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Knott’s cierra atracción que recreaba un hospital para enfermos mentales

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En preparación para Halloween, la gente que dirige Knott’s Berry Farm hizo algo bastante abominable, y los defensores de la salud mental se indignaron. Después, este martes por la tarde, los encargados del parque dieron marcha atrás y cerraron la atracción. La pregunta es: ¿lo habrán hecho por las razones correctas?

Así es la historia; usted decida.

Ron Thomas fue a Knott’s la semana pasada, para investigar FearVR, una atracción polémica dentro de la llamada ‘Scary Farm’ (granja del terror) del parque.Seguramente usted recuerde a Ron Thomas. Es el hombre que perdió a su hijo, Kelly, hace poco más de cinco años. La paliza sufrida por este residente de Fullerton, de 37 años de edad, a manos de policías fue un triste testimonio de la grave escasez de servicios para las personas con enfermedades mentales, la falta de información de las autoridades para tratar con ellos y el estigma que rodea a la enfermedad.

In anticipation of Halloween, Knott’s Berry Farm opened FearVR: 5150, an attraction that offended many mental health advocates. After major backlash, it shut down the ride.

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Thomas todavía habla en favor de su hijo y de otros como él, y en contra de quienes caen en los estereotipos. Es un defensor, y sigue siendo el padre de Kelly, y en ambos roles fue a ver de qué se trataba FearVR, a sabiendas de que originalmente había sido llamada FearVR: 5150, una referencia al código de internación psiquiátrica. Pero las entradas estaban agotadas. “No pude entrar”, contó Thomas. “Había mucha gente en fila, esperando para ingresar”.

Etonces, en lugar de ello habló con la gente que salía del juego y les preguntó cómo describirían FearVR. Los usuarios narraron que los habían sujetado a sus asientos como si hubieran estado en un hospital, y que luego fueron transportados a una espantosa escena de caos. “La realidad virtual te hace creer que estás en algún tipo de institución”, afirmó Thomas, donde una paciente “está desquiciada y viene por ti”.

La descripción concuerda con la entregada por Knott’s antes de la inauguración: “Entre al misterioso Instituto Meadowbrook y sea testigo del anormal caso de una paciente terriblemente inusual llamada Katie”, reza el comunicado. En él, la experiencia se describe con frases como “estar atado a una silla de ruegas” y “vérselas cara a cara con el letal caos que se desentraña a su alrededor… Pacientes, tengan cuidado; es más fácil ingresar que ser dado de alta”.

Contrariamente a lo mencionado por algunos medios, la trama y presentación de la atracción jamás tuvieron la intención de retratar la enfermedad mental”.

— Email del departamento de relaciones públicas de Knott’s Berry Farm.

Todo ello sonaba tremendamente inapropiado para Thomas, cuyo hijo pasó largas temporadas en instituciones de salud mental, durante sus muchos años de pelea contra la esquizofrenia. “Es tan insensible”, aseguró Thomas, quien recibió el llamado de ayuda de su hijo mientras era golpeado por la policía.

Los miembros de la sede del condado de Orange de la organización National Alliance on Mental Illness (NAMI) se quejaron ante Knott’s por la atracción. Justo antes de su apertura, la semana pasada, el parque redujo el nombre de ésta y quitó el ‘5150’, explicando su decisión en una nota dirigida al presidente de NAMI, John Layerle. “Nunca es nuestra intención faltar el respeto a cualquier individuo o grupo”, dice el escrito, sin firma. “La experiencia de realidad virtual está construida alrededor de la actividad paranormal y de estilo zombi que se sucede en un hospital. Cedar Fair [la compañía madre de Knott’s] reconoce que la percepción de la experiencia ha planteado preocupaciones en torno a la insensibilidad de los estigmas que rodean la salud mental… Parte de la confusión se debe a la utilización del código 5150 en el nombre original de ésta; por tal motivo, lo hemos modificado a FearVR”.

Leyerle señaló que la decisión fue un paso en la dirección correcta, pero no estuvo del todo satisfecho y pidió una reunión con funcionarios del parque. Su deseo era iluminar a la gente de Knott’s acerca de las realidades de la enfermedad mental, y explicarles por qué la explotación y estigmatización de quienes la sufren es inaceptable. Pero este lunes, Leyerle aseguró que no había tenido respuesta.

La pregunta obvia es: ¿Si no estaba destinada a ser una institución mental, por qué incluyeron ‘5150’ originalmente en su nombre?

The Times publicó una revisión mayormente positiva de la atracción, el 6 de septiembre pasado, para disgusto de algunos defensores de la salud mental. Knott’s no se opuso inmediatamente al artículo, que señalaba que ése y otros parques de América del Norte con el mismo juego admitían a los visitantes “en un hospital psiquiátrico, donde un paciente con poderes demoníacos hace de las suyas”.

Para Ron Thomas, cambiaron el nombre pero no el contenido, lo cual no es suficiente. “Si grazna y se contonea”, dijo, “es un pato”.

Seguramente costó una pequeña fortuna construir la atracción. Por ello, me pregunto si Knott’s ha decidido cubrir su inversión en lugar de reconocer su error y cerrar el juego. El lunes intenté comunicarme con las autoridades del parque por teléfono y por email. No tuve respuesta. Probé nuevamente el martes. Eran las 4:27 p.m. cuando recibí un correo electrónico del departamento de relaciones públicas de Knott’s. “En el día de hoy”, decía, “hemos decidido cerrar la atracción”.

Mi primer pensamiento fue ¡bravo! Pero otra línea del email me hizo pensar si Knott’s estaba aceptando su responsabilidad, o meramente señalando con un dedo acusador.

“Contrariamente a lo mencionado por algunos medios, la trama y presentación de la atracción jamás tuvieron la intención de retratar la enfermedad mental”, decía.

Vamos, si has cometido un error, ¡admítelo! O, tal como señaló Ron Thomas, ‘si grazna y se contonea…’.

Cuando llamé para contarle que FearVR sería clausurada, Thomas se alegró. “Qué maravilloso”, afirmó. “Han visto el error que cometieron… Es una buena historia en todo sentido”. Las historias como esa le importan a este hombre, a mí y a muchos otros. Como siempre hace, me preguntó por mi amigo Nathaniel. Le dije que está bien, pero que lucha por no terminar como una persona con esquizofrenia. Hay progresos, y luego viene una caída. La esperanza es seguida por la preocupación; el círculo se repite.

Visito a Nathaniel una vez por semana, en una institución local, y mi corazón sufre cada vez que ingreso a su sala. Veo a los hijos de alguien, atormentados por algo que está fuera de su control, aunque no tienen la culpa de ello. Hay miedo y valor en cada uno, así como la esperanza de que ya vendrán días mejores. Se merecen nuestra comprensión, compasión y apoyo. Espero que Knott’s realmente haya visto la luz en este sentido, y que los demás sean cuidadosos al respecto.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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