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Inundaciones, deslizamientos de tierra y evacuaciones: el saldo de la mayor tormenta registrada en California en años

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La tercera de una serie de poderosas tormentas de invierno desencadenó este domingo un diluvio en el sur de California, que inundó numerosos caminos y autopistas, marcó nuevos registros de precipitaciones y sometió a algunos a peligrosas crecidas de agua.

Los meteorólogos habían pronosticado que ésta sería la tormenta más fuerte en varios años, y estuvieron en la cierto. Mientras que las primeras lluvias produjeron fuertes aguaceros por largos períodos, éstos consistieron en varias horas de lluvias fuertes y algunos consecuencias.

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Las áreas costeras del condado de Los Ángeles se encontraron entre las más afectadas. El Aeropuerto de Long Beach registró un nuevo récord histórico de precipitaciones, con 3.87 pulgadas. La intensa lluvia fue demasiado para las carreteras locales; el domingo por la tarde, tanto la Autopista 110, en Carson, como la 710 en Long Beach, fueron cerradas al tránsito debido a las inundaciones, que dejaron automóviles varados como si fueran pequeñas islas en un lago.

En Long Beach y las comunidades circundantes, decenas de intersecciones se inundaron y algunos residentes reportaron daños en sus automóviles estacionados, mientras el agua seguía subiendo. En toda la región, varias personas debieron ser rescatadas de sus vehículos y miles de hogares quedaron sin electricidad.

Since October 1, downtown L.A. has received more than 13 inches of rain -- 216% of normal rainfall for this period.

Brett Albright, meteorólogo de la oficina de San Diego del Servicio Meteorológico Nacional señaló que la tormenta descargó hasta cuatro pulgadas de lluvia en algunas zonas. “Fue muy intenso”, expresó. “No se trató de un evento normal. Definitivamente, fue un conjunto de situaciones: teníamos un río atmosférico muy intenso, con mucha humedad, y un área de ascenso de la atmósfera justo sobre los condados costeros de Los Ángeles y Orange. Eso obligó a toda esa humedad a salir”, explico. “No es frecuente ver mayores cantidades de lluvia en la costa que en las montañas”.

Por los últimos cinco años, el sur de California había sufrido una intensa sequía. Pero esta tormenta es parte de un cambio mayor hacia condiciones más húmedas, que comenzaron en el otoño pasado. Desde el 1 de octubre último, el centro de la ciudad ha recibido más de 13 pulgadas de lluvias -216% de la precipitación normal para este período, que el Servicio Meteorológico Nacional estima en 6.26 pulgadas-.

Las autoridades señalaron que gran parte del sur todavía permanece con condiciones de sequía, aunque las recientes tormentas están colaborando ampliamente para revertirlas.

Este domingo, el impacto de la tormenta se sintió mayormente en la tarde. El desprendimiento de rocas obligó a cerrar caminos en Malibu y otras áreas montañosas. En la costa de Isla Vista, un acantilado y un patio se derrumbaron en el océano. Los rescatistas debieron evacuar cerca de 20 residentes de departamentos ubicados frente al mar, según Gina DePinto, vocera del condado de Santa Bárbara.

Se estima que la tormenta generó al menos una muerte. Un automovilista en Pomona conducía cerca de las 3:15 p.m., en medio de una fuerte lluvia, cuando perdió el control del vehículo y se estrelló contra un poste de teléfono, según el Departamento de Policía de Pomona. El hombre sufrió lesiones graves y fue declarado muerto por los paramédicos del condado de Los Ángeles. El nombre de la víctima no se dará a conocer hasta tanto se informe a sus familiares.

Un campamento de desamparados sobre la Pacific Coast Highway (PCH), en el vecindario de Harbor City, quedó sumergido varios pies en el agua. Los equipos de rescate de L.A. socorrieron a tres personas y las ayudaron a salir de la zona inundada; otras dos fueron retiradas de allí en botes, informaron las autoridades.

