en dos postes de madera, en una estructura media de hormigón de la Interestatal 5 norte, justo antes de un letrero que reza ‘Bienvenido a California’.

En un día reciente, los restos de una luz trasera rota, un envoltorio de helado y un par de malezas se observaban en su entorno. Automóviles y camiones zumbaban por la ventosa autopista. Los conductores rápidamente aceleraban, después de horas de esperar en las congestionadas líneas para cruzar a los EE.UU.

En la década de 1980, más de 100 personas murieron mientras intentaban cruzar los carriles de la autopista en el área de San Ysidro, entre San Clemente y Oceanside. Caltrans quería hacer algo al respecto y le pidió a Hood, empleado del Departamento de Transporte del estado y veterano de Vietnam, quien creció en una reserva Navajo en Nuevo México, que creara un letrero para alertar a los motoristas y reducir así el número de accidentes.

Eventualmente, el artista optó por usar la imagen de una familia, como una forma de apelar al corazón de los conductores, algo que un típico letrero de tránsito no haría. Una niña con trenzas, pensó, transmitiría la idea del movimiento, de la corrida.

La señal fue inspirada por las fotografías de la gente que cruzaba en ese entonces, incluyendo las tomadas por Don Bartletti, exfotógrafo de Los Angeles Times.

Caltrans instaló por primera vez los carteles a fines de 1990 y comienzos de 1991. Después de que los trabajadores erigieran una cerca media a lo largo de los puntos problemáticos de la autopista, en 1994, los funcionarios decidieron no sustituir ningún otro letrero que se perdiera en el futuro. Alrededor de esa misma época, autoridades federales pusieron en marcha la Operación Gatekeeper, que cercó la frontera entre los EE.UU. y México a la altura de San Diego y derivó la inmigración indocumentada al este, hacia Arizona y Texas. Ello ayudó a reducir el número de muertes por el cruce de la autopista, señalaron los funcionarios de Caltrans.

“Uno crea su trabajo, y eso es todo. Nunca imagina que algo así sucederá”, afirmó Hood acerca de la evolución de su letrero. “Se ha convertido en un elemento icónico; sigue vivo”.

Estela Dutra, una estilista de Selena Estética Unisex, en West San Ysidro Boulevard, reconoce que el cartel siempre le pareció ofensivo. La imagen es similar a la del cruce de ganado, expuso. “Es un poco humillante, deshumanizante. Nos hace parecer animales… gente primitiva”, afirmó.

La mujer, de 72 años de edad y ciudadana estadounidense naturalizada, cruzó sin autorización la frontera cuatro décadas atrás. Dutra ingresó fácilmente al país, en un automóvil, a través del cruce de San Ysidro. “No me pidieron pasaporte ni visa”, recordó. “¿Puede creerlo? Eran otras épocas”.

Ahora, cada vez que vuelve de alguna escapada breve a México y observa el único letrero restante en la autopista, sus ojos se llenan de lágrimas. La tristeza no proviene de su travesía, realizada hace tantos años, sino de aquellos que siguen emprendiendo hoy el viaje, que se ha vuelto cada vez más traicionero. “Siento tanta pena por todas esas familias que deben pasar por eso. ¿Se imagina cuánto sufren?”, expuso. “Quienes cruzan dejan todo atrás, lo poco que tienen… Lo arriesgan por completo”.

Tantos inmigrantes y contrabandistas cruzaban aquí la frontera sin autorización, que Obdulia Morales intentó impedir su paso por su restaurante mexicano con una puerta de hierro. El callejón de Don Félix Café, ubicado poco más de una milla al norte de la frontera, sobre West San Ysidro Boulevard se había convertido en el escondite perfecto para los traficantes y aquellos a quienes cruzaban sin permiso.

Sirviendo mole y menudo en un día reciente, Morales afirmó que era un tiempo complicado y que el negocio florecía. Por entonces, muchos propietarios de tiendas sabían quiénes se dedicaban al contrabando humano, incluso cuando atendían a los agentes de inmigración que colmaban la región fronteriza.

“Los agentes de la Patrulla Fronteriza venían y comían aquí todo el tiempo”, aseguró. Los traficantes también.

En cuanto al letrero amarillo, Morales explicó que prácticamente se había olvidado de ello, incluso cuando el último restante no está demasiado lejos de su restaurante.

Cuando diseñó la señal, Hood no imaginó que su creación cobraría vida propia. “Me sentí asombrado”, afirmó. “La he visto en tantos lugares”. Recientemente, por ejemplo, la divisó en un episodio de la serie de zombis “Fear the Walking Dead”, de AMC, que transcurre a ambos lados de la frontera. “Guau”, pensó.

Aunque el letrero de advertencia no será reemplazado, vivirá como símbolo de un pasado no muy lejano de California, cuando la primera línea del combate nacional contra la inmigración no autorizada se concentraban en el Estado Dorado.

Hood, quien todavía vive en San Diego, después de haberse retirado de Caltrans, comentó que llevó a sus hijos a visitar la señal de tránsito después de enterarse de que era la única restante. Todos se tomaron fotografías. En el lugar, volviéndose hacia su hijo, Hodd aseguró: “Cumplió su propósito”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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