Uno de los rescatados, un hombre de 39 años de edad, fue trasladado a un hospital local. Equipos de asistencia todavía trabajaban en el área -un terreno comprendido aproximadamente por 300 pies cuadrados, con una densa vegetación frente a la carretera- en busca de otras posibles víctimas.

Algunas de las mayores preocupaciones sobre la tormenta provienen de las comunidades que fueron afectadas por incendios forestales el año pasado. Las fuertes lluvias pueden causar deslizamientos de tierra en las áreas quemadas, y algunos funcionarios instaron a los residentes a evacuarlas. También se emitieron órdenes de evacuación para las zonas quemadas en Glendora, Duarte, Silverado Canyon, en el condado de Orange, y partes del condado de Santa Bárbara.

Desde el domingo por la noche, la mayoría de los desprendimientos habían cesado, para el alivio de los ansiosos propietarios. En la zona quemada de Duarte, muchos residentes decidieron quedarse en sus casas. Rudy Fuentes, un maestro de escuela primaria, señaló que quería proteger su vivienda en caso de que las cosas realmente empeoraran. “Espero que no llegue a eso”, afirmó Fuentes, cuya entrada estaba cubierta de unas dos pulgadas de barro. “Decidimos seguir adelante aquí”.

Jerry Katz, un residente de 25 años de edad, no estaba preocupado en absoluto por la situación. El hombre no empleó sacos de arena ni excavó trincheras, y se mostró molesto por las órdenes de la ciudad para evacuar. “El único problema es que no podré llevar a mi hijo a Cheesecake factory esta noche”, expresó.

Las autoridades del condado de Orange se mantuvieron en guardia, particularmente en Silverado Canyon, un área que está aún en recuperación de un incendio de casi 1,000 acres, en 2014. Equipos de emergencia recorrieron la zona con una excavadora y dos grupos de rescate en aguas rápidas. “El terreno sigue bastante saturado… eso puede ser problemático”, señaló el capitán Alan Wilkes, de la Autoridad de Bomberos del condado de Orange.

Las fuertes lluvias causaron algo ciertamente inusual en Disneyland este domingo: un día tranquilo y con pocos visitantes. Mientras las tormentas seguían y se emitía un alerta por posibles inundaciones, el bajo número de asistentes al parque se escondía bajo el monorail. Algunos de ellos no estaban preparados para la lluvia, con pantalones vaqueros, zapatillas y sudaderas, pero sin paraguas. Pese al precio de $65 dólares por unidad, los paraguas de “Star Wars” se vendían rápidamente. Aquellos que desafiaron el clima disfrutaron de filas muy cortas -menos de media hora para el juego Hyperspace Mountain, donde la espera suele durar cerca de dos horas-.

Se esperaba que las condiciones de tormentas eléctricas disminuyeran este lunes. La lluvia, de todas maneras, continuará hasta el martes.

En general, el sistema de tormentas generará entre cuatro y seis pulgadas de lluvias durante los próximos tres días; la mayor cantidad de agua caerá sobre las montañas y colinas. Los cielos claros y las temperaturas moderadas volverían a partir del viernes.

La tormenta también causó problemas en el norte de California, donde una serie de tormentas importantes registradas en los últimos meses aliviaron a la zona de la larga sequía. Los deslizamientos de tierra y la nieve obligaron a cerrar algunas carreteras principales, entre ellas la Interestatal 80, la Autopista 395 y la Autopista 17, la principal vía que une Silicon Valley con Santa Cruz.

El sábado se estableció un nuevo récord de altura de olas para la Bahía de Monterey: 34.12 pies, según el Servicio Meteorológico Nacional. La marca anterior se había registrado en 2008, con 32.8 pies. Estas condiciones destruyeron los restos de la famosa embarcación de hormigón S.S. Palo Alto, en Aptos, Bahía de Monterey.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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